El director estadounidense Spike Lee estimó este martes que el “mundo está gobernado por gánsters” en alusión a Donald Trump, Jair Bolsonaro y Vladimir Putin, en sus primeras declaraciones como presidente del jurado del Festival de Cannes en las que deploró además la brutalidad contra los negros en Estados Unidos.
La tradicional rueda de prensa previa a la apertura del mayor certamen de cine del mundo tomó en seguida tintes políticos, en un adelanto de lo que puede ser la 74ª edición del festival, tras su anulación el año pasado debido a la pandemia.
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“Este mundo está gobernado por gánsters. El agente naranja (en alusión a Trump), ese tipo en Brasil (Bolsonaro) y Putin son gánsters. Sin moral, ni escrúpulos. Es el mundo en el que vivimos”, declaró el director estadounidense, asegurando que el jurado de Cannes no solo debe “criticar las películas, sino el mundo y los gánsters”.
Lee, de 64 años, es el primer afroamericano en desempeñarse como presidente del jurado del Festival de Cannes, que se abre este martes con el musical “Annette”, protagonizado por Adam Driver y Marion Cotillard.
Lee recordó haber presentado en 1989 en Cannes la película “Haz lo que debas”, sobre la violencia contra los negros en Estados Unidos. “Cuando uno ve cómo el hermano Eric Garner y el rey George Floyd fueron asesinados, linchados... Uno podría pensar que después de 30 jodidos años, los negros dejarían de ser cazados como animales”. Pero Lee no fue el único en asociar el cine con la militancia: también el resto de miembros del jurado tomaron la palabra en ese sentido.
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El director brasileño Kleber Mendonça Filho recordó la crisis sanitaria que vive su país, con más de medio millón de muertos debido al COVID. “Según datos técnicos, si el gobierno hubiera hecho lo debido, se hubieran salvado 350.000 vidas”. También deploró el “cierre hace más de un año de la cinemateca brasileña, con 90.000 títulos (...) y todos los técnicos y expertos despedidos”
“Es una forma muy clara de reprimir la cultura y el cine”, dijo Kleber Mendonça para quien “una forma de resistir es pasar la información y hablar de ello”. Por su parte, las mujeres del jurado, que son mayoría, reivindicaron más igualdad en la industria.
“Incluso en el seno de una cultura tan masculina, hacemos películas diferentes, explicamos las historias de otra manera. Vamos a ver qué pasa” con un jurado con cinco mujeres y cuatro hombres, dijo la actriz estadounidense Maggie Gyllenhaal.
Fuente: AFP.
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Festival de Trípoli, un acto de resistencia en Oriente Próximo
Por David Sánchez, desde Cannes (Francia), X: @tegustamuchoelc (*)
Elías Khlat, el fundador y director del Festival de Cine de Trípoli, desde el festival de Cannes 2024, comparte su visión sobre el estado actual del cine en el Líbano y la importancia de su festival como un acto de resistencia cultural en una región marcada por la inestabilidad, describiendo el compromiso de su festival con el cine internacional y su enfoque en promover el talento emergente.
En medio de los desafíos y la inestabilidad de la región, Trípoli Film Festival, bajo la dirección de Ellias Khlat, ha surgido como un bastión de resistencia cultural. Fundado hace once años, este festival internacional se ha convertido en una plataforma vital para el cine en el Líbano y más allá.
Aunque tradicionalmente programado para la primavera, el festival tuvo que adaptarse debido a la pandemia. Sin embargo, con la apertura de cines y teatros en el Líbano en setiembre, el evento encontró su lugar en octubre. En su undécima edición, celebrada en setiembre del 2023, el festival continúa su compromiso de promover la diversidad y la excelencia cinematográfica.
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Khlat señala: “Empezamos a prepararlo para 2013, pero no pudimos lanzarlo ese año. La primera edición se celebró en 2014. El año pasado, celebramos nuestro décimo aniversario, y ahora estamos preparando nuestra undécima edición”.
Una de las características distintivas del festival es su enfoque en la competencia de cortometrajes. Además de las categorías habituales de ficción narrativa y documental, Trípoli Film Festival es único en la región árabe al otorgar un premio especial a la mejor animación de cortometraje.
Además de la competencia, el festival también presenta sesiones fuera de competencia, ofreciendo una plataforma para películas que merecen ser vistas, pero que no califican para la competencia oficial. Esta apertura a una variedad de películas refleja el compromiso del festival con la diversidad y la exploración cinematográfica.
En cuanto a la diversidad en la selección de películas, Khlat señala que el festival ha recibido trabajos de América Latina, Estados Unidos, Canadá, y recientemente, el Lejano Oriente. Sin embargo, aún faltan territorios por explorar, como África y Australia. Otro aspecto destacado del festival es el premio “Lifetime Achievement”, que se otorga anualmente a una figura destacada del cine libanés o árabe. Esta distinción reconoce y celebra las contribuciones significativas al mundo del cine en la región.
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Trípoli Film Festival ha logrado mantenerse como un evento cultural de renombre, atrayendo a cineastas y amantes del cine de todo el mundo. “Trípoli es una ciudad muy frágil en cuanto a seguridad y demografía. Hemos tenido muchos problemas. Tenemos 35 salas de cine históricas cerradas. Presentamos nuestras competiciones al aire libre o en centros culturales con salas de teatro o cine”, refirió su director.
Sin embargo, Khlat resalta la importancia de apoyar a los talentos emergentes y promover la diversidad en el cine. “El festival es una plataforma para jóvenes talentos. Especialmente para los cortometrajes, tomamos proyectos árabes y libaneses para darles visibilidad”, explica. Su compromiso con la resistencia cultural y la promoción del cine independiente lo convierte en un faro de esperanza y creatividad en el Líbano y más allá.
El director del festival también reflexiona sobre los desafíos que enfrenta la industria cinematográfica libanesa, especialmente en medio de la crisis económica y la disminución de la producción de largometrajes. “El Líbano producía 2, 3, 4, 5 largometrajes en el tiempo y casi uno al año. Ahora, casi ninguno”, lamenta Khlat.
A pesar de los desafíos económicos y de seguridad que enfrenta Trípoli, Khlat subraya el compromiso del festival con la resistencia cultural y la promoción del cine local. “Es un acto de resistencia cultural para decir que estamos aquí y que hay muchos cineastas libaneses importantes que han hecho conocido el Líbano en lugares como Cannes, Berlín y Venecia”, concluye Khlat. “Es una forma de apoyar a los talentos tripolitanos y mantener viva la pasión por el cine en la región”.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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La Fabrique y Cinémas du Monde, impulsores del cine iberoamericano
Por David Sánchez, desde Cannes (Francia), X: @tegustamuchoelc (*)
En el marco del Festival de Cine de Cannes 2024, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Gabrielle Béroff-Gallard, responsable de La Fabrique Cinéma del Instituto Francés, y Claude Brenez, del programa Cinémas du Monde. La conversación, sostenida en su stand, nos permitió entender el impacto de estos programas en la promoción del cine mundial, especialmente en América Latina.
Brenez explicó: “Trabajo en el Instituto Francés en la difusión del cine francés a nivel internacional y en la coordinación con el Centro Nacional del Cine y la Imagen Animada (CNC) del programa de coproducción internacional de ayuda al cine del mundo. Me ocupo particularmente de la parte posterior a la realización, es decir, la postproducción”.
La funcionaria francesa describió en qué consiste el subsidio: “El fondo de ayuda al cine del mundo existe desde 2012 y es cogestionado por el CNC y el Instituto Francés. Este fondo favorece la coproducción internacional y está abierto a todos los países del mundo. El principio es tener un coproductor francés en un proyecto filmado en el extranjero y en una lengua extranjera, proporcionando ayuda tanto antes como después de la realización del filme. Desde 2012, hemos apoyado alrededor de 643 películas de 111 países diferentes, con un fondo anual de aproximadamente 6 millones de euros”.
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Béroff-Gallard describió a La Fabrique Cinéma: “Es un programa de acompañamiento para proyectos de primeros y segundos largometrajes en desarrollo de países del sur y emergentes, incluyendo toda América del Sur, África, algunos países de Asia y Medio Oriente, y Europa no perteneciente a la Unión Europea. Seleccionamos 10 proyectos cada año y los invitamos a Cannes para participar en un programa intensivo en el Pabellón de Cinémas du monde, ayudándoles a encontrar socios, especialmente coproductores franceses”.
Este año, el programa de 10 seleccionados de La Fabrique Cinéma incluye proyectos de la República Dominicana, Perú-México, Jamaica, Cuba y Brasil. “Frecuentemente tenemos entre dos y cuatro proyectos de América Latina y el Caribe. Por ejemplo, Argentina ha sido uno de los países más apoyados, con 26 proyectos beneficiados. Un ejemplo reciente es ‘Eureka’ de Lisandro Alonso (en Cannes 2023), apoyado por el fondo de ayuda al cine del mundo”, comentó Béroff-Gallard.
Además, el fondo ha sido fundamental para películas de otros países latinoamericanos, como Brasil, que ha recibido apoyo para 23 proyectos, y Colombia, con 13 proyectos, incluido ‘Mi Bestia’ de Camila Beltrán, presentado en la sección ACID de este año. “El fondo ha trabajado estrechamente con la región, fomentando una colaboración artística y técnica robusta”, añadió Brenez.
Desde 2009, La Fabrique ha seleccionado 154 proyectos, de los cuales 58 se han realizado, lo que representa un 40 % de éxito. “Acogemos a participantes de todo el mundo, incluyendo a muchos de América Latina. Estos cineastas reciben entrenamiento personalizado y acceso a redes de producción, lo que facilita el desarrollo de sus proyectos. Más de 50% de los filmes producidos han sido estrenados en Francia y en festivales internacionales”, explicó Béroff-Gallard.
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Brenez destacó la importancia de Cannes: “Es un lugar de encuentro para la industria del cine, facilitando la conexión entre cineastas y coproductores. Este año, 15 películas apoyadas por el fondo de ayuda al cine del mundo están en diferentes secciones del festival, lo que refleja la alta calidad y el impacto del programa”.
Más allá de los logros presentes, Gabrielle Béroff-Gallard y Claude Brenez también nos hablaron de los planes futuros para La Fabrique Cinéma y el programa Cinémas du monde. Uno de los principales objetivos es aumentar el alcance y la eficacia de estos programas, asegurando que más cineastas de países emergentes y en desarrollo puedan beneficiarse de estas iniciativas.
Brenez destacó la intención de seguir fortaleciendo las colaboraciones internacionales: “Estamos trabajando para establecer nuevas alianzas con festivales y fondos de cine en todo el mundo. Queremos que más proyectos puedan acceder a los recursos necesarios para su desarrollo y realización. Además, estamos explorando oportunidades para incluir más talleres y sesiones de formación en línea, de manera que los cineastas puedan seguir aprendiendo y preparándose antes de llegar a Cannes”.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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Cannes: premian a la película rumana “Tres kilómetros hasta el fin del mundo”
Por David Sánchez, desde Cannes (Francia), X: @tegustamuchoelc (*)
La película rumana “Tres kilómetros hasta el fin del mundo” (Trei Kilometri Pana La Capatul Lumii) de Emanuel Parvu gana la Queer Palm 2024 (premios LGTB), participaba en la Selección Oficial en Competición en Cannes.
El film es el tercer largometraje de Emanuel Parvu, un exactor y cortometrajista de 45 años que debuta en Cannes con un poderoso drama sobre la intolerancia y la corrupción en una sociedad retrógrada que prefiere ignorar una realidad desagradable. La historia sigue a Adrián, quien regresa a casa después de recibir una paliza.
Su padre, al denunciar el caso a la policía, desencadena una serie de eventos que alteran la vida de su familia y de todo el pueblo. La golpiza fue propinada por amigos de Adrián que lo sorprendieron manteniendo una relación homosexual con un turista. El policía, al recibir la denuncia, sugiere encubrir el incidente para no manchar la reputación del pueblo con lo que considera un pecado abominable, temiendo además que podría atraer a un turismo indeseable de homosexuales y drogadictos.
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El jurado presidido por Lukas Dhont, junto con los jurados Hugo Bardin (actor, director, performer y ganador de Drag Race Franciacia), Sophie Letourneur (directora y actriz, Francia), Juliana Rojas (directora, Brasil) y Jad Salfiti (periodista y director, Reino Unido y Palestina), ha seleccionado entre dieciocho largometrajes y cinco cortometrajes los ganadores de la Queer Palm 2024.
Lukas Dhont también es el padrino del Queer Palm Lab, un programa anual de mentoría que tiene como objetivo apoyar a 5 directores de todo el mundo en la realización de su primer largometraje. Los 5 proyectos seleccionados se anunciarán el 20 de junio de 2024 y recibirán apoyo hasta mayo de 2025.
La ceremonia de clausura de la Queer Palm 2024 tuvo lugar en la playa Magnum Cannes, celebrando este año la campaña Wherever Pleasure Takes You y marcando 11 años de presencia en la Croisette para la marca de helados premium.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
Lea también: Crítica: “L’histoire de Souleymane”, profunda reflexión sobre los inmigrantes
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Crítica: “L’histoire de Souleymane”, profunda reflexión sobre los inmigrantes
Por David Sánchez, desde Cannes (Francia), X: @tegustamuchoelc (*)
En “L’histoire de Souleymane”, presentada en la sección “Una cierta mirada” del Festival de Cannes 2024, el director francés Boris Lojkine nos sumerge en una exploración íntima y desgarradora de la vida de los inmigrantes en Francia. La película narra las tensiones y tribulaciones de Souleymane, un joven guineano que lucha por obtener asilo en un país que promete oportunidades pero que se revela como un laberinto de precariedad y explotación.
La trama sigue a Souleymane (interpretado por Abou Sangare) durante los dos días previos a su crucial entrevista para obtener la residencia legal. Souleymane, quien llegó a París en busca de un futuro mejor, se encuentra atrapado en la economía de los trabajos temporales, subcontratando su trabajo de repartidor a través de una cuenta de aplicación de entregas que no está a su nombre. Esta situación refleja la brutal explotación que sufren muchos inmigrantes, exponiendo la cara más despiadada de la modernidad: un sistema que se beneficia de los más vulnerables mientras estos luchan por una migaja de estabilidad.
La película se inscribe en la tradición del cine realista con resonancias sociales, siguiendo la línea de los hermanos Dardenne, y captura la esencia de la vida migrante con una autenticidad inquietante. Lojkine, junto con la coguionista Delphine Agut, nos transporta a un París vibrante y caótico, donde Souleymane pedalea incansablemente bajo la lluvia o el sol, lidiando con las interminables demandas de un trabajo que apenas le permite sobrevivir. Esta lucha constante se convierte en una alegoría de la vida misma, vista desde la compasión por la dureza de su situación o desde la fascinación por su resiliencia al haber llegado a París.
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La interpretación de Abou Sangare es magnética y auténtica, infundiendo a su personaje una mezcla de determinación y vulnerabilidad que resuena profundamente. Sin embargo, la técnica de cámara en mano, aunque efectiva para capturar el agotamiento físico y la presión psicológica de Souleymane, comienza a sentirse repetitiva y carente de innovación en el cine actual. Este enfoque visual, complementado por un diseño de sonido envolvente, nos sumerge en la frenética y a veces desesperante vida del protagonista.
La tensión narrativa se amplifica por la necesidad de Souleymane de preparar una historia convincente para su entrevista de asilo, una historia fabricada por un “entrenador” de inmigrantes que cobra por sus servicios. Esta trama secundaria resalta el cinismo de un sistema donde la verdad es un lujo que pocos pueden permitirse, y la supervivencia depende de la habilidad para manipular la realidad a favor propio.
Lojkine evita simplismos y juicios morales fáciles. En su lugar, ofrece una exploración matizada de un sistema complejo donde la explotación y la compasión coexisten, a menudo en las mismas personas. Los personajes secundarios, como el dueño de la cuenta de entrega y el “entrenador” de inmigrantes, no son simplemente villanos; son individuos que también navegan sus propias dificultades y limitaciones, buscando formas de sobrevivir en un entorno hostil.
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El filme culmina en la tensa entrevista de asilo, donde la actuación de Nina Meurisse como la funcionaria añade una capa adicional de complejidad emocional. La quietud y la intensidad de esta escena final contrastan poderosamente con el dinamismo y la agitación de las escenas anteriores, subrayando la gravedad de la situación de Souleymane y la incertidumbre de su futuro.
El film sirve como un comentario profundo sobre las condiciones de la migración y la precariedad en la era contemporánea. La película nos invita a reflexionar sobre la humanidad compartida y las injusticias sistémicas, recordándonos que detrás de cada historia de inmigración hay un ser humano luchando por dignidad y esperanza.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.