“El rock and roll no muere nunca”. Italia ganó este sábado pasado el Festival de la Canción de Eurovisión con los rockeros del grupo Måneskin, que conquistaron en Holanda a un público muy restringido tras un año de pausa por la pandemia.

Con “Voila”, una canción sobre la autoafirmación, un tema íntimo que espera le sirva de tarjeta de visita para conquistar a una audiencia, la francesa Barbara Pravi, a menudo comparada con Edith Piaf, ha quedado en el segundo puesto, seguida de Suiza.

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Vestidos de cuero y rebosantes de energía, los italianos se llevaron el primer puesto de un espectáculo lleno de brillo y extravagancia que en 2020 fue cancelado por primera vez en su historia. “Solo queremos decirle a toda Europa, al mundo entero, que el rock and roll nunca muere”, afirmó Damiano David, el cantante del grupo italiano, al recibir el trofeo.

Las condiciones sanitarias obligaron al evento, seguido cada año por millones de espectadores, a reinventarse. “Creemos que el evento fue un alivio” para los europeos después de un año de pandemia, declaró el grupo italiano en rueda de prensa después de la victoria.

“Estamos muy agradecidos de haber tenido la oportunidad de formar parte de este gran evento. Fue realmente increíble”, añadió. Esta victoria “puede ser un mensaje de esperanza” para Italia, uno de los países europeos más afectados por el COVID-19, dijo asimismo la bajista Victoria De Angelis.

Miles de fans de este concurso colorido que ondean banderas de sus países frente a las cámaras de televisión se han quedado con las ganar de ir a la ciudad holandesa debido a las restricciones de viaje impuestas para luchar contra la pandemia.

Solo 3.500 espectadores, que se han sometido a un test contra el COVID-19, han sido autorizados a asistir a la semifinal, la final y los seis ensayos generales. Es solo el 20% de la capacidad de la sala de espectáculos.

“Bandas de rock”

El grupo Måneskin, formado por una chica y tres chicos, proporcionó a Italia su tercera victoria en este concurso poco popular entre los artistas que reivindican la influencia de las “bandas de rock” tradicionales.

Tras la difusión en las redes sociales de unas imágenes en las que se veía al cantante de la banda inclinado sobre una mesa durante la ceremonia de Eurovisión, Damiano David desmintió categóricamente que hubiera consumido droga.

“Yo no consumo droga. Por favor, chicos. No digáis eso, venga, nada de cocaína. Por favor, no digáis eso”, afirmó en rueda de prensa, después de la final. Måneskin significa “claro de luna” en danés, la lengua materna de la bajista de la banda, Victoria De Angelis.

Con el título que llevaron a Eurovisión, “Zitti e buoni”, ganaron en 2021 el gran premio de la 71ª edición del Festival de la canción de San Remo. Influenciada por Noir Désir, Nirvana y Placebo, la banda de pop, reggae y funk fue fundada en 2016, cuando eran adolescentes, en Roma por De Angelis, Damiano David (el cantante), Thomas Raggi (guitarra) y Ethan Torchio (batería).

“Nuestro grupo es una traslación de la música del pasado a la modernidad. Hay tantos grupos, pero pocos que permanecen. Como inspiraciones estéticas, tenemos en mente a los Rolling Stones, los Doors”, declaró en 2017 Damiano David a la revista “Diva e Donna”.

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Saltaron a la fama participando en el programa X Factor en 2017 con la canción “Chosen”, que les permitió firmar su primer contrato profesional con Sony. El EP fue doble disco de platino. Luego lanzaron varios singles destacados “Morirò da re” (2018), “Fear for Nobody” (2019) “Vent’anni” (2020), así como dos álbumes, “Il Ballo della vita” (2018) y " Teatro d’ira vol. I “(2021).

En 2018 “Torna a casa” se convirtió en quíntuple disco de platino y obtuvo casi 110 millones de visitas en YouTube. España, representada por Blas Cantó, no ha tenido suerte y ha quedado relegada a la 24ª posición.

Burbuja especial

Desde el comienzo del concurso, los candidatos permanecieron encerrados en una “burbuja especial” y cada día tenían que hacerse la prueba del COVID-19. Aun así se han detectado casos del nuevo coronavirus entre varias delegaciones, como la de Islandia, que se ha visto obligada a volver a su país y participó a través de vídeos grabados.

Tampoco asistió a la final el ganador de la última edición que, según manda la tradición, debía cantar su balada “Arcade”. Y es que el holandés Duncan Laurence dio positivo por COVID-19. Fiel a la tradición, la edición 2021 también aportó su lote de canciones explosivas interpretadas por personajes extravagantes, artistas que representan a una minoría o que quieren transmitir un mensaje al público.

La chipriota cuenta la historia de una mujer que se enamora del diablo. En Rusia el tema feminista de la cantante de origen tayiko Manija le valió una lluvia de críticas de los conservadores. Bajo el lema “¡Abramos!”, la edición 2021 de Eurovisión fue como un soplo de aire fresco para los habitantes de Rotterdam, bajo la alargada sombra de la epidemia.

Fuente: AFP.

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