“¡Y de la mano de Anita Blaya toda la vuelta vamos a dar! Traemos el primer Cóndor de Plata al país. Salute #LasBuenasIntenciones mejor ópera prima, mejor actriz de reparto, mejor actor y mejor música original en los Premios Condor”, celebró este jueves la banda paraguaya Ripe Banana Skins, a través de Twitter, al anunciarse que mereció el galardón a Mejor Música Original.
El grupo nacional musicalizó “Las buenas intenciones”, dirigida por Ana García Blaya, hermana de uno de los integrantes RBS, y que se inspira en un momento de su infancia. Esta aclamada película argentina logró cuatro galardones, incluyendo ópera prima, actor protagonista (Javier Drolas) y actriz de reparto (Jazmín Stuart).
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Paraguay tuvo nominaciones a los Cóndor de Plata, a través de sus artistas y producciones nacionales, entre ellos, el actor Arnaldo André, los filmes “Hamaca paraguaya” o “Matar a un muerto”. En 2018 fue premiada la actriz paraguaya Loren Acuña como Revelación femenina 2018 por la película argentina “Madraza”. Mientras que “7 cajas” fue distinguida como mejor película iberoamericana en 2015.
Este jueves se anunciaron a los ganadores de la 68 edición de los Premios Cóndor de Plata, correspondiente a la producción cinematográfica 2019, que organiza la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, y cuya ceremonia se vio postergada por la pandemia del COVID-19.
En tanto, “Los sonámbulos”, de Paula Hernández, fue consagrada como mejor película del año, y totalizó también cuatro trofeos. La película de Alejandro Fadel, “Muere, monstruo, muere”, se alzó con siete estatuillas erigiéndose como la más premiada.
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Volviendo a “Las buenas intenciones”, la película recibió diversos premios internacionales, como el Premio de la Juventud en el Festival de San Sebastián; el Premio Especial del Jurado (Ópera prima) en el Festival de La Habana; o cinco Premios Sur, incluyendo mejor ópera prima.
Ambientada a principios de los años 1990 en Buenos Aires, sigue la historia de Amanda, que tiene 10 años, dos hermanos menores y padres separados con los que los niños conviven alternativamente. Cuando están con su padre, Amanda se ve obligada a ocupar el lugar de adulto y a cuidar -como puede- de todos, ya que Gustavo es un tipo bastante particular que ama a sus hijos apenas un poco más que a sí mismo. Pero un día, su madre propone una alternativa fuera del país, mudarse a Paraguay, lejos de la desprolija vida de su padre, y a Amanda esa propuesta la pone en jaque.