De rizos alborotados, barba poblada y tatuajes, este violinista de 52 años publicó en enero su disco online “Petit Garage”, homenaje a ese lugar de su infancia. Foto: Facebook.
En el garaje donde se refugiaba de las bombas en Líbano, Ara Malikian conoció la fuerza de la música. Un camino que lo llevaría a convertirse en un ‘rock star’ del violín, a espaldas de los conservatorios.
De rizos alborotados, barba poblada y tatuajes, este violinista de 52 años publicó en enero su disco online “Petit Garage”, homenaje a ese lugar de su infancia. Incluye canciones que debió tocar en streaming o ante un público con mascarillas a causa de la pandemia.
“Era un lugar lleno de ratas y de cucarachas, pero para mí era un sitio real (...) Oíamos las bombas, era una situación muy dramática y, de repente, algunos de nosotros empezamos a hacer música, otros a cantar, todos a bailar”, señala en entrevista con la AFP en Madrid, su hogar desde hace unas dos décadas.
“Vi como la música y el arte cambiaban el ánimo de las personas, daban esperanza, daban alegría. Olvidábamos todas las penas, todas las guerras y las bombas”, prosigue. Nacido en Beirut en 1968 en una familia armenia, Ara Malikian comenzó con el violín muy pequeño, empujado por su padre, violinista, que tocó con la popular cantante libanesa Fairuz.
“Desde el momento que nací, me puso un violín en la barbilla y, quisiera o no, tenía que tocarlo”, recuerda. “Menos mal, luego me enamoré de este instrumento, así que no tuve problemas psicológicos”, dice sonriente. “Pero es verdad que mi padre era muy estricto, muy severo, así que me obligaba a estudiar a practicar horas y horas desde muy pequeño”.
Bares y clubes
Largas sesiones de trabajo que esculpieron un músico prodigioso y le permitieron abandonar Líbano para ir con quince años a Alemania a perfeccionar el violín. Allí se enfrentó a “un entorno muy clásico, muy, muy conservador” de los conservatorios, fuera del cual tenía que ganarse la vida.
“En secreto tocaba en clubes, en bares, en bodas, en fiestas (...) Fue una enseñanza muy importante para mí” para dejar fluir “la locura”, continúa el músico, que recuerda con vergüenza no haber sabido quienes eran The Doors cuando le pidieron una de sus canciones en un “bar de travestis”.
Además de las horas de práctica del repertorio clásico, Malikian se aprendió canciones de pop y rock. “Gracias a estos trabajos, se abrió mi mente y (...) he podido salir de este mundo tan cerrado de la música clásica. Y aunque sigo tocando música clásica, veo la música como música, no solo como una lata de conserva que es la música clásica”, subraya el violinista que navega entre lo clásico, lo gitano y las influencias árabes. Incluso ha versionado “Bachelorette” de Björk, suplantando con su violín la voz de la artista islandesa.
Conciertos “emotivos” pese al COVID
La pandemia sorprendió a Malikian en mitad de su gira internacional “Royal Garage”, que debió anular. Había tocado en el Olympia en París y tenía pendiente viajar a Moscú, Milán, Buenos Aires, Sao Paulo, México...
Tras un confinamiento que pasó con su hijo y componiendo --tiene un disco completo aparte que sacará más adelante--, el violinista ha vuelto a los escenarios, principalmente en España, donde las salas siguen abiertas, si bien con medidas de seguridad.
Los espectáculos han sido “muy emotivos”, dice. “Con mascarillas, con distancia, pensábamos que iba a ser muy duro de hacer conciertos, con aforos muy limitados. Pero fue maravilloso porque la gente, a pesar del susto (...) venían a vernos a escuchar y eso te anima mucho, te emociona mucho”.
Comprometido con numerosas causas, entre ellas la de los migrantes, el músico dice esperar que de la pandemia emerja un mundo “más unido”, y no uno en el que se creen “más fronteras, más muros, más odio”.
USD 11,3 millones alcanzó la subasta por un raro violín Stradivarius de 1714
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Un raro violín Stradivarius, fabricado en 1714 por Antonio Stradivari durante su célebre “periodo dorado”, alcanzó este viernes 11,3 millones de dólares en Sotheby’s en Nueva York, el tercer mayor precio por un instrumento musical en una subasta, anunció la casa de remates.
Las ganancias por la venta se destinarán al Conservatorio de Nueva Inglaterra (NEC, por sus siglas en inglés) para crear una beca para apoyar a las futuras generaciones de músicos.
“Este extraordinario violín representa la cúspide de la artesanía y la historia de la música clásica. Su sonido sin parangón y su legendaria procedencia cautivan a coleccionistas y músicos por igual”, dijo Mari-Claudia Jiménez, presidenta de Sotheby’s para América en un comunicado.
Conocido por su extraordinario sonido y belleza, el violín Joachim-Ma Stradivarius, alcanzó el tercer mayor precio en una subasta. El récord lo ostenta otro violín de Stradivari, apodado el maestro de Cremona, el “Lady Blunt”, vendido en 2011 en 15,9 millones de dólares.
Asimismo, otro violín salido de los talleres del lutier italiano -el “da Vinci, ex-Seidel”- se remató en 15,34 millones en 2022.
Los 11,3 millones de dólares pagados incluyen los impuestos y las comisiones de la casa de remates.
Fabricado en 1714, “lo que hace que el Joachim-Ma Stradivarius sea tan extraordinario es su excepcional sonido, rico, complejo y lleno de profundidad”, señala Sotheby’s.
El violín perteneció al violinista y pedagogo Si-Hon Ma que se lo regaló al NEC tras haber culminado sus estudios en esta institución en la década de 1950, a condición de que algún día lo vendiera para financiar becas para estudiantes.
Antes de Ma, el violín fue propiedad de Joseph Joachim, uno de los violinistas más influyentes del siglo XIX, famoso por sus colaboraciones con compositores como Johannes Brahms.
El músico recibió la noticia de que su padre José Luis Miranda, reconocido maestro de música, se descompensó y decidió dedicarle algunas guaranias. Foto: Captura pantalla.
Maestro José Miranda despide a su padre con dulces melodías de violín
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Este jueves, un emotivo video se hizo viral en redes sociales en el que se ve al maestro José Miranda despidiendo con música a su padre que se encuentra internado en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS). El músico recibió la noticia de que su padre José Luis Miranda, reconocido maestro de música, se descompensó y decidió dedicarle algunas guaranias.
José decidió compartir en su cuenta de Facebook el emotivo momento en el que llega al hospital, toma su violín y empieza a tocar la conocida guarania “Regalo de Amor”, para que su padre, el intérprete, compositor y docente musical pueda disfrutar de estas dulces melodías mientras se encuentra internado en delicado estado de salud.
“Me avisan que mi papá (el maestro José Luis Miranda) se está yendo, y le pido a los médicos que me dejen despedirlo con música. Los médicos del IPS con empatía y humanidad me dejaron interpretarle sus canciones preferidas”, detalló el maestro. En la misma red social sus conocidos y alumnos elevaron una oración por la salud de su padre.
Expresó que al escuchar estas melodías del violín comenzó a mejorar los valores clínicos de su padre como la presión, pulsación y se estabilizó. “Aunque esté intubado y sedado, mi padre reaccionaba tratando de abrir los ojos y moviendo la boca como queriendo cantar o corregirme algunas notas”, confirmó.
El profesional se mostró muy agradecido con el legado que deja su padre, quien enseñó a tantos niños, adolescentes y jóvenes a amar el arte musical. “Nos enseñó a tantos a amar la música, que se merece ser despedido así. Todavía seguimos y gracias a todos por el apoyo en estos momentos”, refirió.
Es fundador y director general de la Escuela Musical Miranda. Realizó su carrera musical en piano bajo la dirección de Francisco Marín Nogueras, Jovina González de Orth y Erwin Aponte. Como también con renombrados maestros como Antonio María Russo, Alberto Ángel Devoto, Carmela Giuliano y Lucio Núñez, en Buenos Aires.
El profesional se desempeña como intérprete, compositor y docente musical desde 1957. Fue asesor del proyecto Nacional Sonidos de la Tierra, fundador de la primera Camerata Académica estable del Paraguay: Camerata Miranda. Creador del proyecto Paraguay Cantando, en cuya clausura reunió al gran coro con más de 800 artistas del bicentenario, en diciembre del 2011.
Raro Stradivarius de “El mago de Oz” vendido por US$ 15 millones
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Un raro violín Stradivarius que perteneció a un virtuoso ruso-estadounidense y fue usado en la banda sonora de “El mago de Oz” se vendió el pasado jueves en subasta por 15,3 millones de dólares en Nueva York, justo por debajo del récord de un instrumento de este tipo, según la casa de subastas Tarisio.
El violín, fabricado en 1714 por el maestro Antonio Stradivari, perteneció al virtuoso Toscha Seidel, que no sólo lo utilizó en la partitura del clásico de Hollywood de 1939, sino también, sin duda, mientras enseñaba a su famoso alumno Albert Einstein.
“Este violín ha estado al lado del gran científico matemático mientras tocaban cuartetos en la casa de Albert en Princeton, Nueva Jersey”, dijo Jason Price, fundador de Tarisio, que se especializa en instrumentos de cuerda. Seidel, que emigró a Estados Unidos en la década de 1930, y Einstein, que huyó del régimen nazi en Europa, participaron en un concierto en Nueva York en 1933 en apoyo de los científicos judíos alemanes que huían.
De los miles de instrumentos fabricados por Stradivari, hoy se conocen unos 600. “De ellos, muchos están en museos, muchos están en fundaciones y están en situaciones en las que no serán vendidos”, indicó Price. “Hay unos pocos elegidos que se conocen como los ejemplos del Período Dorado, que es aproximadamente entre 1710 y 1720 (...) Y estos, en su mayoría, son los más deseados y valorados”. El violín había pertenecido anteriormente a la colección Munetsugu de Japón. Tarisio no reveló quién fue el comprador.
El récord de un Stradivarius en subasta se estableció en 2011, cuando un violín bautizado como “Lady Blunt”, que se dice perteneció a Lady Anne Blunt, nieta del poeta Lord Byron, se vendió por 15,9 millones de dólares en Londres. En 2014, otro Stradivarius cuyo precio de subasta se fijó en un mínimo de 45 millones de dólares no se vendió.
Con la imputación de tres alemanes sospechosos del crimen de su compatriota Bernard Bredow y su hija en Patiño Cue, la Fiscalía apunta a instrumentos de lujo, valuados en más de 2 millones de dólares, como objetivo de robo. Foto: AFP.
Szarán: “El tema de los violines Stradivarius es como la historia de la plata yvyguy”
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Unos cuatro violines Stradivarius emergieron hoy miércoles en la hipótesis de la Fiscalía para develar el violento y cruel crimen del arqueólogo alemán Bernard Raymond von Bredow y su hija, ocurrido en su residencia en el pueblo de Patiño Cue, distrito de Itauguá, el 22 de octubre pasado. Tres sospechosos fueron imputados.
“Era una personalidad científica muy importante que se estableció aquí, y también se dedicaba a la lutería, a reparar instrumentos, trabajaba muy bien”, dijo el maestro Luis Szarán, director de varios proyectos musicales y educativos, entrevistado por diversos medios para ahondar sobre el prestigio y el valor de los Stradivarius.
El destacado músico paraguayo mencionó que llegó a conocer a von Bredow en una ocasión que lo presentaron; y que a través de colaboradores de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA) le enviaban instrumentos para reparar, ya que era conocido por dedicarse a la lutería y por asistir a diversos instrumentistas locales.
En ese sentido, se conocía también que von Bredow tenía una filosofía de trabajar sin nada de metal, utilizando herramientas construidas con huesos, y que su trabajo era muy apreciado por la delicadeza que requería la reparación de los instrumentos.
Bernard Bredow adquirió cierta fama en Alemania desde 1985, al revelar sus hallazgos de restos fósiles en su natal Siegsdorf. Foto: Gentileza.
El “primer” Stradivarius en Paraguay
Stradivarius es un prestigioso apellido italiano asociado a la máxima calidad de violines construidos hace 250 años, principalmente por Antonio Stradivari (1644-1737), de quien se estima que sobreviven en el mundo cerca de 500 violines, valuados cada uno entre 2 a 4 millones de dólares.
En junio de 2011, el violín Stradivarius apodado “Lady Blunt” estableció un récord mundial de precio para un instrumento musical de 15,9 millones de dólares. En 2014, una viola Stradivarius se tasó en 45 millones de dólares, pero en la subasta no encontró comprador.
Hace 15 años, el primer caso mediatizado de un violín Stradivarius en Paraguay vino en manos de un solista francés, que mediante una fundación accedió a un instrumento que perteneció al escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), autor de “El principito”, lo que le daba aún más valor: estaba valuado en 4 millones de dólares.
El músico francés se presentó en Asunción con la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA), concedió una entrevista a una revista local y, “por seguridad”, pidió que se publicara al irse del país. El maestro Szarán comentó a C9N que varios Stradivarius pasaron así por territorio paraguayo y que otras tantas personas afirmaron poseer un cotizado ejemplar.
Madera estacionada durante 50 años
“Aquí en Paraguay no hay mercado para esto”, señaló Szarán, y explicó que los instrumentos Stradivarius “se volvieron muy famosos por la potencia de su sonido, por la belleza de su terminación, por el barniz; la potencia y la dulzura que pudiera llegar lejos, sin que el sonido saliera lastimado”. Esta situación ha generado un comercio legal y un mercado negro, “como sucede con los cuadros antiguos”.
“Estos instrumentos no vienen con un código de barra de la época”, advierte el músico paraguayo. Por esta razón, se realizan estudios científicos y hay una docena de expertos habilitados en toda Europa para dar certificación sobre la autenticidad de los instrumentos, e incluso de su potencial valor si fuere una réplica.
Szarán refirió que conoció a uno de estos especialistas en Italia y que era muy requerido por poseedores de instrumentos antiguos que especulaban con el valor histórico de su posesión, aunque una simple revisión podía costar unos 20 mil euros. Además, explicó que la familia italiana tenía que estacionar la madera entre 50 y 60 años, lo que implicaba que la generación siguiente construía estos instrumentos, lo que supone otro plus de valor en el tiempo.
Los principales mercados de instrumentos antiguos se desarrollan en Estados Unidos y Europa, además de un importante coleccionista de Taiwán, que luego pone sus instrumentos a disposición de concertistas. Szarán acota también que en el caso de los violines su valor se incrementa con el paso de los años, al contrario de lo que sucede con otros instrumentos, como los pianos.
“El tema de los violines es como la historia de la plata yvyguy. Varias familias se dedicaban a la construcción de violines hasta que después se fue encontrando el modelo exacto”, dijo Szarán a Monumental. “Con el paso de los siglos fue creciendo y creciendo el valor del instrumento”.
El alemán Stephen Jorg Messing Darchinger es escoltado por la policía luego de ser detenido en Asunción, el 10 de noviembre de 2021. Foto: AFP.
Un violonchelista entre los sospechosos
En cuanto al caso policial, el músico no puede afirmar si sean o no violines Stradivarius los que se señalan como motivo del robo y asesinato en Itauguá. Manifestó que hay personas que pueden hacer una primera aproximada identificación, pero que la Fiscalía tendrá que recurrir a especialistas en Buenos Aires para determinar el auténtico valor de los objetos musicales.
Por otra parte, Szarán se expresó consternado por el crimen, y también por el hecho de uno de los tres imputados que supuestamente está implicado en el crimen, ya que lo llegó a conocer por la amistad en común con una musicóloga y que llegó a ser invitado de la OSCA como violochelista, y que integraba la orquesta de una universidad privada.
El músico indicado es el alemán Yves Asriel Spartacus Steinmetz, de 60 años, quien este martes último fue detenido entre los tres allanamientos que realizó la Fiscalía, y que incautó varias armas y municiones, entre las pruebas para el caso. También fueron detenidos Volker Grannass, de 58 años, y Stephen Jorg Messing Darchinger, de 51, también alemanes. Los tres están imputados.
Una disputa y dos supuestos amigos
“Uno de ellos fue el que encontró los cadáveres de las víctimas y otro era supuestamente amigo de la víctima y el tercero era un amigo con el cual ya tenía inconvenientes”, dijo Sandra Ledesma, agente fiscal del caso, a 780 AM, al explicar cómo fueron atando cabos para llegar hasta estos tres sospechosos.
Ledesma refirió que la víctima tenía una disputa desde 2018 con uno de los imputados por unos documentos que aparentemente establecían la autenticidad de los supuestos violines Stradivarius; y que el día del crimen lo habrían torturado para conseguirlos. Además, hay una caja fuerte, de un metro por un metro y medio de dimensión, aún sin poder abrirse.
“Ayer incautamos cuatro violines, llamativamente, la misma cantidad de violines que Bernard Raymond von Bredow años atrás había dejado en guarda a Ives Asriel Spartacus Steinmetz y que supuestamente fueron incinerados en el incendio que ocurrió en la casa de Steinmetz. Ocurrió el incendio, pero no se puede determinar si fue provocado o no”, dijo el comisario principal, Hugo Grance, jefe del Departamento de Homicidios de la Policía Nacional, a Ñanduti.
No obstante, en otro relato, Grance comentó que “los indicios que encontramos dicen que esos violines fueron dejados en custodia de Grannas mientras su propietario hizo un breve viaje a Alemania. Supuestamente, cuando regresó, Bredow fue informado de que los instrumentos fueron destruidos durante un incendio”.
“En el domicilio de la persona que era amigo de la víctima encontramos conversaciones, correos donde él daba información sobre contenedores, dónde se hallaban los violines incluso mapas de cómo encontrarlos”, contó la fiscal a Universo 970 AM. “La hipótesis que manejamos es que las personas que cometieron el crimen conocían a las víctimas. Ellos no pueden demostrar ninguna coartada de que no hayan estado en la escena del crimen”.
En 1993, la historia de Bernard Bredow y su hallazgo del mamut fue grabada para un documental emitido en televisión. Foto: Gentileza.
“De película”
Los cuerpos de Bernard Raymond von Bredow, de 62 años, y de su hija adolescente, Loreena Lydia von Bredow, de 14, fueron hallados en su residencia de Patiño Cue, a 30 kilómetros de la capital. von Bredow fue encontrado tendido en una mesa con un disparo en la nuca y signos de haber sido torturado. Su hija fue hallada en la bañera con un balazo en el vientre.
“Parece una historia de película”, remarcó Ledesma al declararse sorprendida por las derivaciones del caso en una nota de AFP. “Para cometer el ilícito y asesinar tan brutalmente es porque tenían que ser personas que conocían a las víctimas. Encontramos mucha evidencia”, explicó la representante del Ministerio Público.
Además de arqueólogo, von Bredow también reparaba instrumentos musicales y era considerado en Europa como una de las pocas personas capaces de restaurar objetos antiguos sin que perdieran su valor. Ledesma dijo no poder precisar aún cuántos de esos instrumentos tenía en su poder el lutier asesinado, pero aseguró que el móvil del crimen “fue la búsqueda de certificados de autenticidad” que podía tener “en su casa y que los ladrones necesitaban para venderlos”.
Decomisados 4 violines
El jefe policial Grance reveló a la AFP que en el allanamiento a la residencia de Volker Grannas “fueron decomisados 4 violines antiguos presumiblemente de la víctima”, además de 12 armas largas, 4 armas cortas (revólveres y pistolas) “de calibre similar a la utilizada en el hecho”.
Los instrumentos musicales tienen el aspecto de ser muy antiguos, presumiblemente las reliquias que se encontraban en la casa del lutier, precisó. Del domicilio de Stephen Jorg Messing Darchinger, que cuenta además con documentación chilena, se requisó un arma de fuego calibre 38, similar a la utilizada en el crimen, entre otras varias evidencias.
“Creemos que el día en el que se le mató (a Bredow) los asesinos estaban buscando los certificados de autenticidad. Ya tenían los violines, pero faltaban los certificados”, explicó el investigador. La representante del Ministerio Público remitió los informes del caso a Interpol para conocer el prontuario internacional de los sospechosos.
Además del museo privado de Bernard Bredow, en Siegsdorf se exponen sus descubrimientos en un museo municipal que lleva un millón de visitas desde 1995. Foto: Gentileza.
El mamut de Siegsdorf
Nacido el 23 de marzo de 1959, Bernard Raymond von Bredow ganó cierta fama en Alemania, por un descubrimiento que realizó cuando solo tenía 16 años de edad. El 11 de octubre de 1975, Bernard y un amigo, Robert Omelanowsky, descubrieron un gran esqueleto de mamut incompleto en el lecho de un arroyo cerca de su ciudad natal, Siegsdorf, al sureste de Alemania. Posteriormente, los restos del prehistórico animal, de unos 45 mil años, fue bautizado como Óscar.
Sin embargo, este hallazgo arqueológico permaneció oculto por algunos años. Las excavaciones continuaron hasta 1975. Dos años después, Bredow se graduó de la escuela secundaria y viajó por el mundo, incluyendo Nueva Zelanda, donde terminó sus estudios de geofísica. En 1985 regresó a Alemania y reveló por primera vez sobre al mamut de Siegsdorf.
Continuaron los trabajos de excavación financiados por el municipio local (incluyendo el desvío del arroyo para descubrir un área de 600 metros cuadrados), con los cuales este arqueólogo experimental también encontró los restos de un león cavernario de la Edad de Hielo, animal heráldico de Baviera, así como huesos de lobos, ciervos gigantes, uros y rinocerontes lanudos.
En 1991, Bredow fundó el Mammutheum (http://www.mammutheum.de/) en su residencia privada; mientras que la comunidad se inauguró, en 1995, el Museo de Mamut e Historia Natural de Siegsdorf, que también expone aportes de Bredow y, desde entonces, más de un millón de personas han visitado el esqueleto de mamut más grande y mejor conservado de Europa, según refiere el portal de la institución.
A partir de 1990, Bredow viajó a Siberia varias veces y trabajó con colegas del Instituto Paleontológico de la Academia de Ciencias de Moscú. Durante esa década, participó en una exposición en Gales y colaboró en trabajos arqueológicos en Arizona y Alaska (EEUU), así como en Canadá.
El cineasta Ulrich Weissbach realizó un documental sobre Bredow y la historia de su hallazgo, titulado “Die Mammuts”, que fue transmitido por televisión en 1993. Entre 2016 y 2017, Bredow se estableció en Paraguay, junto a su hija.