A sus 25 años, Aya Nakamura pone a bailar al planeta con sus éxitos “Djadja” y “Jolie nana”. “Hago la música que me gusta”, confía a la AFP la artista francesa más escuchada del mundo, versionada por Maluma. Las cifras son superlativas: cuatro días después de su salida, “AYA”, su tercer trabajo, contaba con más de 12 millones de descargas en Spotify, convirtiéndose en el tercer álbum más escuchado del mundo, según cifras de la plataforma.
“Uauuuu, no lo sabía, es genial”, se entusiasma al oír estas cifras. “Estaba un poco preocupada porque me preguntaba si no debía hacer lo mismo que con +Nakamura+ (su segundo álbum, ndlr), pero me apetecía hacer algo diferente”. En su nuevo álbum, Nakamura explora “el sentimiento amoroso bajo todas sus facetas”. “A la Nakamura”, claro. Con sus textos directos, como “Préféré”, en referencia a sus posiciones sexuales preferidas.
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“No invento nada”
Del segundo álbum “Nakamura” (2018), se vendieron más de un millón de ejemplares con sus dos éxitos “Pookie” y “Djadja”, en el que confiesa sus decepciones con un ex y que cuenta con 700 millones de visualizaciones en YouTube. Como muchos otros, el título comprende términos desconocidos para parte del público francófono. Pero ella se defiende: “No invento nada”, asegura la cantante, precisando que se inspira en la jerga de los suburbios parisinos.
“Djadja” fue incluso número uno en Holanda, una primicia desde Edith Piaf, antes de ser retomado por la estrella colombiana Maluma para un remix. Fue invitada además al festival estadounidense “Coachella”, anulado debido a la pandemia, un honor del que solo pueden alardear un puñado de artistas franceses como Daft Punk.
“Aceptar la cultura de los demás”
Nacida en Bamako (Malí), Aya Danioko - su verdadero nombre - creció en Aulnay-sous-Bois, en la periferia parisina. En su intento de darse a conocer, empezó a difundir sus canciones en las redes sociales y eligió el nombre de Nakamura, en homenaje a un personaje de la serie estadounidense “Heroes”.
En 2015, acordó producir un álbum con Warner Music, pospuesto finalmente un año debido al nacimiento de su hija, Aïcha. Con “Journal intime”, publicado en 2017, saltó a la fama con títulos como “Comportement” y “Oumou Sangaré”, homenaje a la cantante maliense. Su marca de fábrica son la jerga y la música de tonalidades afro-pop. “He impuesto mi universo musical y es de lo que estoy más orgullosa”. “Hago la música que quiero por mucho que quieran encasillarme”.
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Populares y universales, sus canciones, que ponen a bailar a Rihanna y Madonna, están escritas desde el punto de vista de una mujer, para mujeres. Parte de su público la aplaude por haber tumbado tabúes al hablar de sexo y de deseos femeninos.
Nakamura es consciente de que su aceptación no es unánime: “Entiendo que algunos digan: ‘¿Quién se cree que es, burlándose de nuestra lengua francesa?’. Pero es importante aceptar la cultura de los demás y yo tengo una doble cultura”, reivindica.
Fuente: AFP.