“Creo que es importante apoyar a las librerías independientes”, dice Anna Henrikson mientras recoge su pedido en uno de los 250 pequeños comercios británicos que se unieron para competir en línea con gigantes como Amazon justo a tiempo para el confinamiento. Desde el jueves pasado, Inglaterra vuelve a estar confinada contra el coronavirus.
Durante cuatro semanas todas las tiendas tienen que cerrar, salvo las que venden productos “esenciales” que en el Reino Unido, a diferencia de otros países europeos reconfinados como Bélgica, no incluyen los libros. Pero paradójicamente, “la gente está leyendo más”, dice a la AFP Jessica Graham, propietaria de Primrose Hill Books, apenas 20 metros cuadrados repletos de libros hasta el techo, en un animado barrio del norte de Londres.
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Encerrada en su casa, “la gente que normalmente lee tiene más tiempo y quienes tal vez habían perdido un poco el hábito tomaron un libro y redescubrieron el placer y el consuelo de la lectura”, afirma.
Según un informe publicado en mayo por la empresa de investigación de mercados Nielsen, dos de cada cinco adultos en el Reino Unido afirmaban leer más tras el inicio del primer confinamiento en marzo. Y la media del país pasó de 3,5 a 6 horas de lectura semanal.
“El momento justo”
Abocados a comprar en línea, algunos consumidores se resisten a llenar los bolsillos de los mastodontes de internet. Sujetando fuertemente a su perro, Henrikson paga su compra en la puerta de Primrose Hill Books, como si se tratase de un café para llevar.
“Intento evitar Amazon”, afirma esta ama de casa de 54 años que considera “una gran idea” la creación de la plataforma independiente Bookshop.org para plantarle cara. La iniciativa, nacida a principios de año en Estados Unidos, se lanzó el lunes en el Reino Unido y en sus primeros cinco días recaudó más de 55.000 libras (72.000 dólares, 60.000 euros) en comisiones para sus 250 miembros.
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La idea siempre fue ponerla en marcha antes de Navidad, un periodo clave para el sector editorial, explica su directora Nicole Vanderbilt. “Planeamos el lanzamiento para principios de noviembre sin saber que habría un segundo confinamiento en Inglaterra y desgraciadamente ha resultado el momento justo”, agrega.
Hay más de 850 librerías independientes en el país, muchas sin capacidad tecnológica para vender en línea y, con el cierre repentino, Bookshop.org espera ver su número de socios aumentar rápidamente.
Dónde gastan su dinero
Ideada para reproducir la experiencia de entrar en un pequeño local y descubrir una lista de sugerencias elaborada por humanos y no por algoritmos, la plataforma permite a cada librero diseñar su escaparate digital. Por cada compra hecha en su sección, una librería obtiene toda la comisión, 30%, al considerar que se trata de sus clientes. Las ventas realizadas en la zona común generan un 10% destinado a un fondo que se redistribuye después entre los miembros.
Es menos que el 40% o 45% que generalmente gana un librero en la tienda, reconoce Vanderbilt, pero la diferencia permite cubrir los costes del sistema y ofrecer un descuento en los precios del 7%. “Creemos que los clientes esperan un pequeño descuento en línea”, afirma, aunque reconoce que “no estamos en este negocio para competir con Amazon en precios porque es una batalla que nunca ganaríamos”.
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Sin embargo, se dice convencida de que “la gente entiende que es importante dónde gastan su dinero, y especialmente en este tiempo de confinamiento existe el peligro de que todos demos nuestro dinero a Jeff Bezos”, fundador de Amazon y el hombre más rico del mundo.
Para Graham, “lo peor de este segundo confinamiento es que ha sido tan repentino”. “Teníamos la tienda llena de libros para Navidad y de repente nos quedamos sin clientes”, lamenta. Pero espera que gracias a la nueva plataforma sea menos doloroso que el primero, cuando sus ventas “inmediatamente disminuyeron un 50%”.
Y eso gracias a que ya disponían de una web y aceptaban pedidos por teléfono y correo electrónico que ellos mismos repartían o mandaban por correo. Otras librerías menos organizadas simplemente tuvieron que cerrar durante casi tres meses. Ahora, gracias a Bookshop.org, “no tienen que preocuparse por la distribución, alguien lo organiza por ellos”, afirma.
Fuente: AFP.