“Watchmen”, la gran ganadora en los Emmys del domingo pasado, con 11 estatuillas, presenta una oportuna mezcla de superhéroes y sátira política alrededor del racismo en Estados Unidos. Basada en una novela gráfica fundamental de los años 80, esta miniserie de HBO de 2019 expone el supremacismo blanco, la brutalidad policial y las disputas por el uso de mascarillas, todos temas muy actuales dentro del debate en Estados Unidos, intensamente polarizado a medida que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre.
Sus creadores expresaron durante la ceremonia el domingo su orgullo por llamar la atención sobre los traumas históricos del país, destacaron las injusticias de hoy día, y abrieron la puerta a una posible continuación de la historia.
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El show abre con la masacre racial de Tulsa en 1921, un hecho que recibió renovada atención luego de que el presidente Donald Trump agendara un mitin de campaña justo en la fecha en que se conmemoraba el aniversario de esa tragedia.
“La gente tiene hambre de encontrar estas piezas perdidas de la historia”, dijo el creador del show Damon Lindelof a periodistas después de ganar la estatuilla a mejor miniserie. “Solo hay que encontrar formas que se salen un poco del camino establecido para contarlas”.
Tulsa 1921
“Watchmen” está ambientado en una línea de tiempo alternativa creada por Alan Moore y Dave Gibbons para el cómic del mismo nombre. En este universo, los superhéroes son reales, aunque muchos resultaron ser forajidos sociópatas de extrema derecha.
Presentado en la lista de la revista Time como una de las 100 mejores novelas modernas en inglés, el libro es ampliamente aclamado por aportar popularidad y credibilidad artística a la forma de novela gráfica. El tema racial juega un papel central en todo, no sólo en la destrucción del “Black Wall Street” de 1921 en Tulsa, Oklahoma, un hecho del que muchos estadounidenses se enteraron por primera vez a través del piloto de este programa.
En otro episodio se ve a un joven policía negro de Nueva York luchar contra el racismo flagrante, sobreviviendo a un casi linchamiento y enfrentándose a una sociedad secreta al estilo del Ku Klux Klan que opera dentro del departamento policial. El episodio, que se ambienta en los años 30 y que fue filmado en blanco y negro, ganó premios por premios de fotografía, guión, edición y mezcla de sonido en los Emmys del domingo.
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Breonna Taylor
En las escenas ambientadas en la actualidad, se aborda por ejemplo unas reparaciones pagadas a las familias víctimas de la masacre de Tulsa, que galvanizan a un grupo de supremacistas blancos, furiosos por el apoyo del gobierno a las minorías y empeñados en comenzar una guerra racial.
Para la ganadora del premio a mejor actriz, Regina King, que llevaba una camiseta con la imagen de Breonna Taylor -una mujer negra asesinada en un tiroteo policial en su propia casa- estas luchas resuenan con la realidad de ser negro en el Estados Unidos del siglo XXI.
“Los policías aún no han sido responsabilizados”, dijo King a los periodistas después de la ceremonia. “Ella representa décadas, cientos de años de violencia contra los negros”. “Las historias que exploramos, que presentamos, que pusimos en el espejo con ‘Watchmen’ se sentían apropiadas para representar a Breonna Taylor”.
¿Secuela?
Las victorias en los Emmys fueron en la cada vez más prestigiosa categoría de miniseries, aunque por lo pronto no se descarta una especie de secuela. Lindelof dijo que invitaba “a cualquier otro artista que quiera tomar la batuta” tras considerar que sentía “mucho más especial” cerrar el show con nueve episodios.
Consultada sobre su posible participación en una continuación, King dijo que “no ha habido conversaciones” pero que ella querría participar si Lindelof volviera. “Estamos llegando al final de este capítulo de la serie ‘Watchmen’, tal y como está ahora”, dijo. “Y es agridulce, es emotivo, y estoy tratando de vivir el momento”.
Fuente: AFP.