Tras una puerta con pomo de porcelana, un apartamento decorado con colores cálidos y un cierto aire de cuarto de estudiante. Jimi Hendrix describió el lugar como su primer “verdadero hogar” en Londres, donde explotó su genio musical y murió hace 50 años.
En el elegante barrio de Mayfair, el pequeño edificio blanco del 23 de Brook Street fue entre 1968 y 1969 el hogar del legendario guitarrista, nacido en Estados Unidos en 1942. Tras vivir una infancia “muy, muy infeliz” y pasar un tiempo en el ejército, “no tenía ni idea” de lo que era un “hogar”, explica Christian Lloyd, investigador especializado en Hendrix.
Hendrix llegó a Londres en en setiembre de 1966 y fue de apartamento en apartamento durante meses, hasta que quiso mudarse con su novia. Fue ella precisamente quien encontró su nido de amor, aunque con esfuerzo. “Fui a una o dos agencia inmobiliarias en Mayfair, pero en cuanto oían que era para Jimi Hendrix decían que no”, explicó Kathy Etchingham en 2016 en Channel 4, recordando el conservadurismo de la época.
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Música a tope y fantasma de Handl
Cuando por fin lo consiguieron, en el pequeño apartamento “había alfombras grises” que Jimi no podía soportar, así que fueron a unos grandes almacenes en Oxford Street, muy cerca de allí, recordó. Fue precisamente Etchingham a quien recurrieron en 2016 para recrear de forma idéntica la decoración del lugar, convertido desde entonces en museo, con sus incontables alfombras persas, algunas de las cuales debían mantenerse enrolladas por falta de espacio.
En la habitación, decorada de rojo, naranja, rosa, hay un cenicero lleno, tazas de té vacías y un juego de Monopoly. El apartamento estaba rodeado sólo de tiendas y oficinas, “lo que permitía a Hendrix poner discos a todo volumen, enchufar su guitarra y tocar en medio de la noche si quería, sin que los vecinos se quejaran”, explica Sean Doherty, director del museo.
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“Este lugar era un verdadero refugio” para él, asegura. Cuando la pareja se separó y dejó el apartamento en junio de 1969, Hendrix había “dado instrucciones a su manager para vender o deshacerse de lo que le pertenecía”, agrega. “No sabemos qué pasó con todas estas cosas”.
Más de dos siglos antes, otro genio musical había vivido allí: Handel. En realidad, justo al lado, en el número 25, pero la placa que indicaba al ilustre ocupante se encontraba entonces entre los dos edificios, por lo que Hendrix pensó que estaba viviendo en su casa. “Ambos son músicos, ambos inmigrantes, ambos innovadores”, dice Lloyd, y recuerda una anécdota según la cual Hendrix creyó una vez haber visto el fantasma de Handel en un espejo.
Convertirse en sí mismo
Cuando llegó a Londres, el guitarrista tenía 23 años y era totalmente desconocido del público británico. En el avión que lo llevaba al Reino Unido decidió cambiar su nombre artístico de Jimmy James a Jimi Hendrix (su verdadero apellido).
“Fue la señal de que se iba a reinventar en Londres”, donde “nadie sabía quién era”, dice Lloyd. Incluso si eso significaba tomarse algunas libertades en sus primeras entrevistas, sobre su edad, su familia, o las razones por las que tuvo que dejar el ejército. “Lo único que quería era tocar una y otra vez”, explica el investigador, que trabaja en un instituto inglés adscrito a la Queen’s University de Canadá. Graba entonces “Hey Joe”, “Are you experienced”, y su ascenso a la fama es fulgurante.
La tecnología de los estudios estaba haciendo grandes avances y permitía “nuevos efectos”. Hendrix destaca entonces por su “autenticidad” y esa “orientación futurista sólo era posible en Londres en ese momento”, según Lloyd. Como los Rolling Stones o los Beatles, Hendrix es “una figura emblemática del Londres de los años 60”, una ciudad que “le permitió convertirse en él mismo”, agrega. Murió el 18 de setiembre de 1970 en un hotel de Notting Hill, arrastrado por un cóctel de drogas y vino, a los 27 años.
Fuente: AFP.