Con su impecable traje de tres piezas, Christopher Nolan recuerda más a un profesor de universidad inglesa, cerebral y comedido, que a un director de exitosas superproducciones fuera de serie. “Tenet”, su último filme, no es una excepción: con 200 millones de dólares inyectados y una espectacular escena de un Boeing 747 que se estrella contra un almacén, el largometraje es rico en emociones fuertes.
El contraste de su obra con su persona ha sorprendido a más de uno de visita en sus rodajes. Lejos de un estilo aventurero como el de su colega John McTiernan ("Depredador", "La jungla de cristal"), Nolan se viste siempre con una elegancia británica, inclusive para el rodaje de un diluvio pirotécnico en "Dunkerque" y de su trilogía "Batman".
Este quincuagenario, con su sempiterno mechón peinado hacia un lado que le da un aire de niño bueno, es también un devoto del té. "Siempre lleva una petaca en el bolsillo. Yo me decía que debía de haber algo mejor que té en el interior. Le pregunté: '¿No llevas vodka ahí dentro?'. Y me contestó: 'No, solo té'", recordó al New York Times Michael Caine, actor fetiche de Nolan, presente también en "Tenet".
La presencia de Caine en ocho de sus largometrajes arrancó cuando el director se presentó en persona en casa del actor de "Alfie" para proponerle el guión de su primer "Batman".
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Kubrick, el monumento
Su productora, Emma Thomas, no es otra que su esposa, a quien conoció en su primer año de facultad en Inglaterra. Hijo de padre inglés -un publicista que trabajaba sobre todo en Estados Unidos- y de madre estadounidense -auxiliar de vuelo-, Nolan pasó su infancia en ambos lados del Atlántico, apasionándose ya entonces por el cine y montando sus primeros filmes en casa imagen por imagen y más adelante, en Super-8.
Descubrir “2001, Odisea en el espacio”, le impactó profundamente y en 2018 no dudó en tomar las riendas de una versión restaurada para marcar los 50 años de esta obra maestra, respetando las condiciones de proyección deseadas por Stanley Kubrick. Pero más que la exploración del espacio, es el tiempo lo que fascina a Nolan, como revela toda su obra, desde el juego cronológico de “Memento” hasta la noción del tiempo invertido en “Tenet”.
"Una de las singularidades de la cámara es que capta el tiempo", afirma el director en el dosier de prensa de "Tenet". "Todos estamos un poco obsesionados con el tiempo, ¿no? Nos domina", completa Emma Thomas.
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“En mi cabeza”
Aunque es sobre todo Nolan quien domina lo suyo, como demostró en una entrevista con Al Pacino, filmada para la promoción de la película "Insomnia". Cuando el protagonista de "El Padrino" le preguntó si era adepto a los "storyboards", Nolan respondió: "Para algunas escenas de acción, pero suelo imaginarlo todo en mi cabeza, como la lista de planos".
Pero ¿qué contiene la cabeza de Nolan?" ¿Cómo escribir un filme como "Inception", cuya trama se basa en una reflexión sobre los sueños y a la vez en un espectacular descarrilamiento de un tren?".
Kenneth Branagh, que participa también en "Tenet", tiene su idea, según recoge el dosier de prensa: "Tengo la impresión de que Chris establece sendos contratos con el espectador. En el primero, se compromete a entretener al público al máximo, eso es indiscutible. Pero en el segundo, cuenta con la inteligencia, la pasión y la curiosidad del espectador". Sea como fuere, su fórmula es la de un superhéroe del cine: sus filmes generaron más de 4.000 millones de dólares.
Fuente: AFP.