El intérprete y compositor paraguayo de guitarra clásica Juan Adolfo Duarte pone a disposición del público de manera totalmente gratuita un mix de piezas que conforman los tres discos que ha lanzado hasta el momento a lo largo de su carrera: “La guitarra en Paraguay” (2011), “Panambi raity” (2015) y “Estaciones” (2020), lanzado el pasado abril en diversas plataformas virtuales.
En “La Guitarra del Paraguay. Vol. 1”, Duarte reúne interpretaciones de obras de Agustín Barrios y Felipe Sosa así como composiciones de su autoría. El álbum está disponible en YouTube y tiene una duración total de 43 minutos y 42 segundos.
Tiene un total de 12 tracks: El último tren (Juan Duarte), Villancico de Navidad (Agustín Barrios), Laila (Juan Duarte), Villa Alondra (Felipe Sosa), May's Love (Juan Duarte), Ha che valle (Agustín Barrios), Pequeña arpa de seis cuerdas (Juan Duarte), Oración, (Felipe Sosa), Londón Karapé (Agustín Barrios), 12 Días (Juan Duarte), Suite paraguaya - Amo a mi patria (Felipe Sosa) y, por último, Adiós Papillons (Juan Duarte).
Cabe mencionar que respecto a su segundo disco, “Panambi Raity”, el autor afirma: “Se trata de la alegoría de una búsqueda, principalmente de transformación de la vida y de los sueños. Para muchas culturas el panambi (mariposa) simboliza la metamorfosis, el transitar de un huevo, a una larva, a un capullo que luego adquiere alas y vuela. También hay una intención de sacudir la quietud, retomando esa famosa figura de que el aleteo de una mariposa puede generar un huracán al otro lado del mundo”.
En tanto, sobre “Estaciones” refiere que “es la metáfora de un anhelo que tiene como inspiración y fuente el ferrocarril, ese lugar común del techaga’u paraguayo que resume las remembranzas del pasado y la búsqueda constante de nuevos confines donde recomenzar todo de nuevo”.
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Sobre el motivo que lo llevó a producir este cuarto disco a manera de síntesis de su obra como compositor e intérprete, refirió que además de brindar un presente a toda la gente que lo acompañó y vivió su música tras el lanzamiento de “Estaciones”, ya en plena pandemia en abril pasado, al mismo tiempo su objetivo es rendir tributo a sus dos maestros, Agustín Barrios y Felipe Sosa.
Sobre este último refirió que hace poco debió enfrentar una dura prueba ante la vida durante esta pandemia y al superar el cuadro por el que estaba atravesando quiso homenajearlo interpretando las obras cuya transcripción le fueron encomendadas por su guía y maestro en ese largo camino de una década que le llevó convertirse en profesor superior de guitarra clásica en el Conservatorio Nacional de Música.
“Un día me llama Felipe y me dice que está internado y debe ser sometido a un cateterismo. Con firme voz corta la llamada diciéndome: ‘Nos vemos luego’. Yo no tuve otra idea más que tocar todas sus obras que me mandó editar y así transmitir mi más sentida admiración y amor a él. Hice eso con mayor intensidad en las horas de su cirugía. Hoy Felipe está acompañándome en esta tierra. En resumen, es un homenaje a mis dos héroes que vivirán en mi corazón por el resto de mis días”, relató.
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Berta Rojas: “Los paraguayos siempre llevamos a la tierra en nuestro ser”
Jimmi Peralta - Fotos: AFP
El camino andado por Agustín Barrios tuvo herederos y herederas, y hoy se abren nuevos surcos a modo de legados para las siguientes generaciones. Luego de lograr el primer Grammy en la historia para nuestro país, la afamada guitarrista habló con Nación Media sobre su inspiración, sus sueños y su aporte para construir un mundo más generoso y humano que el que encontró.
El tiempo es un compañero invisible que solo con los años se nos parece presente, lo conocemos al buscar persistir y, después, al mirar hacia atrás. El camino andado en el tiempo es siempre de uno solo, pero también es de todos, los presentes y los pasados.
Persistir es realidad y metáfora, es el intento permanente, voluntario o no, de quebrantar las reglas del tiempo, de vivir en otras vidas; en tanto que mirar atrás es verse dentro del camino de todos como un escaso trayecto.
En 1992 se publica el disco “Berta Rojas interpreta a Agustín Barrios”, en tanto que 15 años antes John Williams lanzó “Barrios”. El gran maestro conocido como Nitsuga Mangoré había dejado algo que le permitió sobrepasar los límites de su tiempo.
LEGADO
Legar es dejar algo. No es una acción mercantil, sino más bien un obsequio del que no se exige disposición final como condición, es dar lo de uno sin encargo y en ello tal vez radica su belleza.
“Legado” es el nombre del último disco de la guitarrista paraguaya Berta Rojas, que hace unos días logró el reconocimiento al Mejor Álbum de Música Clásica en el marco de los premios Latin Grammy 2022. En este proyecto Rojas vuelca su mirada sobre el camino andado por quienes caminan con la guitarra y, como en aquel su primer disco del 92, rescata un legado, esta vez las creaciones de Ida Presti y María Luisa Anido.
“Si estoy yo aquí, es porque antes hubo mujeres pioneras de la guitarra clásica que allanaron el camino”, dijo la paraguaya al recibir el gramófono en Las Vegas, Estados Unidos.
“Legado” es un homenaje a las guitarristas que hicieron carrera en “tiempos en los cuales no era bien visto que una mujer anduviera con una guitarra”. Berta siguió ese camino, lo ensanchó al andar y ahora interpreta las obras de Presti y Anido logrando un reconocimiento para ellas y para sí.
“Siento que pude contribuir a llevar esta posta a un escenario que permite que se hable de ellas con mucha más fuerza. No soy la única que lo está haciendo, son muchos colegas que han trabajado en esta causa. Me toca nomás en este momento alcanzar este sitial que potencia nuestras voces. Eso sí, me hace infinitamente feliz”, comenta la guitarrista a La Nación.
En el recuento podría quedar tácito que Bertas Rojas fue la primera en traer un Grammy al Paraguay, pero ella lo hizo explícito en la ceremonia. “Es mi humilde homenaje a una gran nación. Mi forma de decirles que hay esperanza. De alguna manera para mí este momento representa la reivindicación del derecho a soñar. Todo esto es lo que quiero compartir con mi gente”, explicó la guitarrista.
En 30 años, Berta lleva publicados 15 discos. En ese transitar se traza la línea de su mirada sensible: lo mangoreano y su camino, en cariz de Juan Cancio Barreto y el Paraguay de adentro hoy, su terruño; la contemplación a lo regional: el jazz de Paquito, el tango piazzolero y el tiempo de Jobim.
“Mi mirada (hacia el Paraguay) es de amor, y mi esfuerzo se concentra en darle mis mejores esfuerzos y no pedirle mucho más que lo que ya me dio: motivación e inspiración. Los paraguayos siempre llevamos a la tierra en nuestro ser y esa identidad nos hace ser distintos, es el sello de la patria que nos fortalece”, explica.
SEMBRAR
Desde hace varios años Berta Rojas viene trabajando en proyectos que implican formar y estimular a los nuevos guitarristas. El amor del que hablar no se limita a la representación del país, sino que busca sembrar en la nueva generación algo de lo que aprendió.
“Gira Colegios”, “Tras las huellas de Mangoré”, “Ensamble pu rory”, “Barrios Competition”, “Jeporeka”, “Instrumenteca” son algunos de los proyectos de la guitarrista por fuera del escenario.
“Creo que cada día que pasamos en esta tierra de alguna manera vamos construyendo nuestro legado. Creo que si hacemos de este lugar un espacio un poquito mejor que el que encontramos, si contribuimos a que el mundo sea un poco más generoso, menos individualista, más humano, creo que de esa forma vamos construyendo un legado no solo yo, sino todos nosotros. Siempre quiero pensar en la guitarra como un instrumento que abraza, que construye. Y siento que con La Rojita (su guitarra) hemos sido solidarias, hemos abrazado mucho. Siempre podemos hacer más y pido disculpas si no hice lo suficiente, pero siempre me ha asistido la mejor de las intenciones siempre”, señala.
La experiencia con la obra de arte está sujeta a la interpretación de quien la viva. De igual modo, el legar está puesto a la disposición de los que tomen el obsequio, de quienes lo descubran. La guitarrista deja escrito su nombre en la historia y su trabajo artístico y social en la realidad paraguaya, en eso será el tiempo el que formule una interpretación de lo que será y ya es el legado de Berta Rojas.
QUIERO FLUIR
“Este premio no era un debe, pero fue hermoso tocar la estatuilla y recibirla, porque sentí que todo un país lo recibía. Fueron tantos corazones que se unieron al mío, que de verdad fue hermoso”, explica Berta.
“En realidad yo ya dejé de vivir mi vida como una carrera, yo ahora solo quiero fluir e ir abrazando proyectos que me conmuevan y me permitan crecer como persona y como profesional”, agrega.
La Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación le entregó también, en el marco de la 23ª edición de los Grammy Latinos, el premio a la Mejor Obra/Composición Clásica Contemporánea por la obra “Anido’s Portrait: Chacarera”, de Sergio Assad, un retrato musical de la gran guitarrista María Luisa Anido, que Assad compuso para que interpretara Berta Rojas.
“Legado” tuvo un momento de trabajo colectivo y un amplio trabajo personal de Berta con su guitarra, mucho estudio de las obras y una grabación que se hizo en su propio espacio con la intimidad que exigían los protocolos de la pandemia.
“(Este reconocimiento) me renueva la esperanza en que desde tu pequeño espacio, con un par de micrófonos y oídos sensibles en la mezcla y la masterización, todavía es una guitarra y su fuerza las que puedan llevarte a este lugar. Sigue siendo la reina, la música”, afirma.
Las dos nuevas nominaciones a los Grammy Latinos 2022 se agregan a las que recibieron álbumes anteriores de la paraguaya, como Mejor Álbum Instrumental por la obra “Día y medio”, interpretada junto con Paquito de Rivera (2012); Mejor Álbum Clásico por “Salsa roja” (2014) y Mejor Álbum de Tango por “Historia del tango”, junto a la Camerata Bariloche (2015).
LA INSTRUMENTOTECA
La instrumentoteca Toyota es una iniciativa que permite a jóvenes valores de la guitarra clásica de nacionalidad paraguaya o extranjeros residentes en el país contar con un instrumento de excelente calidad en carácter de préstamo, por un año. La calidad de un instrumento es vital para el crecimiento de un músico.
Este proyecto del que forma parte Berta Rojas busca dotar del material de trabajo profesional a guitarristas jóvenes a modo de préstamo. Ocho artistas pasaron la selección en la edición 2022.
“Estoy muy emocionada al ver crecer a la generación que está tomando la posta. Espero que estos instrumentos de alta calidad que ponemos en sus manos sean alas para su creatividad musical”, había señalado la guitarrista en el momento de la entrega de los instrumentos en octubre pasado.
JEPOREKA
El proyecto Jeporeka es un espacio que promueve el desarrollo y el encuentro de los músicos paraguayos. Imaginado por Berta Rojas, con el apoyo del Banco y Fundación Itaú, es una iniciativa que busca reunir y apoyar a jóvenes artistas de la música paraguaya y ponerlos en contacto con maestros que los estimulen y guíen en la creación de nuevas obras musicales.
En Jeporeka la formación y la creación son ejes fundamentales, además del trabajo colectivo y el respaldo de destacadas figuras del arte nacional y latinoamericano.
La formación integral del artista es una intención que Berta deja a relucir con este proyecto, ya que excede a lo meramente musical y propone también valoraciones artísticas y sociales.
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Una guitarra en la que resuena el legado mangoreano
Por Paulo César López, paulo.lopez@nacionmedia.com - Fotos: gentileza
Con motivo del Día del Folclore, que se conmemora el 22 de agosto, repasamos algunos de los aspectos más relevantes de la vida y obra del guitarrista clásico paraguayo Juan Duarte, un heredero y continuador de la herencia musical de Agustín Barrios.
De ser guitarrista de la banda villaeliseña de heavy metal Over Dreams, que debutara en la escena en aquellos pioneros festivales Lamentando el 2000 de los años noventa, Juancho, como lo conoce la mayoría, pasó luego a convertirse en un virtuoso de la guitarra clásica, tanto en su calidad de intérprete como compositor.
Juan Adolfo Duarte González nació en Asunción el 30 de mayo de 1984, aunque desde muy pequeño fijó residencia junto con su familia en la ciudad de Villa Elisa. En el 2004 compuso una obra en homenaje a este distrito con la cual ganó el segundo premio de un concurso organizado por la Academia Olímpica Paraguaya. De esta forma, cuando contaba con apenas 20 años, irrumpió ante el público en su nuevo rol con una muestra de talento y técnica depurada formada a lo largo de intensos años de estudio en el dominio del instrumento.
Posteriormente, en el 2009 ganó el premio al video más votado de la primera edición del concurso Barrios WorldWideWeb, organizado por la prestigiosa guitarrista paraguaya Berta Rojas, por su interpretación del “Allegro sinfónico” de Agustín Barrios. En ese mismo año se recibió de profesor superior de guitarra clásica en el Conservatorio Nacional de Música, recibiendo la medalla de honor por su excelente desempeño académico.
Duarte cuenta que su primer contacto con Mangoré se dio cuando tenía 12 años, específicamente una tarde en el patio del Instituto de Bellas Artes. Mientras se dirigía al salón para la clase del día con el profesor Eduardo Benítez, se encuentra con que este estaba sentado en el patio ensayando unos acordes en la guitarra. Por alguna razón las clases fueron suspendidas y para romper el letargo del calor asunceno se puso a tocar varias piezas de Barrios al hilo. Una de ellas fue “Las abejas”, ante la cual el joven aspirante a músico quedó deslumbrado.
Así, Barrios dejaría en él una impronta profunda que aún perdura siendo, de hecho, la influencia más importante en su formación y producción musical. A esta fuente se añade el amplio acervo de la música paraguaya a través de una “búsqueda y estudio constante de nuestro lenguaje siguiendo la línea de maestros que desde tiempos atrás han sobrellevado la inmensa tarea de identificarlo para luego expresarlo musicalmente”, precisa.
INTÉRPRETE Y AUTOR
Duarte es autor de tres discos, el primero de ellos en carácter de intérprete. Se trata de “La guitarra en Paraguay. Compendio de obras paraguayas para guitarra clásica”, que fue presentado en el 2012 en el auditorio Manuel de Falla del Centro Cultural de España Juan de Salazar (CCEJS) y en el que ofrece obras de Agustín Barrios, Quirino Báez Allende y Felipe Sosa.
Al respecto explica que “el espíritu de esta obra es recopilar el tesoro de la música paraguaya. Por ejemplo, Quirino, contemporáneo de Agustín Pío Barrios, es un músico cuya memoria no está lo suficientemente valorada. Es más, permanece injustamente como en las sombras. Pero ahora hay un despertar del interés hacia su obra y está figurando cada vez más en los programas de conciertos”, señala y luego añade que su disco es una suerte de continuum de la “Guitarra paraguaya” de Felipe Sosa. En este material discográfico Sosa interpreta a Barrios y Quirino. “A su vez, yo toco obras de estos autores, además de las del propio Felipe”, sintetiza.
Las composiciones incluidas en este disco son: “Danza paraguaya”, “Londón karape”, “Ha che Valle”, “Julia Florida”, “Villancico de Navidad” y “Las abejas” de Agustín Barrios; “Frenesí”, “Oración”, “Tus recuerdos”,”Villa Alondra” y “Suite paraguaya - Amo a mi patria”, de Felipe Sosa; “4 de junio”, “Cariño maternal”, “Fortín Vanguardia”, “Fortín Isla Po’i”, de Quirino Báez Allende.
ALEGORÍA DE UNA BÚSQUEDA
Luego, en el 2015, en un concierto realizado en la sala Baudilio Alió del Teatro Municipal lanzó “Panamby raity”. Sobre la obra que le da el nombre a su segundo disco, acota que “Panambi raity” es una danza en homenaje a la “Danza paraguaya” de Mangoré. La composición, que tiene movimientos floridos y contrapuntos, es un tributo al conjunto del legado mangoreano que ejerció una profunda influencia en su formación y escritura musical.
Respecto al sentido del título refiere que “se trata de la alegoría de una búsqueda, principalmente de transformación de la vida y de los sueños. Para muchas culturas el panambi (mariposa) simboliza la metamorfosis, el transitar de un huevo, a una larva, a un capullo que luego adquiere alas y vuela. También hay una intención de sacudir la quietud, retomando esa famosa figura de que el aleteo de una mariposa puede generar un tsunami al otro lado del mundo”.
Además del proceso personal, Duarte subraya la importancia del raity (conjunto), que en definitiva es una apelación a lo colectivo y a un proceso simbolizado por la transmutación a un ser vivo que representa el cambio y la libertad a raíz de su vuelo y luminosidad.
El disco se completa con “Bozzolo”, “Soliloquio”, “Bajo el mango y la siesta”, “Ysyry ñembosarái”, “Bohemias asuncenas”, “Romanza di un sole”, “Poema de amor”, “Pequeña arpa de seis cuerdas”, “Ñemongueta mborayhúre”, “Adiós Papillons” y un reprise de “Soliloquio”.
TRAVESÍA MUSICAL
En abril del 2020, en plena cuarentena por la pandemia, Duarte lanzó a través de las plataformas digitales su tercer disco, “Estaciones”. En este material el autor ofrece obras que fusionan el 6/8 tradicional de la música paraguaya con matices armónicos y momentos musicales contemporáneos con un repertorio que incluye un vals venezolano y otros ritmos populares latinoamericanos.
El autor explica sobre “Estaciones” que es la metáfora de un anhelo que tiene como inspiración y fuente el ferrocarril, ese lugar común del techaga’u paraguayo que resume las remembranzas del pasado y la búsqueda constante de nuevos confines donde recomenzar todo de nuevo. A lo largo de este viaje –agrega– se narran múltiples vivencias y se ofrecen paisajes variopintos.
El primer track, “El último tren”, fue compuesto originalmente para un documental sobre la vida y obra de Augusto Roa Bastos. Así, se basa en pasajes de “Hijo de hombre”, obra en la que el ferrocarril ocupa un lugar central. Las demás estaciones de este trayecto están compuestas por “Más allá de sus ojos”, “12 Días”, “Lago Lemán” (compuesta en homenaje a su viaje a Suiza, donde realizó una audición en el marco de una feria sobre cultura paraguaya), “Laila”, “May’s love” (que evoca un episodio de su aventura en Brasil como músico itinerante), “Las tardes de mi soledad”, “Summer charm” y “Grillos y encantos”, una obra que se destaca por su luminoso optimismo y uno de los más reproducidos en las plataformas digitales.
Sobre sus nuevos proyectos, Duarte adelanta que además de composiciones propias, en su próximo material quiere homenajear a algunos de sus colegas más entrañables con arreglos para guitarra, en este caso de piezas de los arpistas Ismael Ledesma y Cristóbal Pedersen, así como composiciones de los guitarristas Felipe Sosa y del inglés Richard Durrant.
“Mi objetivo es rendir un homenaje a músicos que en su momento me acompañaron en este camino y a los que siento que debo tantos aprendizajes y ricas experiencias”, concluye.
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Berta Rojas recuperó su guitarra tras presentar su nuevo álbum
Ante la maravillosa noticia de que había recuperado a su guitarra La Rojita, la afamada guitarrista paraguaya Berta Rojas compartió con sus seguidores en su cuenta de Instagram un comunicado para dar a conocer los detalles acerca de lo sucedido.
Escrito que tituló: “La pesadilla ha terminado” fue para contar que al finalizar el lanzamiento oficial de su álbum ‘Legado’, revisó su celular y se encontró con un grato mensaje en el cual vio fotografías de su guitarra recuperada por Cleveland Guitar Society. “De las fotos se desprende que La Rojita se encuentra en el mismo estado en que se encontraba cuando se la robaron. La bandera paraguaya sigue unida, firme y orgullosa”, destacó al respecto.
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Seguidamente continuó relatando que el instrumento fue encontrado gracias a que una persona la había comprado para hacerle un regalo a un ser querido y cuando buscaron los detalles del instrumento descubrieron que la guitarra había sido robada, donde también se dio por enterada acerca de su historia y a quién pertenecía.
“Esta persona nos contactó a través de las redes sociales con un perfil falso para proteger su identidad. La Rojita pronto estará de camino a casa. No tengo forma de transmitir la emoción que siento al saber que La Rojita no ha querido faltar al lanzamiento del disco que grabo y que pronto volverá a mí para retomar nuestras aventuras juntos”, fueron las palabras rebozadas de emoción.
Y para finalizar realizó un emotivo y sincero mensaje de agradecimiento a la prensa de Cleveland y a todas las personas e instituciones que colaboraron y se involucraron en el caso, y que hicieron posible que su guitarra retornara a lado de su dueña.
Igualmente, cabe resaltar que en el marco de una conferencia de prensa Berta Rojas llevó a cabo el lanzamiento oficial de su nuevo álbum titulado “Legado” con el cual honra la música de dos pioneras de la guitarra clásica como lo son Ida Presti y María Luisa Anido. Este álbum ya se encuentra disponible en las principales plataformas.
“Ellas lograron un gran reconocimiento en vida, pero se habló poco de sus legados una vez que fallecieron. Casi podemos decir que se hubiera evaporado en el tiempo. Merecen ser parte de la conversación cuando se menciona a las grandes figuras de la guitarra clásica como Andrés Segovia y Julian Bream. Fueron precursoras en un periodo en el cual la guitarra era un campo dominado por los hombres”, declaró Rojas.
Nueve composiciones y un retrato musical, en “Legado”, la guitarrista paraguaya ejecuta seis composiciones de Presti y Anido y tres obras inspiradas por las habilidades artísticas de las mismas, además de un retrato musical de Anido comisionado por Rojas a Sergio Assad, una de las figuras más reconocidas y respetadas en el mundo de la guitarra.
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La esencia de “Legado” reside en una cita atribuida a María Luisa que resonó en Rojas: “El arte es espíritu, y especialmente en la guitarra, que para mí es el instrumento más solitario. Es la prolongación del alma en forma sonora”.
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Felipe Sosa: las memorias de un maestro
Por Paulo César López
paulo.lopez@gruponacion.com.py
El docente, intérprete y compositor de guitarra clásica Felipe Sosa publicó en el 2019 una autobiografía titulada “Memorias del maestro, intérprete y compositor”, un valioso testimonio en primera persona escrito en un lenguaje sencillo pero estricto en cuanto a los datos cronológicos. Hoy lo homenajeamos en el Día Internacional del Músico, que se recuerda cada 22 de noviembre.
Sosa hizo sus primeras armas en el periodismo en el Instituto Americano, donde se graduó a los 23 años de edad, y condujo un programa musical de TV, por lo que el oficio no le resulta ajeno. Escrito en un lenguaje sencillo y por momentos ciertamente naif, es preciso destacar, sin embargo, la rigurosidad cronológica de esta autobiografía rebosante de entusiasmo al retratar una vida de película propia del American dream.
Según nos cuenta al principio de sus memorias, nació un 11 de abril de 1945 en Isla Florida, departamento de Caazapá. Siendo el menor de nueve hermanos, luego de la muerte de su padre migró a la capital con su familia cuando tenía cuatro años de edad.
Una vez en Asunción, a raíz de la apremiante situación económica de su numeroso núcleo familiar, trabajó de lustrabotas; sin embargo, desde muy temprano sintió el llamado de la música. Al principio soñaba con cantar en una banda y hacer acompañamientos en guitarra. Empero, todo cambió cuando fue a un concierto de Cayo Sila Godoy en el Teatro Municipal, quien presentó un repertorio de obras de Agustín Barrios, Isaac Albéniz, Johann Sebastian Bach, Francisco Tárrega, entre otros. En ese momento descubrió que su vocación era ese instrumento tocado con maestría y virtuosismo.
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Un encuentro casual
Desde el inicio su formación musical estuvo ligada a cómo la suerte se empeñó en sonreírle. Un día estaba trabajando en la plaza de la Independencia cuando de pronto un hombre impecablemente vestido posó los pies en su caja: era nada más y nada menos que el maestro Cayo Sila Godoy. Tras el infortunado incidente de mancharle el pantalón, el niño se apuró en manifestarle el motivo de su distracción: la noche anterior había estado en el concierto que brindó en el Teatro Municipal de Asunción, le declaró su admiración y el deseo de ser un maestro de la guitarra como él. Godoy quedó complacido con el entusiasta neófito, le ofreció su amistad y le sugirió que fuera a tomar clases en el Ateneo Paraguayo, donde enseñaba Dionicio Basualdo, exdiscípulo y amigo de Barrios.
Sosa cursó sus estudios secundarios en el Comercio 1 y cuando era delegado del cuarto curso, a los 14 años, participó de la recordada manifestación estudiantil de 1959 contra la suba del pasaje, que fue violentamente reprimida por el régimen de Alfredo Stroessner.
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Permaneció detenido durante dos semanas y poco tiempo después de ser liberado se decidió a organizar su viaje a la ciudad de Sao Paulo. Luego de una sucesión fortuita de hechos, de noches dormidas en la plaza y de largos ayunos involuntarios, logró encontrarse con el profesor al que estaba buscando, el pedagogo uruguayo Isaías Savio, quien residía en la ciudad brasileña.
Luego de darle clases gratuitas y de pagarle la pensión, el maestro intervino a su favor para que pueda ingresar al conservatorio a plena mitad de año. Con disciplina y dedicando nueve horas diarias a la práctica de la ejecución logró rápidos progresos y pronto se convirtió en asistente de Savio e incluso lo reemplazaba en algunas clases.
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La consagración
En aquel tiempo Herminio Giménez fijó residencia en la urbe paulista. El maestro, además de brindarle algunos consejos sobre sus estudios, también le tendió una mano y le dio trabajo en un sello discográfico, donde su labor consistía en copiar y preparar partichuelas para las grabaciones de orquestas dirigidas por Giménez.
Así, con trabajo y sacrificio, aunque también respaldado por una feliz sucesión de circunstancias, Felipe fue convirtiéndose en un referente en la enseñanza y en la interpretación de la guitarra.
A fines de 1964, cuando tenía 19 años, mientras se encontraba en Asunción, recibió una carta del maestro Juan Carlos Moreno González, quien lo invitaba a sumarse al plantel de docentes del Conservatorio Municipal que se estaba formando entonces bajo la dirección del creador de la zarzuela paraguaya.
En mayo de 1965, tuvo su primer encuentro con el público paraguayo en un concierto a sala llena que realizó en el Teatro Municipal. El profesor Moreno González opinó entonces lo siguiente sobre su presentación: “Felipe Sosa está llamado a completar el triángulo de oro cuyas bases indiscutibles son Agustín Barrios y Sila Godoy. Su sentido de la expresión, el poder que posee en transmitir al auditorio la emoción e intención que emana de la obra, todas estas cosas que hacen al artista nato, están sustentadas por una técnica bien dirigida”.
En 1976 participó de un seminario en la ciudad de Montevideo, donde ganó el primer premio del concurso de clausura durante unas jornadas de las que participaron cincuenta guitarristas de varios países latinoamericanos y europeos.
Asimismo, durante sus giras conoció y trabó amistad con importantes referentes de la escena artística nacional e internacional como el maestro Andrés Segovia, Luis Alberto del Paraná, José Asunción Flores, Atahualpa Yupanqui, Elvio Romero, entre otros.
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La vocación de un maestro
Su pasión por la labor docente le hizo declinar una oferta de radicarse en los EEUU y a “cercenar”, en sus propias palabras, su carrera de intérprete, ya que en la cúspide de su carrera en los escenarios se abstuvo de realizar varias giras con el fin de concentrarse en la formación de nuevos valores en la ejecución del instrumento.
Entre las distinciones logradas durante sus 57 años de carrera cabe mencionar la medalla Héctor Villa-Lobos, el Premio Nacional de Música 2009, Catedrático honorífico de la Universidad de Música de Seúl, miembro honorario de la Sociedad Guitarrística Madrileña, entre otras. Pero entre todos sus logros y condecoraciones, Sosa pone en primer lugar los 112 diplomas de profesorado superior de música otorgados en su conservatorio privado, anteponiendo sobre todas las cosas su vocación de maestro.
Tras haber grabado 18 discos, entre ellos el primero en la historia realizado en homenaje a Agustín Barrios, y con 155 piezas musicales compuestas, además de haber realizado conciertos en numerosos países europeos, americanos, asiáticos y del Oriente Medio, en el verano del 2011-2012 un infarto de miocardio severo lo obligaría a retirarse definitivamente de los escenarios. No obstante, hasta la actualidad sigue dedicándose a sus labores de docente y compositor de manera más distendida y en la medida en que su salud se lo permite.