“Tenía que estrenarlo ahora en este 2020, estamos en fase final, que es la posproducción, pero está estancado obviamente, cruzando los dedos para que reciba los fondos de Fondec, porque ya está el tráiler en YouTube de “Entradas agotadas”, comentó José Ayala, durante la quinta edición del LN Live, emitida este miércoles a través de Facebook.
El proyecto de largometraje documental del conocido actor y conductor abordará “la historia de las salas de cine de Paraguay, de cómo surgieron en la época dorada, del cine Victoria, del cine Splendid… después cómo fueron decayendo. En una primera instancia ya grabé todo, ya están todas las entrevistas”, refirió a la periodista de La Nación Paz Vaesken, conductora de la serie virtual de entrevistas, que ya tuvo a otras figuras como Rubén Rodríguez, Bibi Landó, Renato Prono y Yolanda Park y que promete más imperdibles invitados en siguientes entregas.
“Ya recibí una parte del Fondec. Y ahí está algo importante, hay que rendir las cuentas. Yo rendí las cuentas a través de la Contraloría General de la República, llevé todo el balance de en qué se usó todo, con todas las facturas. Y ahora estoy esperando, ojalá que se me adjudique para poder estrenar en el 2021, cuando se habilite, creo, las salas de cine”, agregó Ayala.
La facultad de Telecomio
Durante la nota, Ayala habló sobre sus comienzos en el ámbito artístico y su formación universitaria. “A actuar empecé en el famoso teatro del colegio, con el profesor de teatro Damián Dávalos, en el Dante Alighieri del centro; él fue el que me estiró para la actuación y todo esto, para el teatro primero. Hice obras en el colegio, pero quedó ahí. Después me fui a la facultad, periodismo en la UNA. En el 2003 a los 20 años, comencé con el tema de la televisión en Telecomio”, contó.
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Consultado por los internautas si culminó la carrera de periodismo, el actor respondió: “No terminé la facultad, me quedé en segundo año. Hice primer año completito, no dejé ninguna parcial, nada, pasé todito. Ahora en julio se cumplen 18 años que estoy en TV. En julio del 2003 yo entro en Telecomio y eran jornadas muy agotadoras. Llegábamos a grabar hasta 12 a 14 horas, cuatro días a la semana, entonces tuve que dejar la facultad. Te soy sincero, si me arrepiento o no me arrepiento, no, no me arrepiento de dejar, porque en ese entonces no había, por lo menos en Filo UNA, una motivación tan grande para lo que es televisión, que era lo que yo quería hacer y que era humor”, manifestó.
“En ese entonces, Filo UNA, pero por una cuestión de recursos, se centraba más en periodismo escrito y radial. Gracias al periodismo, a las clases de locución que tuve ahí no soy ñe’ê tavy (mal hablado) frente a las pantallas. Porque hay cada ñe’ê tavy que de repente dice cualquier burrada, en todos lados, no solamente en la TV y en la radio. Pero gracias a ese año y medio que estuve, sí agradezco haber aprendido de Rodolfo Schaerer Peralta a hablar correctamente y de mi profe de periodismo, tuve dos profesores, Guillermo Domaniczky y nada menos, Helio Vera. Con ellos aprendí el poder de la sintaxis, el poder de resumir tantas ideas”, recordó.
“Pero no me arrepiento, porque yo quería hacer televisión y quería hacer reír a la gente. No me sentía para informar a la gente. Hoy a mis 37 años, sí. Informamos a la gente a través de distintos medios, a través de la radio, del programa, de mis redes sociales”, resaltó.
El alma de actor
“Al comienzo siempre estuve conectado con el humor”, destacó Ayala. “Imaginate que mi sueño era hacer cosas como Les Luthiers, Monty Phyton, pero el drama me va estirando un poco, porque cuando uno tiene el alma de actor, le estira todo, querés hacer personajes cómicos, personajes dramáticos. Ahora sí me estira hacer algo dramático”, mencionó.
Respecto al aprendizaje con las series nacionales “González vs. Bonetti” y “La chuchi”, bajo la dirección de Juan Carlos Maneglia y Tana Schémbori, indicó: “Aprendí muchísimo, porque yo venía de la escuela de la calle. Yo creía que actuaba de forma natural, pero había sido no era así. Hay tantos detalles que uno se va dando cuenta y Tana me enseñó muchísimo acerca de cómo lograr un personaje, cómo construir un personaje. Gracias a la técnica de Tana, el año pasado yo pude crear un personaje que me dejó muchas satisfacciones en el teatro, que fue personaje de Julio en una obra que se llama ‘Los vecinos de arriba”, sostuvo.
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Continuó: “De Juanca y del director de fotografía que era Claudio François, aprendí el manejo de cámara, porque uno siempre veía cómo ellos ponían la luz, entonces uno siempre va aprendiendo de los maestros. Esa enseñanza, que me dejó en especial ‘González vs. Bonetti’, porque sí Juanca y Tana eran muy quisquillosos y muy puntuales con lo que querían, porque era la primera vez que estábamos trabajando. Sí en ‘La chuchi’ sentimos todos que nos dieron más rienda suelta a mí, a Nico (García), a Pao (Maltese), porque ya sabían dónde apretarnos y dónde dejarnos ir”.
El desafío del guaraní
“Lo que más me costaba en Telecomio era el guaraní, me forzó muchísimo y tuve que aprender. Si bien no hablo tan bien... aikua’a ko la guaraní, ajepa”, reveló Ayala. Para aprender, pedía a sus amigos que le hablaran en guaraní o miraba los programas de Ramón Silva, que se emiten a las 4:00, pero se podían ver en YouTube. Otro ejercicio que encontró muy útil fue traducir las músicas en guaraní y citó a Emiliano R. Fernández o al Dúo Quintana Escalante, como referentes. “Hablo un guaraní medio cheto, pero lo más importante es que entiendo”, admitió.
“Expedientes insólitos”
El animador también fue consultado acerca del exitoso bloque “Expedientes insólitos” de su programa “Por fin sábado”. Ayala mencionó que el año pasado dedicó un hilo en Twitter a esa historia. Afirmó que él le dio esa idea a la producción, porque en rondas de amigos siempre surgen relatos de terror, historias paranormales, aunque dijo que no cree en el Pombero.
“Había cosas que yo no estaba de acuerdo, pero era en ese entonces lo que funcionaba”, explicó. “Me dio una gran lección, no hay que desesperarte por el rating ni por los números, hacé lo que a vos te parezca y más importante que ser número 1 de la televisión, es dejar un mensaje y dar una colaboración a la ciudadanía, influyendo positivamente”, dijo.
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Igualmente, evocó al duende Tulé, un personaje que ideó en el 2010; así, como entre sus favoritos a ODD, Ferchu y Marchial, que poblaban el universo de sátira que fue la serie animada “La mansión de los políticos”.
En otro pasaje de la entrevista virtual, Ayala señaló que para que crezca el cine paraguayo hace falta que se aplique la ley de cine y que haya un fondo y la relevancia de la transparencia, que se rinda cada guaraní de lo que se utilice de los fondos públicos y de programas internacionales; porque a partir de un curso con cineastas argentinos, de la mano de Campro, aprendió que en casi ningún punto de Latinoamérica, las películas consiguen recuperar su inversión solo con tickets vendidos. Como casos locales mencionó “7 cajas” y “Leal”, producción de HEi Films que superó 100 mil espectadores y llegó a Netflix. “Hay historias que contar en Paraguay”, puntualizó.