“La Guerra Desconocida: La disputa territorial por el Chaco” se denomina el ciclo de conferencias virtuales que se inaugura este lunes a las 19:00 y que se extenderá hasta el próximo viernes 12 de junio, fecha en que se conmemora la Paz del Chaco, hace 85 años. Esta actividad es presentada por el Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA) y la Universidad Columbia del Paraguay.
Las conferencias podrán apreciarse de forma gratuita a través de Facebook, en fanpages de @ccpaculturalpy y @universidadcolumbia, así como en la plataforma Zoom: https://us02web.zoom.us/meeting/register/tZUrdO6hpzMqG9Ej58k8Q3GeB0L5cTk2yg9l.
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Programación
La primera ponencia se denomina “La guerra inevitable. Antecedentes”, que estará a cargo de Claudio Velázquez Llano. La programación, siempre con el mismo horario, continúa mañana con “Una victoria colectiva. Concepción en la Guerra”, que dictará Rodrigo Cardozo Samaniego.
Este miércoles, Carlos von Horoch abordará el tema “Dos batallas épicas. Boquerón y Nanawa”. El jueves 11, “¿Por qué ganamos la guerra?” será la propuesta de Enrique Cosp Sandoval. Mientras que el ciclo cerrará con “La Guerra del Chaco a través de sus imágenes”, a cargo de Fabián Chamorro.
El ciclo pretende dar luz sobre el conflicto acaecido desde 1932 hasta 1935, que enfrentó a Paraguay y Bolivia por el control del Chaco Boreal. Considerando sus implicancias sociopolíticas y su cercanía en el tiempo, hoy este conflicto es un capítulo desconocido por la mayoría de los paraguayos y las paraguayas.
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En mayo pasado, el CCPA realizó el ciclo de charlas “Historias, epidemias y pandemias en el Paraguay”, cuyos videos se encuentran disponibles en su fanpage. Así como la exposición virtual de fotografías “Yresay”, de Teresita González y Belén Rodríguez; el cortometraje de animación “El niño robot”, de Andrea Osorio y audiovisuales preparados por las dos agrupaciones del centro cultural, el CCPA Jazz Quintet y la Orquesta de Cámara Juvenil del CCPA, en el marco de la cuarentena.
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Conferencia abordará el arbitraje comercial y deportivo
La Conferencia Internacional de Arbitraje Comercial y Derecho Deportivo celebrará su undécima edición el miércoles 13 de noviembre, en el Centro de Eventos del Paseo La Galería, en Asunción, siendo uno de los eventos académicos y profesionales más importantes desarrollados en forma anual por el Centro de Arbitraje y Mediación Paraguay (CAMP) y la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Paraguay (CNCSP).
Esta entrega contará con temas centrales como Modernización de la Ley n.° 1879 de Arbitraje y Mediación y Contrato de Jugadores FIFA, a cargo de los profesionales Roberto Moreno (Paraguay) y Ariel Reck (Argentina). Así también, habrá con talleres prácticos de Redacción de Cláusulas Arbitrales y Procedimientos Arbitral - mejores prácticas, a cargo de profesionales nacionales como Felicita Argaña, Francisco Barriocanal, Jorge Gross Brown y Pablo Debuchy. Informes al 0982 340 001 o en el enlace: https://sites.google.com/view/conferencia-de-arbitraje/p%C3%A1gina-principal.
El objetivo es ofrecer un espacio para que profesionales del derecho, empresarios, ejecutivos, estudiantes y público en general se actualicen y profundicen sus conocimientos acerca del arbitraje como método alternativo de resolución de conflictos, especialmente en el ámbito de contratos comerciales, arbitraje comercial y derecho deportivo.
El CAMP es la institución pionera en la resolución de conflictos en el ámbito comercial del país, con una trayectoria de casi treinta años y es dependiente de la CNCSP. Fue constituida con el fin de promover en forma institucionalizada la aplicación de métodos alternativos de resolución de conflictos con la certificación ISO 9001:2015.
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Herramienta positiva
El arbitraje es un método de solución de conflictos en forma institucionalizada por el cual las partes, a través de un acuerdo contractual, se comprometen a someter la decisión de sus diferencias a un tercero imparcial que puede ser un árbitro (juez) o varios árbitros. El arbitraje se puede desarrollar entre Particulares y, entre Particulares y el Estado, los cuales también pueden ser nacionales como internacionales.
Esta metodología es una herramienta sumamente positiva que el Paraguay debería potenciar, aprovechado el contexto atractivo al avanzar un paso en el grado de inversión. El arbitraje podría entonces convertirse como un atractivo instrumento para inversores que buscan protección y seguridad jurídica en su capital, teniendo en cuenta sus ventajas y procedimientos ágiles.
Nuestro país cuenta con un centro encargado de promover los métodos alternativos de resolución de controversias, que es el Centro de Arbitraje y Mediación Paraguay (CAMP), los impulsa considerando que son mecanismos sumamente convenientes, pues cuentan con ventajas en su rapidez, confidencialidad, flexibilidad, en su economía y especialidad.
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Equivalente a una sentencia judicial
Entre los diferentes casos que son sometidos al arbitraje, se encuentran los conflictos patrimoniales, cuestiones transigibles para las partes y los que no requieran la intervención de Ministerio Público, como así también, cuestiones ligadas al Derecho Deportivo, que se enfoca específicamente en las normas y principios legales de este ámbito.
Según datos proveídos por el CAMP, en los últimos diez años el Paraguay ha registrado un aumento en la utilización del arbitraje con sus respectivos Laudos Arbitrales, equivalente a una sentencia judicial que, por Ley, tienen los mismos efectos de cosa juzgada como las sentencias judiciales y una ventaja comparativa es la imposibilidad de apelar la decisión de los árbitros, siendo definitiva.
La utilización de los servicios del CAMP es mediante la inclusión de cláusulas modelos que cuenta en los contratos comerciales. De esta manera el cliente podrá asegurar que las resoluciones de sus controversias se ajustan a los procedimientos y reglamentos de arbitraje del CAMP que están avalados por el sistema jurídico paraguayo como la Constitución Nacional en su artículo 248, la Ley 1879/02 de Arbitraje y Mediación y el Reglamento de Arbitraje del CAMP.
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Ricardo Scavone Yegros ingresó a la Academia de la Lengua Española
En ceremonia celebrada ayer jueves, Ricardo Scavone Yegros fue recibido como miembro de número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española (Aparle), condición que lo habilita como miembro de la Real Academia Española (RAE). El escritor y diplomático ocupa el sillón de Francisco Pérez-Maricevich, fallecido el 15 de setiembre de 2022, a los 85 años.
En su discurso de ingreso, Scavone Yegros se refirió a una de las personalidades memorables de nuestra cultura: el ensayista, periodista y crítico literario Carlos R. Centurión (1902-1969), con su monumental obra que registra la historia de las letras y la cultura paraguaya. El acto se realizó en la sede de la Academia Paraguaya de la Historia, en Asunción, y la presentación estuvo a cargo del académico Guido Rodríguez Alcalá.
Ricardo Scavone Yegros nació en Asunción en 1968. Es abogado, egresado de la Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”. Funcionario del Servicio Diplomático y Consular, ocupó cargos en varias representaciones en el exterior. Últimamente fue embajador paraguayo en España. Actualmente es director general de la Academia Diplomática y Consular.
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Scavone Yegros es Miembro de Número de la Academia Paraguaya de la Historia. Miembro Correspondiente de las Academias de Historia de Argentina, Bolivia, Colombia, España y República Dominicana y del Instituto Histórico y Geográfico del Brasil. Ha publicado numerosos libros, entre ellos, recientemente “La hija pequeña de la Madre Patria: España y la República del Paraguay en el siglo XIX” (2024). Colabora con el diario La Nación/Nación Media.
La Academia Paraguaya de la Lengua Española fue fundada el 30 de junio de 1927 en Asunción, teniendo por primer presidente a Luis de Gásperi. La actual junta directiva es presidida por Bernardo Neri Farina, con los vicepresidentes Estela Appleyard de Acuña y Guido Rodríguez Alcalá; Limpia Concepción Esteche (secretaria general), Ana Martini (secretaria de relaciones); los tesoreros Javier Viveros y Fernando Pistilli Miranda; y los síndicos Victorio V. Suárez y Julio Lezcano Claude.
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Miembros de número
La entidad paraguaya está integrada por 26 miembros de número, a los que se agregan los correspondientes y los preeminentes. Los académicos numerarios se reúnen en sesiones ordinarias que se realizan el último jueves de cada mes, con varias sesiones extraordinarias a lo largo del año. Los miembros actuales son: Julio Lezcano Claude, Víctor Casartelli, José Antonio Moreno Ruffinelli, Osvaldo González Real, Renée Ferrer, Elena Pane de Pérez Maricevich
También: Jesús Ruiz Nestosa, Juan Evangelista Aguiar B., Gustavo Laterza Rivarola, Estela Appleyard de Acuña, Sara Raquel Chaves, Alcibíades González Delvalle, Esther González Palacios, Bernardo Neri Farina, Guido Rodríguez Alcalá, Victorio V. Suárez, Alfredo Boccia Paz, Fernando Pistilli Miranda, Juan Manuel Marcos Álvarez, Javier Viveros, Limpia Concepción Esteche, Ana Josefina Martini, José Zanardini y Ricardo Scavone Yegros.
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La increíble historia de cómo mil niños fueron salvados del genocidio en Ruanda
En 1994, en pleno genocidio contra la minoría tutsi en Ruanda, mil niños huérfanos o separados de sus familias fueron salvados gracias a los “convoyes de la vida” de una oenegé suiza, una historia que sale a la luz 30 años después. La escritora francoruandesa Beata Umubyeyi Mairesse, que entonces tenía 15 años, hizo el viaje junto a su madre en un convoy el 18 de junio.
Casi todo el viaje lo hizo “echada en el fondo” del camión, lleno de niños, y “cubierta con telas” para esconderse porque las autoridades ruandesas solo habían autorizado el rescate de menores de 12 años. Beata cuenta esta historia poco conocida en su libro “El convoy”, publicado recientemente, una investigación de varios años que empezó con sus propios “recuerdos difuminados” y que es al mismo tiempo la reconstrucción de lo que vivieron y un homenaje a quienes les salvaron, arriesgando sus propias vidas.
El genocidio contra la minoría tutsi en Ruanda, orquestado por el régimen extremista hutu entonces en el poder, mató a casi un millón de personas entre abril y julio de 1994. Fue un proceso de exterminio sistemático, perpetrado por los militares y los milicianos del grupo paramilitar hutu Interahamwe. Entre junio y julio de 1994, mil niños se salvaron de una muerte segura gracias a los convoyes que puso en marcha la oenegé suiza Terre des Hommes (Tdh).
También gracias al compromiso de varios extranjeros y ruandeses (una pareja de cooperantes, un cónsul, periodistas, sacerdotes y monjas) que permitieron sacarlos al vecino Burundi. La AFP habló con varios de estos huérfanos, adoptados o acogidos en el extranjero, y que han reconstruido con valentía su historia.
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Camiones abarrotados
En las fotos que Beata ha podido consultar se ven las miradas asustadas o sorprendidas de los niños mirando al fotógrafo desde el interior de los camiones o a su llegada a Burundi. Algunos habían sido internados en orfanatos o centros de acogida antes de las masacres, o eran huérfanos tutsis cuyos padres acababan de ser asesinados.
Fueron sacados del país en autobuses o camiones abarrotados, muchos eran supervivientes de las masacres y llevaban vendas. La muerte los acechaba en cada retén de las carreteras controladas por los extremistas hutus. Uno de los testigos, Jean-Luc Imhof, un cooperante que trabaja desde hace 30 años para la oenegé suiza, ayudó a la autora en su investigación.
En 1993 y 1994 estuvo destinado en Ruanda y volvió al país en 1995. La organización de estos convoyes fue “caótica”, recuerda. En ese momento el genocidio llevaba semanas en marcha. A medida que avanzaban los rebeldes tutsis del Frente Patriótico Ruandés (FPR), que acabaría poniendo fin al genocidio, los militares y la milicia Interahamwe “enloquecieron” porque sentían la derrota inminente.
“Terre des Hommes se enfrenta a una situación increíble: la responsabilidad de esos más de mil niños identificados”, recuerda el cooperante. “Eran sobre todo niños pequeños, de entre cinco y diez años, y menores de tres años. Muchos resultaron heridos, en especial por golpes de machete”, dice.
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Barreras
La oenegé tomó la decisión, en acuerdo con otras entidades humanitarias internacionales, de organizar su salida. El primer convoy, organizado a inicios de junio con el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), logró llegar a Burundi. El del 18 de junio, que no se pudo hacer con el CICR, “fue aún más arriesgado”.
“El convoy avanza hacia incógnitas increíbles, hay barreras donde los militares obligan a salir a los niños, que arriesgan su vida cada vez”, relata Imhof. Recuerda las tragedias que presenciaron estos niños para sobrevivir y los “traumas que cargan”. Muchos de ellos “vieron masacrar a su familia”.
“Su vida cotidiana consistía en huir de la muerte varias veces por día”, cuenta. Treinta años después, Claire Umutoni, huérfana del genocidio tutsi junto a sus cuatro hermanas, narra esos momentos con una agudeza que estremece. “Recibimos una llamada telefónica hacia el 20 de abril de una persona cuya voz mi padre reconoció; sabía que era uno de los dignatarios de la ciudad de Butare (sur), que le dijo ‘tu hora ha llegado’”.
Los padres pidieron entonces a sus hijas salir inmediatamente de la casa. Claire, de 17 años, y sus hermanas se refugiaron en diferentes sitios de los que serían expulsadas. La joven se convierte de golpe en jefa de familia de sus cuatro hermanas tras la muerte, con una “crueldad inimaginable”, de su madre el 26 de abril y de su padre el 10 de mayo. Las hermanas se refugian en una escuela.
“Caían bombas cerca de la escuela donde estábamos con varios huérfanos; los niños habían sufrido todo tipo de heridas, en el cuerpo y emocionales, era terrible”, suspira Claire en Canadá, donde vive. El 3 de julio Claire sería llevada a Burundi en uno de los convoyes con varios huérfanos.
“Caos”
“Recuerdo que en la carretera había muchos genocidas huyendo con martillos y machetes (...) era un caos porque el FPR estaba a las puertas de Butare, pero aún había genocidas que querían matar a los tutsis”, cuenta. Recuerda también los controles de carretera a cargo de milicianos que llevaban “porras, grandes cuchillos de matadero, granadas” y su “sensación de miedo constante”.
Finalmente, Claire y sus hermanas son acogidas por unas tías. “Mi tía decidió enviarme a Canadá en 1999, a un país lejano, para empezar una nueva vida, para reconstruirme... y elegí no caer en la locura”, cuenta Claire, ahora funcionaria en la Oficina del Consejo Privado de Canadá y madre de tres hijos.
Regresó a Ruanda en 2008 para enterrar a sus padres, cuyos cuerpos finalmente fueron identificados. Para Beata, el año 2024 marca un “despertar”. “Los que eran pequeños entonces por fin están conociendo esta historia, y eso es poderoso”, dice. Tras la publicación de su libro fue contactada por varios de los niños salvados, ahora adultos. “Cuando alguien se pone en contacto conmigo, le explico que puedo enviarle fotos e intentamos averiguar en qué convoy estuvo, el libro tiene un impacto”.
“Gracias a ustedes”
Varios de los “niños de los convoyes” se reunieron por primera vez el pasado 30 de junio con cooperantes y periodistas que participaron en su exfiltración. El encuentro, al que asistió la AFP, tuvo lugar en el Memorial de la Shoah, en París. Cuando Nadine Umutoni Ndekezi -que ahora vive en Bélgica- toma la palabra, evocando sus recuerdos del convoy del 3 de julio que la exfiltró del orfanato en el que se había refugiado cuando sólo tenía nueve años, la emoción se apodera del auditorio.
Agradece “la valentía” de quienes participaron en los rescates. “Estamos aquí hoy también gracias a ustedes, porque no se dieron por vencidos”, dice esta mujer, ahora trabajadora social en salud mental y madre de un adolescente de 14 años. Agradece también a Beata, que le permitió “al fin” saber quiénes le ayudaron a escapar.
“Son nuestros héroes, hicieron un acto increíble”, abunda Claire Umutoni, en declaraciones a AFP. Al final de la entrevista, Claire resume los últimos 30 años. “Elegí vivir en nombre de nuestro pueblo, que fue asesinado cuando no era culpable. Para permanecer digna e íntegra frente a los genocidas”.
Fuente: AFP.
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Celebran los 60 años de la “Revolución de Octubre en el Jazz”
El Jazz Quintet del CCPA – Centro Cultural Paraguayo Americano se vuelve a presentar el martes 29 de octubre, a partir de las 20:30, con un repertorio enfocado en composiciones de artistas participantes en el festival “La Revolución de Octubre en el Jazz”. El recital será en el Teatro de las Américas, ubicado en José Berges 217 entre Brasil y Estados Unidos, en Asunción; con entrada libre y gratuita.
“The October Revolution in Jazz” (por su nombre original en inglés) fue un festival de new jazz que tuvo lugar en el Cellar Café de Nueva York (Estados Unidos), durante cuatro fechas, entre el 1 al 4 de octubre de 1964, por lo cual se cumplen 60 años de su celebración.
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Fue organizado por el compositor y trompetista Bill Dixon como un evento musical que tenía como discurso la improvisación libre y la composición vanguardista. El suceso de dicho festival fue responsable directo de la formación del Jazz Composers Guild, grupo fundado por Carla Bley y Michael Mantler en 1965 para ejecutar jazz avant-garde orquestal.
En el escenario asunceno se presentará en una noche el CCPA Jazz Quintet que integran Diana Quiñones en trombón, Oliver Duarte en saxo, Magalí Benítez en piano/teclado, Paula Rodríguez en contrabajo y José Burguez en batería y líder del conjunto musical. Para esta presentación, el quinteto tendrá como invitada a la trompetista Mar Pérez.