Por Roque Martínez
Más de 500 personas estuvieron presentes en el extraordinario show de Michale Graves, el responsable de la resurrección de Misfits en la década de los 90. El artista convocó a sus seguidores el sábado pasado, en el Casco Antiguo, en Asunción, luego del traslado de local ante la exitosa venta de entradas anticipadas. La banda nacional de punk rock Mente Salvaje fue la encargada de abrir el show.
El músico ingresó al escenario ataviado con un chaleco de fuerza y un sombrero de espantapájaros, fiel al estilo de la principal banda del horror punk, Misfits, del que fuera frontman entre 1995 y 2001. Tras la instrumental “Abominable Dr. Phibes”, Graves inició la veloz “American Psycho” demostrando que aún mantiene intacta la voz con la que ocupó el casi irremplazable lugar que dejó Glenn Danzig.
El cantante presentó en su totalidad las canciones de los discos “American Psycho” y “Famous Monsters”, en el marco de su gira “American Monster Latin America Tour”, que lo lleva a dar 26 shows en 9 países de Latinoamérica. El show transcurrió sin mediar palabras por parte del vocalista, que presentó canciones de ambos discos en el mismo orden en que originalmente fueron publicadas. “Dig up her bones”, “Shining” y “Mars attacks” fueron las más celebradas durante la primera parte.
Luego de un breve descanso, tanto para músicos como para asistentes, Graves regresó al escenario para arrancar las 17 canciones del disco “Famous monsters” con la tenebrosa introducción de “Kong at the gates” para luego enganchar “The forbidden zone” y “Lost in space”, canciones coreadas, al igual que casi todos los temas, por los fieles fanáticos del músico, muy en particular por el público que se agolpó frente al escenario y que disfrutó de salvajes pogos.
Uno de los mejores momentos del show se vivió con dos clásicos este álbum: “Scream” y “Saturday night”, canciones con una gran carga emotiva que fueron festejadas desde abajo con gritos y aplausos. Sobre el final del concierto, Graves se mostró bastante conmovido ante la respuesta del público y finalmente soltó palabras de agradecimiento. El final del show que apuntó directo al corazón llegó con “Fiend club”, “Hunting humans” y “Helena”. El público volvió a su juventud durante 35 canciones que revivieron Michale Graves y su banda, en una fiesta punk a pura nostalgia.