Por Roque Martínez

Durante los años de auge del death metal y el grindcore allá por los primeros 90′s, nadie en creería que Napalm Death y Cannibal Corpse se presentarían sobre el mismo escenario en Asunción durante la misma noche. Teniendo en cuenta el excelente presente que atraviesan ambas bandas, con obras maestras en sus catálogos, cualquiera podía encabezar el festival Paraguay Alternativo organizado por Diorama.

Exactamente a las 20:15 Napalm Death se mostró por segunda vez, en sus 37 años de carrera, sobre un escenario de Asunción, después de 21 años de su primera presentación en el club Ciudad Nueva. Con la primera canción los británicos enloquecieron a la audiencia que estaba al tanto que en frente tenía a tipos que crearon un estilo, nunca se doblegaron e influenciaron a miles de personas.

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Para sus intengrantes sigue siendo muy importante recordar los orígenes de Napalm Death ya que iniciaron el show con “Instinct of survival”, mientras los presentes aún se acomodaban en el recinto. Al que engancharon nuevos clásicos como “On the brink of extintion”, “Smashed a single digit” y la muy celebrada “The wolf i feed” que resonaron fuerte frente al Palacio de los López.

El combo integrado por Mark “Barney” Greenway, Shane Embury, Danny Herrera y John Cooke te tira abajo, te levanta y te hacer ir de vuelta en contra de todo lo que está mal y es injusto en este mundo. La noche ya estaba completa para los entusiastas que no paraban de agitar en el pogo, que también se convertió en mosh.

Mientras con un gran carisma Barney lanzó por varios momentos un incendiario discurso antifascista en castellano. “Hay que permanecer solidarios, con los ojos siempre abiertos, luchando contra el fascismo y por el libre pensamiento”, expresó el vocalista sobre el final del s how a lo que el público retribuyó con aplausos.

Al promediar el concierto decidieron tocar “Standardization”, la primera canción del disco que se encuentran presentando “Coded Smears and More Uncommon Slurs”, a la que sumaron “Call that a option?”, demostrando que nunca van a dejar de ser una de las bandas más extremas del mundo. De igual manera vale decir que el sonido pareció no acomodarse del todo durante varios tramos de la actuación de los ingleses.

Hubo un momento donde Cooke amagó con tocar una canción de Black Sabbath, ya que sus integrantes son originarios de la misma ciudad que los precursores del heavy metal. Barney lo recordó en una de sus tantas alocuciones: “We are Napalm Death of Birmingham, England”. Por supuesto que hubo lugar para “You suffer”, la canción más corta y clásica de la banda que no podría faltar en ninguno de sus shows.

Shane Embury, mítico bajista de la banda inglesa. Foto: Roque Martínez

La presentación se tornó un tanto preocupante cuando el bajista, Shane Embury, se retiró del escenario al no aguantar la alta temperatura dentro de la sala. “Muy caliente aquí", dijo Barney. La banda de igual manera continuó sin el bajista durante “Suffer the children” y “Breed to breathe”. Por fortuna, el más antiguo miembro de la agrupación, a sus 50 años, se recuperó y con gran entrega física volvió para las últimas canciones.

Siendo un cuarteto de vuelta se despacharon con “Unchallenged Hate” antes que Barney anuncie que se trataba del cierre del show con el cover de una banda de California, Estados Unidos: The Dead Kennedys. Igual que en 1997, la multitud se abalanzó hacia adelante con el clásico “Nazi punks fuck off”. Sin embargo, quedaba un cartucho más que quemar, “Siege of power”, un clásico con el que Napalm Death se despidió de Asunción.

Dentro del recinto, decenas de voces reclamaban la falta de más baños y la medida de cerrar las puertas del local para quienes se encontraban dentro, ya que en su interior el espacio físico era mínimo, lo que hizo incómoda la espera en el lapso entre las dos bandas.

El debut de Cannibal Corpse

Los muchachos de Florida pisaron por primera vez suelo paraguayo. Foto: Pablo Valenzuela

Cannibal Corpse es una banda que nunca se alejó del brutal death metal ni de la temática gore. Su propuesta nunca bajó los decibeles ni siquiera tras la partida de Chris Barnes. Más allá de idas y vueltas dentro del metal, los originarios de Florida, persistieron en la suya durante toda su carrera con grandes discos a cuestas sin extrañar tanto a su primer cantante gracias al vozarrón de ultratumba de George “Corpsegrinder” Fisher.

La presencia que impone el quinteto desde la primera canción es muy fuerte. Alex Webster en el bajo y Paul Mazurkiewicz en la batería, Rob Barret y Pat O’Brien en las guitarras completan la formación de la banda. La capacidad musical de cada uno impresiona al observar la destreza con la que ejecutan sus instrumentos. El death metal es un género que requiere un gran talento a pesar de los comentarios mal intencionados que el género sufrió a lo largo de los años por parte de personas que lo desconocen.

“Red before Black”, su más reciente disco que llegaron para presentar a una gran cantidad de países de Latinoamérica que por fortuna incluyó a nuestro país donde los estadounidenses debutaron. “Code of slashers” y la canción homónima del disco fueron las primeras en despellejar al público. A las que siguieron las canciones de su reciente catálogo como “Scourge of iron” y “Evisceration plague”.

Luego de “Devoured by vermin”, la canción con la que con la banda se dio a conocer “Corpsegrinder” empezó la parte final del show que incluyó verdaderos clásicos del death metal como “I cum blood” y “Stripped, raped and strangled”. El mosh era salvaje bajo el escenario, con lo último que quedaba de fuerza se sumaron a “Hammer smashed face”, la última canción de una histórica noche que jamás olvidará el metalero local.

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