Encantos exóticos del Paraguay que tal vez solo a extranjeros pueden rendir de manera incondicional, llevándolos de la novedad de lo diferente a la pasión total por el imaginario de una tierra distinta a la cual nacieron, la estela de un italiano muerto o asesinado en el Chaco y ya casi transformado en mito y la pluma de un escritor francés se alinean por encima del tiempo para producir “Yo, Guido Boggiani, el blanco indio”.
“Me encanta este país porque es una utopía real. Me encanta la sencillez de su gente y la bienvenida que le da a los extranjeros como yo”, comienza diciendo Eric Courthès, autor de “Yo, Guido Boggiani, el blanco indio”, novela que será presentada el próximo sábado 4 de agosto del 2018 en “El lector”, sobre San Martín casi Austria, Asunción.
En un adelanto de una entrevista que será divulgada mañana por el canal estatal Paraguay TV HD, durante el programa “Tribuna”, a las 20.00, Courthès amplia su impresión sobre nuestro país, admitiendo que también “pisó el Tapiracuãi”.
“Me enamoré de Paraguay. Primeramente, porque Augusto Roa Bastos me abrió las puertas de su casa y, segundo, porque sus obras me fascinaban”, confiesa.
Incluso comparte emocionado su segundo encuentro con el creador de “Yo, el Supremo”, en el 2003: “Estaba yo cruzando el umbral de una puerta, luego de 3 horas de entrevista, cuando él me toca el hombro y me dice ‘Acá tenemos al hijo del hombre’. Quedé asombrado con su persona”, declaró el escritor francés.
“Y otra razón por la que me gusta Paraguay es porque – hay que admitirlo – las kuñatai son muy hermosas y amorosas”, agregó.
“EL BLANCO INDIO”
“Esta novela es una especie de collage de todo lo que se sabe de Boggiani y la suma de una ‘memoria apócrifa’ en la que imagino al explorador italiano en su dimensión humana”, menciona Courthès, ya apuntando a la novela mencionada.
Recuerda que Guido Boggiani fue un artista plástico, fotógrafo y etnólogo italiano que llegó a Paraguay en 1888.
Se insertó en el Chaco paraguayo y registró parte de la historia de nuestro país a través de su cámara fotográfica.
A su arribo al país, Boggiani tenía 27 años. Tras idas y venidas al viejo continente, se quedó en nuestro país para estudiar de cerca a las etnias que habitaban el Chaco.
Allí lo sorprendió la muerte, en 1901, cuando comenzaba el trecho sus cuatro décadas. Las causas de su deceso siguen siendo un misterio.
BOGGIANI
“Guido Boggiani se sentía un paraguayo más y murió aquí por amor, por buscar algo diferente que no fuera como él”, apunta en ese sentido Courthès.
“Existen varias hipótesis sobre la causa de su muerte y eso es lo apasionante de esta historia porque tiene muchas cosas de las cuales se puede hablar”, propone el novelista francés.
Revela que compiló los diarios de Guido Boggiani y del español José Fernández Cancio, el hombre que encabezó la expedición para encontrar los restos de Boggiani tres años después de su muerte, en 1902.
Una de las hipótesis más comentadas en torno a la muerte de Boggiani es que estaba tendido en una hamaca con una mujer chamacoca y que, uno de los hombres de la tribu habría sentido celos y lo habría matado “a porrazos”.
Sea cual fuere la trágica verdad, se comenta que los restos mortales de Boggiani exhibían el cráneo destrozado. Los aborígenes enterraron su cámara fotográfica en un sitio separado del cuerpo. Al menos, así se menciona en el relato de José Fernández Cancio, finaliza Courthès.