Vale decir que el trabajo estratégico que se viene realizando desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MG) está redituando buenas cosechas en el campo y es indiscutible que la producción agrícola comenzó a superar debilidades y recuperar sus fortalezas. En este año y medio de gobierno se han obtenido resultados que se tornan muy entusiastas en el proceso de sostenibilidad de este rubro clave de nuestra economía.
En un recorrido del presidente de la República en zonas productivas del departamento de Paraguarí estos días, destacó el cambio que se dio en el modelo de trabajo que encararon en la cartera de agricultura. Valoró el paso de una política asistencialista hacia una política de producción.
El respaldo del jefe de Estado a las labores del MAG es precisamente por la serie de prácticas que ha devuelto las ganas de trabajar en el campo y como hace muchos años no ocurría, la producción local se reivindicó ante la competencia desleal del contrabando con la exportación de productos que históricamente han sido boicoteados por ejemplo el tomate, la cebolla.
En octubre del año pasado se daba el primer envío de 30.000 kilos de tomates a la provincia de Córdoba de la República Argentina. Días después el volumen de exportación de duplicaba con otra carga de 30.000 kilos y en una semana salía de Paraguay 60.000 kilos del producto rojo a un mercado importantísimo como el del vecino país.
Mal que le pese a muchos, principalmente a la oposición que, lejos de pensar en programas que ayuden a la producción y a las familias del campo y que ahora quiere usar al campesinado para sacar réditos políticos, este gobierno su lugar a la gente que trabaja la tierra. Este esfuerzo se ve reflejado en algunos logros recientes como la conquista de mercados vecinos desde donde anteriormente nos invadían con ingresos ilegales.
Se comenzó a enviar cosechas que antes eran impensables. Recordemos la exportación de zanahoria paraguaya al mercado de la Argentina, se había inaugurado con un cargamento de 26 toneladas que fue subiendo gradualmente.
Se reajustaron estrategias conforme a los desafíos y se implementaron asistencias técnicas, herramientas fundamentales en el proceso productivo como de comercialización. No hace falta rebuscarse mucho, la cosecha que se tiene no puede opacarse con discursos populistas y de persecución continua.
Llegaron maquinarias a las fincas y se pueden constatar que su uso es para el fin propuesto: trabajar la tierra. Los productores están desafiando con volúmenes de cosechas, generar excedentes para épocas flacas o de escasez.
Planes de cultivo prolongado o de todo el año, capacitación, inversión en maquinarias y herramientas, transferencia de conocimiento en el control de plagas conllevan a una autonomía que no solo está fortaleciendo al sector agrícola, sino allana un camino para sostener el mercado con producción menos cíclicas lo que ayudará también a la economía del consumidor ya que los precios no castigarán por la insuficiencia de frutihortícolas.
El MAG debe seguir trabajando perseverantemente en estos programas de fortalecimiento del sector productivo en redundancia para el abastecimiento del mercado. En la medida que se dediquen a recuperar la producción agrícola, las mentiras de grupos políticos desprovistos de proyectos irán cayendo una por una.
La gente quiere trabajar. Al pueblo no le importan las rencillas ni los escándalos huecos de fundamento que promueven algunos políticos mediáticos que todavía creen que las tapas de diarios o gentiles entrevistas sacarán del carril estas iniciativas que la gente necesita que marchen para adelante.
El Gobierno tiene que seguir generando oportunidades en el campo para fortalecer la agricultura y la producción. Este proceso es fundamental para continuar para el objetivo de ayudar a la gente a vivir mejor.