Nuestro país se encuentra en un proceso interesante de creación de empleo, de hecho, es uno de los desafíos de mayor prioridad que asumió este gobierno, que comenzó a dar sus primeros resultados con la generación de miles de puestos de trabajo, anunciados hace menos de un mes. Los números que propuso el jefe de Estado son ambiciosos, su administración aspira a la incorporación de 500 mil nuevas manos de obra durante sus cinco años de mandato.
El optimismo creciente con el aumento de la producción y la mejora de la economía, sin embargo, no solo debe pensar en el volumen de puestos de trabajo, sino en adecuar la oferta a la demanda existente. Sin ese ajuste con relación a lo que requieren los diferentes sectores, los empleos que se generen difícilmente sean sostenibles en el tiempo.
Instituciones responsables, llámese Ministerio de Trabajo u otras carteras y secretarías pertinentes, tienen que ocuparse de esta realidad de satisfacer las necesidades de la demanda laboral, ya que silenciosamente suele boicotear la incorporación de nuevas manos de obras, arriesga la formalización y la estabilidad.
Por cierto, semanas antes del anuncio de Peña sobre el aumento del empleo, desde el Ministerio de Trabajo habían confirmado la incursión de casi 30 mil personas con sus respectivas familias al seguro social, lo que consolida un enorme paso a la formalización del trabajo y la calidad del mismo. Detrás de esto, cerca de 10 mil patronales fueron regularizadas lo que significa un importante combate al subempleo, realidad de larga data en nuestro país.
Estos avances, sin embargo, tienen que ir allanando el camino hacia la solidez en la conservación del empleo, que debe ser una estrategia ligada a los nuevos que se generan en el mercado.
A finales del año pasado, el Instituto Nacional de Estadística (INE) socializó un estudio muy interesante realizado mediante convenio de cooperación con el Ministerio de Trabajo y el Sistema Nacional de Formación y Capacitación Laboral (Sinafocal) en el que hacen un diagnóstico sobre las tendencias del mercado laboral en Asunción y el departamento Central.
El análisis puede ayudar a identificar las necesidades reales en el rubro empleo y hacia dónde apuntan los requerimientos de mano de obra. Las estimaciones del estudio plantean que para los próximos 5 años (2025-2029), el 60 % de las empresas anticipa un aumento en su personal ocupado.
Según el informe, las empresas enfocan su contratación principalmente en jóvenes buscadores de primer empleo y pasantes y/o aprendices. En el sector de la industria y los servicios, las empresas tienen alguna estrategia principalmente para la contratación de pasantes y aprendices. En el comercio, el foco está en jóvenes en búsqueda de su primer empleo.
Más de la mitad de las empresas (62,8 %) reportaron vacantes en los últimos 12 meses, y el 37,9 % de estas empresas enfrentó dificultades para cubrirlas, principalmente debido a la falta de habilidades técnicas y experiencia de los candidatos.
El reporte, sustentado en encuestas y entrevistas a empresas, señala que los grupos ocupacionales con mayor demanda corresponden al personal de apoyo administrativo (36,6 %), trabajadores de los servicios y vendedores de comercios y mercados (33,7 %) como así también la categoría de técnicos y profesionales del nivel medio (29,7 %).
En el sector industrial, el 21,3 % de las empresas demandan capacitaciones, es decir, personal especializado en áreas de mecánica y metales, que incluye soldaduras, tornería, mecánica industrial y herrería. El 14,6 % prioriza formación en uso y reparación de maquinarias, herramientas y equipos. El 13,8 % solicita en áreas de electricidad y electrónica y 13,5 % capacitaciones en seguridad y salud ocupacional.
En el rubro servicios las capacitaciones más solicitadas se traducen en técnicas ventas (26,3 %), ofimática (23,5 %) y atención al cliente (23,2 %).
La radiografía que plantea el estudio puede ser una guía hacia la demanda laboral y hay que seguir insistiendo en estos análisis para seguir el hilo de la tendencia de las contrataciones laborales de manera de facilitar la disponibilidad de mano de obra. De esta forma se podrán implementar políticas de inserción laboral acordes al mercado y que reditúen en calidad y estabilidad.