La lucha frontal y sistemática que este gobierno viene dando al contrabando desde que se instaló en el poder es una de las acciones con resultados más alentadores para la economía, dicho por los principales referentes del sector productivo, servicios y otros. La brecha para acabar con el flagelo sigue siendo amplia, pero se allanó el camino con mayor eficiencia en los controles.
La tarea que emprendió la Dirección Nacional de Impuestos Tributarios (DNIT) con el bloqueo al ingreso de productos y mercaderías de contrabando dejó a la vista la vulnerabilidad en las que se encontraban los puestos de control y el monumental volumen de negocio que se manejaba en negro boicoteando la producción local.
Como no ocurría desde hace muchos años y pese a que todavía la meta de eliminar el comercio ilegal es dura, referentes de la economía reconocieron los esfuerzos y los resultados más positivos que experimentaron el año pasado. Sin dudas, este camino seguirá exigiendo persistencia, pero las chances que se abren para la formalización y el empleo son demasiado importantes e ineludiblemente indican que ese es el norte y que vamos bien.
Los números socializados en los informes oficiales señalan que en el 2024 la DNIT incautó mercancías provenientes de contrabando valuadas en USD 20,7 millones en operaciones realizadas en todo el país.
Más de 4,3 millones de unidades de diversos productos cayeron en las incautaciones de la DNIT, labraron 1.352 actas de incautación para dejar constancia de los procedimientos quedando así registros de las voluminosas cargas en condiciones ilícitas que venían moviéndose en el país.
El decomiso de productos como tomate, cebolla y papa representó el 80 % de los más de 940.000 kilogramos decomisados. Esto evidentemente significó un perjuicio relevante para los comerciantes que operan con ingresos en negro y que de manera alevosa hacían gala de la ilegalidad hasta en las góndolas de grandes cadenas de supermercados.
Recordemos que históricamente la crisis en el sector agrícola es por la competencia desleal a causa del contrabando. El ministro actual de Agricultura incluso enfatizó en varias oportunidades que ni las condiciones climáticas como la sequía perjudica tanto como el contrabando.
Estas fiscalizaciones y retenciones por parte del Gobierno obviamente generan enojos y tumban el negocio de los mal llamados comerciantes. No es casualidad que el ejecutivo reciba continuos ataques hasta con cuestionamientos que rayan lo absurdo. Esta es parte de la pulseada contra los avivados, traidores que históricamente se han burlado de los controles estatales y que no debe amilanar las acciones de nuestras instituciones.
Los números también indican que en los diferentes operativos retuvieron 607 vehículos utilizados en actividades ilícitas, valorados en más de G. 42.000 millones, lo que representa a la vez un golpe duro a las cadenas logísticas funcionales al contrabando.
Referentes del rubro importador valoraron positivamente el comportamiento de los ingresos de mercaderías y/o productos, pero principalmente apreciaron la regularización de buena parte de la importación que estaba en poder del contrabando. Esto evidentemente repercutió en una mayor formalización de la economía, contexto en el que los gremios empresariales subrayaron el mejoramiento en los controles estatales.
Alentadores resultados, pero queda mucho por pelear. Existen rubros todavía muy perjudicados por el ingreso ilegal y el Gobierno deberá ir ampliando cobertura de fiscalización o los resultados obtenidos pueden sufrir un revés en los próximos meses.
Si las medidas del Gobierno en el combate al ilícito siguen generando buenos resultados y se refleja en la economía ayudando a la formalización, la conservación como la creación de empleo, más sostenibilidad para las industrias y demás sectores, la cuestión cultural fuertemente arraigada que en gran manera sostiene el flagelo, se irá debilitando cada vez más.
No es iluso ni imposible que al Gobierno no le tiemble la mano para caerle con todo el peso de la ley al comercio ilegal; ese es el camino, no hay otro, cuando el objetivo está puesto en el fortalecimiento de nuestra economía.