Las autoridades nacionales están decididas a que el Paraguay, país agrícola, ganadero y con enorme producción de energía eléctrica limpia, sea conocido en todo el mundo como lo que realmente es. Para que pueda salir de manera definitiva del encierro geográfico en que se encuentra. Y alcance una gran participación en la economía y la política internacional. Cosa que se puede lograr solo con la difusión comunicacional y el intercambio dinámico de la economía.

Así como un deportista triunfador no se puede contentar solo con ganar, sino que también debe exhibir la importancia de sus logros, de ese modo nuestro país tiene que mostrarse al mundo proyectándose cada vez más alto. No basta con ser uno de los grandes productores de alimentos y el país con mayor producción de energía lim­pia por habitante. Tiene que mostrarse, revelarse como es y contar al mundo sus grandes cualidades para atraer a los que quieran trabajar aquí aprovechando las ventajas que ofrece a todos. Y de ese modo posicionarlo en un rol protagónico den­tro del escenario internacional, como ha señalado el principal propagandista de nuestro país, el presidente Santiago Peña.

Los políticos opositores y la gente con escasa visión de la realidad suelen criticar los viajes al exterior del primer mandata­rio. Como si el aislamiento político y eco­nómico fuera una ventaja para una nación poco conocida en el planeta.

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En una conferencia de prensa realizada en Caacupé, el viernes último, Peña explicó la importancia que tienen sus viajes y los propósitos que maneja. Señaló “que es una estrategia de posicionar al Paraguay, de mostrar al Paraguay, de la fortaleza que tiene nuestro país, de la historia del pre­sente, pero principalmente de un gran futuro que tiene”.

Añadió que la decisión de ese viaje a Esta­dos Unidos era con el propósito de “conse­guir aquello que nunca antes se consiguió, que es posicionar al Paraguay como lo que verdaderamente es, que es el mejor país del mundo”.

Resaltó que se reunió con varios legisla­dores y miembros del gabinete del nuevo presidente norteamericano para analizar los temas de interés común de cara a los requerimientos de nuestro país. Uno de los principales encuentros fue con el secre­tario de Estado Marco Rubio, quien tiene con Paraguay una relación de amistad y alianza mediante los principios que se comparten. Cosa que demostró en su com­portamiento con el mandatario paraguayo. “Este señor que tiene probablemente, des­pués del presidente, el cargo más impor­tante dentro del Gobierno americano, juró a la siesta y a la tarde de ese día me dijo que él quería reunirse conmigo”, recordó.

El primer mandatario resaltó que su pre­sencia en el gran país del Norte ha sido una visita histórica, cuyos resultados se ten­drán dentro de poco tiempo.

“Creo que nosotros vamos a ver el mayor cambio en las relaciones entre América Latina y los Estados Unidos, y esto va a tener un impacto que va a sobrepasar a nuestro continente. Va a tener connotacio­nes a nivel internacional y a nivel mundial, y yo quiero ser parte de ese cambio y yo quiero que Paraguay sea un protagonista, no un observador”, manifestó el presidente.

La estrategia de hacer conocer a nuestro país para que sea un protagonista de la his­toria que se está viviendo en la actualidad es una de las decisiones más importantes que se pueden tomar. Es la misma que en el lejano pasado los estadistas más sabios han adoptado para insertar al Paraguay en el mundo, como la de don Carlos Anto­nio López, que había roto las cadenas del aislamiento para contactar al país con los países de Europa y traer elementos para articular el progreso local, como el ferro­carril, los barcos a vapor y la contratación de técnicos europeos en diferentes espe­cialidades para apuntalar el progreso de la época.

Con sus posibilidades de progreso y sus ofertas para un despegue económico, el Paraguay hoy está lejos de ser la solitaria “isla rodeada de tierras”. Porque con su gran riqueza económica y expectativas de expansión es un actor insustituible en la generación del desarrollo. Solo aguarda las decisiones adecuadas y el afán de trabajo que se requiere. Es un necesario protago­nista del crecimiento que aprovechará con inteligencia las oportunidades que se le presentan.

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