Tal como se dijo en este diario a raíz de la asunción presidencial de Donald Trump, en Paraguay se aguarda que con la gestión del nuevo mandatario mejorarán las relaciones de nuestro país con la mayor democracia del mundo. Porque existen suficientes elementos para que eso ocurra de ahora en más.
Como esa situación no surgirá de la nada, tanto los paraguayos como los norteamericanos tendrán que poner lo que está de su parte para que ese relacionamiento crezca en calidad y se logre el objetivo del mejoramiento ostensible en el acercamiento cualitativo de los dos gobiernos y sus pueblos.
Con la reciente entrevista entre el presidente paraguayo Santiago Peña y el nuevo secretario de Estado de la nación del norte, Marco Rubio, están echadas las bases para que esa idea se pueda concretar. Y ha podido observarse que tanto el Gobierno del Paraguay como la nueva administración de los Estados Unidos están de acuerdo en ese sano objetivo entre ambos países.
Las palabras del nuevo canciller norteamericano luego de la reunión con el presidente paraguayo en Washington son muy demostrativas. “Fue un placer reunirme nuevamente con el presidente de Paraguay, Santiago Peña, durante su visita a Washington D. C. Valoramos la relación entre Estados Unidos y Paraguay, y como secretario de Estado, espero trabajar juntos en este nuevo capítulo de nuestra relación”, señaló el nuevo responsable de las relaciones internacionales norteamericanas en las redes sociales.
Marco Rubio no es solo el nuevo secretario de Estado de los Estados Unidos de América. Es además un alto funcionario del gobierno de Donald Trump que ha demostrado su buena onda y cercanía amistosa con el Paraguay antes de llegar a ese importante cargo, cosa que ha señalado últimamente en la entrevista con el mandatario paraguayo en la capital de ese país. No es exagerado esperar que durante su gestión al frente de las relaciones internacionales de la nueva administración estadounidense trabaje para que el relacionamiento entre ambas naciones sea de mayor calidad. Es, además, el único senador de esa gran nación que ha visitado nuestro país con la investidura que ostentaba para interesarse por las relaciones de Paraguay y Estados Unidos. Para nosotros, Marco Rubio no es cualquier funcionario norteamericano, sino alguien muy cercano a nuestros sentimientos e intereses.
Otro detalle significativo es que el presidente Santiago Peña ha sido el primer jefe de Estado de los países del mundo en reunirse en la capital norteamericana con el nuevo secretario de Estado. Esta realidad no es mera coincidencia, pues constituye una demostración del interés de nuestro país por un acercamiento de calidad con la nueva administración y que las autoridades paraguayas no pierden el tiempo para lograr sus objetivos en el plano de las relaciones internacionales.
Demuestra de manera contundente que el presidente Santiago Peña y su administración están operando con inteligencia para que las relaciones con Estados Unidos sean cada vez de mayor intensidad y calidad. No puede ser de otra manera, ya que se trata de la más importante potencia política del mundo y un gigante de la economía cuya cercana asociación solo puede traer beneficios para el Paraguay.
Los analistas que se han pronunciado sobre las relaciones entre ambas naciones han señalado que existen muchas probabilidades de que el gobierno de Donald Trump mantenga una postura de mayor cercanía y que incluso incluya a nuestro país en proyectos de integración política y relación comercial.
La afinidad política entre el presidente Santiago Peña con el mandatario estadounidense ayudará a impulsar el mejor relacionamiento. Ambos ya se conocen. La última entrevista que tuvieron fue el 9 de diciembre pasado en la ceremonia de reapertura de la catedral de Notre Dame, en París, ocasión en la que hablaron de las relaciones de las dos naciones.
La presencia de Marco Rubio en la secretaría de Estado de Washington sin duda alguna tendrá un peso significativo en el vínculo entre ambos gobiernos, porque se trata de un funcionario de raíces latinas que aprecia al Paraguay. Porque, como ha dicho el nuevo canciller estadounidense, este es un nuevo capítulo en la relación de ambos países. Por lo que, con sobradas esperanzas, se aguarda una ligazón de gran calidad y provecho para nuestra patria y los paraguayos.