Donald Trump se hizo cargo ayer de la presidencia de los Estados Uni­dos en medio de una gran expecta­tiva mundial, en que se aguardan cuatro años de gobierno fuerte y decidido en defensa de los valores democráticos. Teniendo en cuenta que el mandatario regresa a la Casa Blanca con mayor poder que en su anterior gobierno, los especialistas estiman que tendrá mayores éxitos que en el pasado reciente en la conducción de su país y en el manejo político del mundo.

Internamente, cuenta con la mayoría en el Congreso, pues los legisladores del Partido Republicano tienen mayor número tanto en la Cámara de Representantes como en la de Senadores. También le es favorable la Corte Suprema.

Otro detalle de gran importancia es que den­tro del Partido Republicano no tendrá resis­tencia, pues la estructura partidaria está manejada por gente del presidente. Y se estima que no habrá sectores que se opongan a su administración gubernamental.

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Definitivamente, Donald Trump comienza una nueva era presidencial con mejores condi­ciones de aceptación por los políticos y con una innegable simpatía de grandes grupos econó­micos y empresariales. Eso refirieron algunos analistas, que resaltaron que el sector empre­sarial entiende que es mejor ser aliado del nuevo mandatario.

Las palabras de Trump, que se estiman que son más optimistas que las de su discurso inaugural de 2017, pretenden augurar una nueva era de éxito de su país, pues enfatiza la importancia de la civilización que considera la más grande de la historia.

En su discurso inaugural de ayer, el presidente Trump exaltó la figura de Estados Unidos, cuando dijo: “Seremos una nación como nin­guna otra. Nuestro poder va a detener guerras y traerá un nuevo espíritu en este mundo vio­lento e imprevisible. Estados Unidos será res­petado y admirado nuevamente, incluso por personas de fe y religiones diferentes. Sere­mos fuertes como nunca antes, no seremos conquistados, no seremos intimidados, no nos arruinarán. A partir de hoy Estados Unidos será un país soberano, libre e independiente. Seremos valientes, viviremos con orgullo, soñaremos osadamente, y nada se nos pondrá en nuestro camino. El futuro es nuestro y la era dorada acaba de empezar”.

El domingo último, en un estadio cerrado, el Capital One Arena, de Washington, al que asistieron 20.000 simpatizantes, Trump dijo que, cuando asuma el poder, va a actuar con rapidez y fuerza históricas. “Solucionaré cada una de las crisis a las que se enfrenta nuestro país. Tenemos que hacerlo”, expresó ante sus seguidores. En la ocasión insistió en su dis­curso antiinmigrante, prometió acabar con la inflación reinante y aseguró que va a terminar con la guerra en Ucrania, que había iniciado Rusia en febrero de 2022 cuando invadió al país vecino.

Según la opinión de algunos analistas, de cara al futuro, es muy probable que la nueva administración gubernamental de Estados Unidos mantenga una mejor relación con Paraguay y lo incluya en proyectos de inte­gración política y relación comercial, espe­cialmente por considerarlo aliado. Los mis­mos afirman que la afinidad política entre el presidente paraguayo Santiago Peña y Donald Trump, además de la alianza estraté­gica que significa la postura de Paraguay con EE. UU., perfeccionará las relaciones entre ambas naciones, superando situaciones que se han dado en años anteriores.

Consideran que la gestión de Marco Rubio, como secretario de Estado, ayudará a optimi­zar de manera sustancial las relaciones de los dos países. Esto teniendo en cuenta su calidad de primer latino que ocupa ese alto cargo y la buena relación que han venido cultivando con él las autoridades de nuestro país. Como sena­dor, Marco Rubio estuvo de visita en Paraguay en febrero del año pasado, ocasión en que se reunió con el presidente Peña para incremen­tar el relacionamiento con el sistema político y comercial norteamericano.

Una coincidencia positiva que destacar es que el nuevo subsecretario de Estado, Christopher Landau, es un diplomático que de niño vivió cinco años en Paraguay, cuando su padre era el embajador estadounidense en Asunción, y guarda un buen recuerdo de esta nación.

Todo indica que en las actuales circunstancias existe una serie de elementos que ayudarán a fortalecer las relaciones de Paraguay y Estados Unidos. Sobre todo, teniendo en cuenta la polí­tica desplegada por el presidente Peña y sus colaboradores que están realizando un inteli­gente esfuerzo en pos de ese objetivo.

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