El reciente anuncio realizado por el gobierno del presidente Santiago Peña, sobre la creación del Fondo de Garantía para la Vivienda (Fogavi), con la capacidad de respaldar hasta 150 millones de dólares en créditos, representa una iniciativa fundamental para abordar el déficit habitacional en Paraguay. Este fondo, que arranca inicialmente con 30 millones de dólares y que se espera esté operativo en el primer trimestre de este 2025, tiene como objetivo facilitar el acceso a la vivienda propia para miles de familias paraguayas, especialmente aquellas de ingresos medios y bajos, que hoy tropiezan con barreras impuestas desde el sistema financiero.
La implementación de este fondo de garantía podría dinamizar no solo el sector de la construcción, generando empleo y estimulando la economía nacional, sino principalmente ayudar a aquellas familias a alcanzar su tan anhelado sueño de la casa propia. Al reducir el riesgo para las entidades financieras, se prevé una mayor disposición por parte de los bancos y cooperativas a otorgar créditos hipotecarios en condiciones más favorables. Esto, a su vez, permitiría a más familias acceder a viviendas dignas, contribuyendo a mejorar su calidad de vida y promoviendo la inclusión social.
Desde el Gobierno, especialmente desde el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), se pretende volcar esta nueva herramienta al programa emblema que arrancó el año pasado, Che Róga Porã, que en pocas semanas más tendrá una actualización muy importante que podrá dar más oportunidades a más familias paraguayas.
Para llevar adelante esta iniciativa es fundamental que se gestione con transparencia y eficiencia. Tanto en el ministerio respectivo, el MUVH como la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) han demostrado que con la gestión, el ordenamiento y mucha voluntad es posible alcanzar estadías de claridad en este aspecto.
Además, es importante considerar la sostenibilidad financiera del fondo. Aunque la AFD ha manifestado que cuenta con los recursos necesarios para respaldar esta iniciativa, es esencial evaluar continuamente su viabilidad a largo plazo. Una gestión prudente y responsable evitará que el fondo se convierta en una carga para las finanzas públicas en el futuro. Muchas son las fuentes que se consideran, desde las donaciones o la contratación de créditos internacionales o la contribución –¿cómo no?– de las binacionales.
Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de complementar esta política con otras medidas que abordan integralmente el problema habitacional en el país, cuyo déficit es real y cuya solución será paulatina en la medida que haya un compromiso de avanzar hacia conseguir esos objetivos de que más paraguayos tengan techo propio.
La promoción de proyectos de vivienda social, la mejora de la infraestructura urbana y la implementación de políticas de ordenamiento territorial son acciones que deben acompañar a este fondo de garantía para lograr un impacto más amplio y duradero.
El Estado, en especial la actual administración, ha considerado que el segmento de la vivienda es un factor clave en el bienestar y el progreso de los paraguayos y su apuesta ha sido seria y conducente hacia ese objetivo.
Es también relevante fomentar la participación del sector privado en esta iniciativa. La colaboración público-privada puede aportar recursos adicionales y experiencias valiosas en la gestión de proyectos habitacionales. Incentivar a las empresas constructoras a desarrollar proyectos accesibles y de calidad contribuirá a ampliar la oferta de viviendas y a satisfacer la demanda existente.
En este contexto, la educación financiera juega un papel crucial. Es necesario que las familias potencialmente beneficiarias comprendan las implicaciones de adquirir un crédito hipotecario y estén preparadas para asumir las responsabilidades que conlleva. Programas de capacitación en este sentido ayudarán a prevenir el sobreendeudamiento y promover una cultura de pago responsable. Este ha sido también un aspecto que ha contribuido a que las entidades financieras se protejan y se limiten a tomar riesgos en años pasados; aunque se viven nuevos tiempos y el cuidado por la renta adquiere nuevas formas. Los bancos, las financieras y las cooperativas tuvieron también que adaptarse para contribuir a que exista este estadio en que convergen intereses de uno y otro sector.
El Fondo de Garantía para la Vivienda propuesto por la actual administración del presidente Peña tiene el potencial de ser una herramienta efectiva para reducir el déficit habitacional en Paraguay (enfocada en el Programa Che Róga Porã) y mejorar las condiciones de vida de muchas familias. No obstante, su éxito dependerá de una implementación transparente, una gestión eficiente y la articulación con otras políticas públicas que abordan de manera integral los desafíos en materia de vivienda en el país, de la que el sector privado también tiene mucho que decir y aportar.