Uno de los logros más importantes, y que tiene una fuerte repercusión en la vida del país, es el aumento de las recaudaciones tributarias en la actual administración fiscal. Su trascendencia va más allá de la acumulación de más recursos monetarios para el Estado, pues en el fondo implica un avance importante en la formalización de una economía que tradicionalmente estaba azotada por las irregularidades tributarias. Por décadas, el país estuvo fuertemente dominado por el contrabando, la evasión fiscal y su consecuente pobre percepción impositiva, que no permitía hacer inversiones sin recurrir a los préstamos, por falta de recursos genuinos. Los gobiernos se veían en la necesidad de endeudarse si querían hacer caminos, construir escuelas y realizar obras de diversa índole.
Felizmente, las cosas están cambiando de manera sustancial. Los organismos estatales están percibiendo más impuestos, van ganando terreno a la economía negra y se va disminuyendo la evasión y otras irregularidades concomitantes.
En su reciente evaluación del trabajo realizado en el año, el titular de la Dirección de Impuestos Tributarios (DNIT), Óscar Orué, refirió que hasta noviembre las recaudaciones aumentaron en 20,8 % con relación a igual período del año pasado. Haber percibido el equivalente a 940 millones de dólares más se considera un récord.
El funcionario resaltó que fue un año exitoso, “porque hemos superado ampliamente las recaudaciones, por encima incluso de la estimación de crecimiento de los ingresos. Además de que los números hablan de una mayor formalización porque aumentamos la presión tributaria sin crear nuevos impuestos ni aumentándolos”, según expresó a una emisora radial.
Las cifras apuntadas por Orué indican que la campaña de formalización fue exitosa, ya que mediante ella se ha logrado incorporar a 80 mil nuevos contribuyentes, cifra muy importante teniendo en cuenta que uno de los principales problemas del sector es la evasión provocada por los que no figuran en el padrón de contribuyentes.
Teniendo en cuenta esa situación es que entre las preocupaciones prioritarias de la institución tributaria están el comercio exterior, las medidas para facilitar el comercio, la lucha contra la evasión y el contrabando. Debido a ello la formalización, la capacitación y las facilidades de los servicios para los contribuyentes están entre los principales puntos de la tarea emprendida.
El aporte de los ingresos tributarios en la economía del país tiene un papel fundamental, y va creciendo por encima de las cifras de años anteriores.
Los organismos especializados señalan que la recaudación tributaria como porcentaje de la economía total (PIB) del Paraguay aumentó en 0,8 puntos porcentuales, del 13,9 % en el año 2021 al 14,7 % en el 2022. El promedio de recaudación tributaria de América Latina y el Caribe creció en 4,5 puntos porcentuales, de 17,1 % en el año 2000 a 21,5 % en 2022. Como puede verse, en Paraguay la percepción de impuestos con relación a su potencial económico sigue estando por debajo del promedio de los países de nuestro continente.
De acuerdo con la evaluación de organismos especializados, la evasión del IVA era del 36,8 % en el 2019. Y la del Iracis y el Iagro se situaba entre 44 % y 49 % en los años 2014 a 2018. En la actualidad la evasión impositiva total es del 26 %, según los registros de la autoridad tributaria. Lo que quiere decir que se ha avanzado mucho en la lucha contra ese ilícito y en el fortalecimiento de la recaudación impositiva.
Teniendo en cuenta que la evasión fiscal es muy dañina, porque socava los ingresos públicos que son de vital importancia para la nación, la tarea desarrollada por la DNIT es de gran relevancia, porque la economía negra en sus diversas expresiones es una enemiga fatídica. Cuanto menos ingresos fiscales haya, la posibilidad de que el Gobierno proporcione bienes y servicios públicos adecuados se diluye. Y, por el contrario, cuanto mejor recauda y más fondos públicos puede administrar, crecen las posibilidades de progreso en todos los sentidos. Que es la situación que actualmente está viviendo el país mediante la tarea del Gobierno cuyos organismos impositivos están actuando con excelentes resultados, como nunca antes se ha podido conseguir. Gestión que debe continuar y mejorar el año entrante para seguir con fuerza por la senda del desarrollo que se ha trazado.