A dos semanas del inicio del nuevo año el Gobierno está afilando los números con los que va a finan­ciar el enorme aparato del Estado y avivar los emprendimientos de ayuda social a los diferentes sectores de la socie­dad paraguaya para 2025. Así como las familias a comienzo de cada mes van orde­nando sus finanzas para ver cómo y con qué van a pagar sus gastos de subsistencia y los aportes principales para su buen funciona­miento, de ese modo el Estado se prepara para enfrentar los requerimientos de cada año que se inicia.

Si no es fácil lo primero, preparar y dar vida a los ingresos y egresos del país para 12 meses es mucho más complicado. Aunque con la tecnología, la habilidad de los técnicos espe­cializados en el ramo y las directivas de la política del Gobierno se puede lograr un resultado equilibrado y positivo. Que es la tarea que está realizando el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) en estas últi­mas semanas de diciembre.

Cada año el país aumenta sus erogaciones con una gran cantidad de gastos que no puede eludir, en su mayor parte para hacer andar sin sobresaltos el enorme aparato estatal y algunos casos para asuntos que podían ser prescindibles y hasta cuestio­nables.

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Por eso es positivo saber que el Gobierno está procurando dirigir esos gastos en mayor medida hacia asuntos de gran importancia social que ayudarán a mucha gente necesi­tada. Que es lo que ha explicado reciente­mente la vocera del Poder Ejecutivo, Paula Carro, a una emisora del grupo Nación Media.

La funcionaria hizo hincapié en que más del 75 % del presupuesto estatal se desti­nará al sector social. Teniendo en cuenta la tradicional tendencia presupuestaria gubernamental, en que la mayor parte del dinero se destina a salarios de los emplea­dos públicos, es difícil admitir esa versión a primera vista. Porque hay que ver los cri­terios utilizados para esa afirmación. Pero lo significativo es que el Estado esté dedi­cando más recursos públicos que nunca para enfrentar los requerimientos de gran­des grupos de personas necesitadas. Que es lo que importa a la hora de definir las políti­cas públicas.

Explicó que este presupuesto, que es el pri­mero elaborado totalmente bajo la responsa­bilidad del gobierno de Santiago Peña, refleja la idea de que los sectores más vulnerables tengan una respuesta efectiva y rápida del Estado. Por eso la mayor parte del programa de gastos está encaminado a financiar los proyectos sociales, la educación, la situación de los adultos mayores, los programas de vivienda, el fortalecimiento de la seguridad pública. “El proyecto refleja el interés que tiene el presidente Santiago Peña en darle cada vez más participación al aspecto social en esta herramienta de políticas públicas”, manifestó.

Para hacer frente a esa preocupación social, explicó que se logró aumentar el presu­puesto en 3,2 billones de guaraníes para los sectores prioritarios. Para la salud pública se prevén 900.000 millones de guaraníes más que en el presupuesto de este año, en que se incluye 189.000 millones para la adquisición de medicamentos para el tratamiento del cáncer.

Para el programa Hambre Cero en las Escue­las se preparan 2,3 billones de guaraníes para cubrir la totalidad de los alumnos de las escuelas públicas desde febrero, que será la gran novedad del nuevo año. También se incluyen 260.000 millones de guaraníes más para la educación superior. En tanto que para aumentar la cobertura de seguri­dad con más efectivos policiales se prevén 575.000 millones de guaraníes adicionales.

El proyecto de ley de presupuesto general ya se aprobó en el Congreso y el Poder Ejecutivo lo promulgará sin ningún tipo de modifica­ciones. Lo que quiere decir que ese valioso instrumento financiero y administrativo ya está listo para su aplicación. Para realizar los gastos previstos, el fisco debe mante­ner la buena recaudación que ha registrado durante la gestión de este gobierno, que es la mejor en muchos años.

La Dirección Nacional de Ingresos Tributa­rios (DNIT) tiene que continuar su ritmo de percepción de impuestos para hacer frente a los requerimientos venideros. Si la economía sigue creciendo como hasta ahora, es proba­ble que aumenten aún más sus percepciones impositivas teniendo en cuenta la capacidad demostrada para recaudar. Esto será funda­mental para que el Estado enfrente las inver­siones y otros gastos que aguardan en 2025.

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