Nuestro país está terminando un año con buen desenvolvimiento económico, mejor incluso que el previsto a inicios de 2024. Algu­nos elementos, como el alza de las recauda­ciones fiscales y la obtención del grado de inversión de parte de una de las calificadoras internacionales, ayudan a una perspectiva optimista, aparte del crecimiento produc­tivo que se está consolidando.

Uno de los requerimientos para aumen­tar el alza económica del país es que se realicen más inversiones. Y para atraer más capital que apuntale el desarrollo faltan medidas que eliminen los riesgos coyunturales y aseguren el crecimiento. Las perspectivas son buenas, pero hay que tener mecanismos de respuesta para enfrentar los inconvenientes que se pre­senten, según aconsejan los especialistas. Una de las respuestas posibles es depen­der menos de los factores climáticos apos­tando a aumentar las inversiones en el área de las industrias.

De enero a octubre las recaudaciones fiscales tuvieron un crecimiento del 20,8 %, lo que habla de la gestión de la Dirección Nacio­nal de Impuestos Tributarios (DNIT) y de la marcha de la actividad económica. En lo que va del año se han percibido 5,5 billones de guaraníes más que en los diez primeros meses de 2023.

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Entre los impuestos internos y los prove­nientes de la recaudación aduanera el incre­mento de las percepciones en Aduanas fue el más elevado, ya que consiguió un aumento del 26,7 % con respecto a octubre del año pasado. Con esta recaudación se llegó a alcanzar un nuevo récord histórico en esta dependencia estatal.

Por su lado, en materia de impuestos inter­nos las recaudaciones tuvieron un alza del 15,8 % en el cálculo interanual, lo que impli­can 192.129 millones de guaraníes más que hasta octubre de 2023.

De acuerdo con las explicaciones del orga­nismo estatal involucrado, “en términos generales, se consolida el aumento sostenido de la recaudación impositiva al décimo mes del año a pesar de la bajante del río Paraguay. Los controles y el uso de tecnología permi­ten una mejor perspectiva en la gestión. Asi­mismo, se observa mejora en el consumo y la actividad económica”.

Teniendo en cuenta los números que se manejan, las perspectivas de progreso del país son muy positivas, no solo para este año, sino también para los siguientes. Y lo que falta consolidar es que se abran más puertas a la inversión extranjera para poder mejorar el crecimiento que se tiene, ya que, como señalan los especialistas, existen algunas vulnerabilidades que hay que saber cómo enfrentar.

Los mismos dicen que la apertura de más mercados extranjeros ayudará en expandir la agricultura y la ganadería. Aguardan que haya mayor afluencia de inversión extran­jera directa en el área forestal y el sector manufacturero, ahora que el país ha conse­guido el grado de inversión. Reconocen que existen riesgos para las perspectivas, pero que se mantienen equilibrados. Entre ellos, se señala a la variación de los precios de las materias primas en el ámbito internacional. En tanto que los peligros internos que tiene son especialmente los fenómenos climáticos adversos que se pueden presentar.

No hay dudas de que la economía para­guaya tiene alta dependencia de las coyun­turas climáticas, porque está muy supedi­tada al comportamiento de los productos del campo, sean agrícolas o ganaderos. Por eso más que nunca es harto necesario apun­tar con mucha mayor fuerza al proceso de industrialización. Lo que solo podrá acele­rarse con el aporte de más inversiones en los procesos de transformación de la materia prima para aumentar la producción indus­trial. La manufactura, proceso mediante el cual se transforman los productos origi­nados en la naturaleza, ayudará también a aumentar la oferta de más empleos para hacer frente a otro de los requerimientos importantes de nuestra sociedad, que crez­can en gran medida las posibilidades de tra­bajo para la gente, tanto en el área urbana como en el campo.

Así como se ha logrado incrementar las recaudaciones estatales mediante el mejor trabajo del fisco, de ese modo el sector pro­ductivo debe realizar más inversiones para consolidar el proceso industrial. Esto puede requerir numerosos incentivos de parte de los organismos públicos, tarea en la que puede incursionar el Estado con toda clase de estímulos fiscales y financieros. Solo con un fuerte crecimiento en el área fabril, la actividad económica del país será más sólida y menos vulnerable.

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