El viernes último, la hidroeléc­trica Itaipú Binacional obtuvo el principal premio interna­cional de reconocimiento de altos resultados como mayor generador de energía eléctrica en el mundo. Reci­bió la certificación del Record Guinness por la mayor producción acumulada de energía hidroeléctrica en todo el planeta, por encima de otras muchas entidades de numerosos países. Es una especie de cam­peonato mundial obtenido por haber pro­ducido la mayor cantidad de electricidad desde que comenzó a generar en 1984, lo que no es poca cosa si se tiene en cuenta la enorme riqueza que se ha producido desde entonces para Paraguay y Brasil.

La certificación se otorgó porque la pro­ducción acumulada de energía hidroeléc­trica de Itaipú alcanzó el nivel de 3.038,1 millones de megavatios/hora (Un megava­tio equivale a 1.000 kilovatios). Para con­seguir el galardón mencionado la represa binacional tenía que superar la marca de 2.500 millones de megavatios/hora, cifra que ha sobrepasado con creces. Voceros de Record Guinness indicaron que para tomar la decisión señalada se verificaron los 40 años de generación de energía, hasta el 30 de octubre último.

El director general brasileño de la entidad, Enio Verri, señaló durante el acto de pre­miación que en un mundo donde ocurren guerras por el agua, Itaipú es un instru­mento de paz entre dos naciones y un sím­bolo de integración en la región, así como sintetiza un compromiso con el desarrollo de los pueblos hermanos. El director para­guayo Justo Zacarías resaltó que el logro alcanzado se debe a los millares de tra­bajadores paraguayos y brasileños que se han esforzado con eficiencia en los 50 años de existencia de la entidad binacional.

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La historia de Itaipú tiene que continuar con mayor participación de nuestro país que, por ser pequeño al lado del gigante, no ha podido utilizar mejor sus beneficios.

Hasta la actualidad el Paraguay no ha podido aprovechar mejor esa energía. Y, en cambio, el Brasil lo ha hecho en mayor medida, por su capacidad industrial y su gran mercado de consumo. Así y todo ha sido uno de los principales factores para producir el desarrollo nacional.

Según datos de estudios privados y oficia­les, hasta el 30 de abril de 2023, nuestro país solo ha aprovechado algo más del 9 % de la energía producida por la hidroeléc­trica desde que comenzó a generar, una cantidad muy pequeña. En tanto que el Brasil ha sido el principal beneficiado ya que en los 40 años de generación de la entidad ha llevado el 90,9 % de la electri­cidad que se produjo en ese tiempo. De la mitad de la energía producida por Itaipú, que corresponde al Paraguay, nuestro país solo ha aprovechado el 18,2 %, en tanto que ha cedido al vecino país el 81,8 % de todo lo que le pertenece.

Por la energía cedida a su socio solo ha recibido una ínfima recompensa econó­mica, que está muy lejos de la tarifa eléc­trica vigente en el mercado internacional, lo que quiere decir que el beneficio econó­mico podría haber sido mucho mayor si el Tratado de Itaipú no hubiera previsto una condición tan ventajosa para Brasil en desmedro del interés paraguayo.

El detalle que conviene enfatizar es que el Paraguay recién ahora, desde que puede utilizar el ciento por ciento de la electri­cidad de Itaipú que le pertenece, podrá aprovechar mejor la potencia económica respectiva.

Este es el gran desafío del momento al que tienen que hacer frente el Gobierno y los representantes paraguayos en la enti­dad binacional. Una tarea que involucra a todo el país, que la ciudadanía tiene que apoyar para hacer que se concreten los mejores proyectos para seguir creciendo con rapidez. Hay que tener en cuenta que la hidroeléctrica es uno de los instrumen­tos más apropiados que tiene nuestro país para apuntar hacia un mayor crecimiento económico. Y si hasta el presente no se la ha podido aprovechar al máximo por los condicionamientos del tratado con Bra­sil, ha comenzado la hora de avanzar con mayor rapidez, ahora que el contrato con ese país ha terminado y se está ante una nueva realidad.

El Paraguay está ante uno de los gran­des retos de su historia, vender a buen precio la energía generada por la mayor usina hidroeléctrica del mundo. Y para concretar ese negocio debe trabajar con inteligencia.

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