En la Cumbre del Futuro realizada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Nueva York, el presidente paraguayo, Santiago Peña, manifestó su adhesión al Pacto del Futuro, que es el documento que surgió del encuentro internacional, para asegurar el advenimiento de un mañana mejor para la humanidad. Pero puso en claro que nuestro país no está de acuerdo con numerosos aspectos acordados, por lo que la aplicación del pacto se hará de acuerdo con los dictados de la Constitución Nacional y de las leyes vigentes. Resaltó en la cumbre planetaria que el principio básico de las relaciones del futuro debe ser: “Hacer que el justo sea poderoso y que el poderoso sea justo”.
El encuentro de las autoridades de los países del mundo fue una convocatoria cuyo propósito era forjar un nuevo consenso internacional para mejorar el presente y proteger el futuro. Una oportunidad para restaurar la confianza perdida y mostrar que la cooperación internacional puede ser eficaz para enfrentar los desafíos actuales y los que se prevén en el futuro de la humanidad.
Ante el cuestionamiento realizado contra la referida cumbre y las decisiones que se toman en la ONU y que finalmente no se aplican, los entendidos en la materia han explicado la necesidad de ponerse de acuerdo en cuestiones básicas y de comprometerse a aplicarlas, que es un momento propicio para restaurar la confianza que se perdió y hacer que con la cooperación de los países se puedan enfrentar los desafíos existentes, ahora y en el futuro.
Señalaron que el mundo no está avanzando de manera óptima hacia los objetivos propuestos, que los beneficios del progreso se distribuyen de manera desigual, y que los riesgos y amenazas afectan con más fuerza a los más vulnerables. Por lo que esta cumbre puede considerarse una oportunidad para rectificar el rumbo y avanzar a un futuro mejor.
En ese contexto, el presidente Peña resaltó que es fundamental para nuestro país preservar sus valores, principios y cultura que serán respetados de acuerdo con las tradiciones. Que se debe proteger el rol de las naciones productoras de alimentos, por lo que no se deben imponer disposiciones que impidan el desarrollo de los países exportadores de esos productos, como Paraguay.
Se mostró tajante cuando abordó el cambio climático, resaltando que nuestro país tiene una fuente energética 100 % limpia, verde y renovable. “Las medidas para luchar contra el cambio climático no deben acogotar a los países más pequeños, sino fortalecerlos para que puedan luchar por un futuro mejor y más sostenible”, sentenció.
Afirmó que las Naciones Unidas deben asegurar que los progresos tecnológicos alcancen a todos los países de manera equitativa y ética, para que los países en desarrollo accedan a las mismas oportunidades que las naciones desarrolladas.
El mandatario resaltó que en la actualidad se necesita de una red de seguridad financiera sólida y eficiente, que dé respuestas efectivas a los problemas que afectan a las naciones menos favorecidas.
“Debemos consolidar un sistema financiero internacional que garantice un acceso equitativo a los recursos esenciales para promover el bienestar de todos los países, en particular de aquellos en desarrollo y más vulnerables”, propuso como solución ante una realidad en el campo internacional que siempre está favoreciendo a las naciones más ricas, muchas veces en detrimento de las menos favorecidas.
No es ningún secreto que debido a numerosos hechos que acontecieron a través de los siglos, la realidad económica mundial ha sido y es muy desequilibrada y también injusta. Tradicionalmente los más poderosos se han aprovechado de los menos desarrollados.
Hasta que acontecimientos sucedidos en 1973 hicieron que los países productores de petróleo, subdesarrollados y hasta entonces pobres, revirtieran las tendencias del mercado elevando el precio del barril de petróleo en 475 % (de 1,62 dólares el barril en 1973 a 9,3 dólares en 1974). Pero todavía subsiste la tendencia de menoscabar a los productores de alimentos y materia prima que todavía siguen a merced de ciertos sectores que manejan las finanzas imponiendo situaciones injustas.
Eso ha hecho que el presidente paraguayo reclamara en la ONU un sistema financiero internacional justo que no perjudique a los países más pobres, sino que se los ayude para luchar por un mejor futuro y una situación más sostenible.