Apenas se conoció el anuncio gubernamental de que desea modificar el Código del Trabajo surgieron opiniones de la más diversa índole. Como ocurre casi siempre, muchas de las afirmaciones se hicieron sin mayor conocimiento de las declaraciones que dieron lugar a la noticia. Y, por consi­guiente, sin tener en cuenta las palabras tex­tuales del presidente Santiago Peña. Lo que dio lugar a expresiones de rechazo y a duras condenas. Pero también hubo expresiones de aceptación considerando la necesidad de mejorar las normas laborales vigentes.

Una de las versiones que rápidamente ganó la calle es que la reforma de la ley se quiere hacer para eliminar la estabilidad laboral establecida para los trabajadores que cum­plen diez años en un puesto de trabajo. Que es un tema muy delicado, ya que la estabili­dad aludida no cuenta con la aceptación de gran parte de las patronales, aunque sí de los obreros. Muchos cargaron la tinta diciendo que se quiere eliminar esa disposición que se considera un histórico logro de la gente del trabajo, aunque ninguna versión ofi­cial lo haya señalado. Así, en menos de una semana ya flota una gran controversia sobre la comunicación del Gobierno. Muchos insisten sin motivo en que reformar la ley será algo negativo y perjudicial al trabaja­dor, cosa que no se debe apoyar ni aceptar, de acuerdo a la opinión de algunos sectores.

Durante la celebración del Día de la Indus­tria con los empresarios nacionales, el pre­sidente Santiago Peña realizó declaraciones que ayudarán a entender bien el tema.

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“El propósito es claro: es mejorar las con­diciones laborales, es apoyar al trabajador, es mejorar el salario de los trabajadores, es fortalecer los derechos que tienen nuestros trabajadores”, afirmó categóricamente el primer mandatario al referirse a la reforma de la ley.

“En la cabeza de quién puede entrar que un cambio puede ir en perjuicio de los traba­jadores, si es justamente a los trabajadores a los que queremos apoyar, son a los traba­jadores a los que queremos generar condi­ciones para que su salario pueda mejorar”, enfatizó frente a sus interlocutores, los hom­bres de empresa de la industria nacional que representan a una parte importante de la patronal.

Para que las modificaciones de esa norma puedan tener la contribución de todos los sectores, invitó a sumarse al debate surgido a los representantes de las centrales obre­ras. “Activamente tienen que sentarse en la mesa, tienen que ayudarnos a reflexionar sobre el problema porque son los principa­les que sufren este problema”, manifestó, al tiempo que pedía a los empresarios que tomen parte de la discusión.

Resaltó que el propósito es mejorar las con­diciones laborales, por lo que pidió utili­zar las mesas tripartitas compuestas por el Gobierno, los obreros y los patrones, para analizar las modificaciones que hay que hacer.

Para descartar cualquier idea de que el Gobierno quiere cercenar el derecho de las personas que trabajan, sentenció: “Jamás voy a proponer una ley que vaya en perjuicio de los trabajadores”.

La propuesta del Gobierno nacional de mejorar las leyes de los trabajadores es de gran importancia teniendo en cuenta que con el paso del tiempo y el avance de la tec­nología van surgiendo nuevas necesidades y situaciones no previstas, que hay que enca­rar de manera adecuada. Es muy saludable y necesario actualizar las normas laborales.

Pero no hay que olvidar que, así como es importante la creación de nuevas leyes, es fundamental hacer que se las cumplan ade­cuadamente. De nada vale tener buenas nor­mas que son dejadas de lado por los intereses de algunos sectores y la inacción de algu­nos organismos públicos que no obligan a su cumplimiento. Es un capítulo de la realidad que no se puede soslayar, porque el Código del Trabajo así como otras muchas nor­mas no tienen el cumplimiento requerido, en gran medida por la inoperancia de algu­nas entidades estatales, que no actúan con propiedad para que se apliquen las disposi­ciones legales. Poner en práctica las leyes y hacer que se las cumplan efectivamente es tan importante como diseñar nuevas nor­mas en los códigos y reglas jurídicas.

El Gobierno, que señaló de manera contun­dente tener el propósito de mejorar la situa­ción del trabajador, hará los controles para que se cumplan los mencionados preceptos. Solo así podrá alcanzar con plenitud la idea que se propone

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