En la historia económica de una nación subir de la producción pri­maria, escalando puntos, hasta llegar al grado superior de gene­rador de industrias es uno de los anhelos que se tiene como objetivo. Porque la pro­ducción fabril significa haber superado positivamente la agricultura, la ganadería, la explotación forestal y afines hasta llegar a la transformación de las materias primas en objetos que son mejor cotizados en la economía.

No es lo mismo vender una tonelada de grano de trigo que llegar a comercializar esa misma cantidad de harina o panificados producidos mediante la transformación industrial de esa semilla. No solo por el cre­cimiento de su valor factura, sino por todo lo que significa en la generación de riqueza, transformando el producto primario en algo mejor cotizado con la intervención de máquinas y abundante mano de obra, en un proceso que genera y distribuye abundan­tes beneficios económicos para sus autores.

Está comprobado que la industrialización reparte la riqueza en la vida de una socie­dad de manera más abundante y estable, ya que en el proceso de transformación eco­nómica intervienen gran cantidad de ele­mentos y agentes de producción. Y debido a su poderío económico, en la consideración internacional, los países industrializados están en un lugar privilegiado, lo que los hace políticamente más importantes. Por esta razón, las sociedades menos avanza­das quieren ascender a los niveles de indus­trialización, con todo lo que ello implica en poderío económico y político.

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Paraguay, gran productor primario, no es la excepción y quiere ir escalando hacia la actividad fabril. No es lo mismo exportar granos sin valor agregado que productos industriales derivados de los mismos y con mejor cotización en el mercado. Por eso, en el Día de la Industria, el presidente San­tiago Peña expresó su deseo de seguir tra­bajando entre todos para ir avanzando y lle­gar a ser un país más industrializado.

En su mensaje a los industriales expresó la responsabilidad de la cúpula estatal hacia ese sector de la economía. “Desde el Gobierno de Paraguay celebramos este día tan especial y felicitamos a todos los inte­grantes del sector industrial, renovando nuestro compromiso con este importante sector y con la certeza de que estamos en el camino correcto para desarrollarlo aún más. Sigamos trabajando juntos hacia un país más industrializado”, señaló en la comunicación que divulgó por las redes de comunicación.

Resaltó que la recordación de la jornada industrial tenía en esta ocasión la peculia­ridad de celebrarla por primera vez como un país calificado con el grado de inversión, y en momentos que se han alcanzado logros con el Brasil para el uso de la energía eléc­trica de Itaipú, que se suman a “otras condi­ciones inmejorables para que Paraguay dé un salto hacia la industrialización”.

Nuestro país ha realizado avances en el pro­ceso de industrialización, pero le falta aún para alcanzar los objetivos ideales. Por lo que el propósito del Gobierno es seguir con mayor velocidad en ese renglón económico.

Para tener una idea del papel de la indus­tria en el país, hay que recordar que ese sector representa el 20 % de la economía nacional y que da empleo de manera directa a 310.000 individuos, cifra importante, pero que resulta aún pequeña teniendo en cuenta el potencial que se tiene.

Uno de los puntos destacados en el Gobierno es que, mediante la instalación de unidades industriales en el régimen de maquila, en el primer año de gestión se ha aprobado la instalación de 23 nuevos pro­yectos industriales. Otro asunto de impor­tancia es la industrialización de biodiésel, que ha registrado un aumento del 383 %, lo que implica importar menos derivados de petróleo y mayor beneficio a la industria local.

Entre los logros importantes que muestra el camino que hay que continuar es el incre­mento de las exportaciones de productos industriales. En el año 2003 la exportación de manufacturas fabriles era del 4 %, que ha aumentado al 13 % en 2023, un alza que llega al 225 % y que tiene que seguir cre­ciendo.

La economía de un país industrial es mucho más sólida que la de una nación que depende solo del campo y la producción primaria. Por eso el Paraguay tiene que avanzar con mayor rapidez en el proceso de industrialización a fin de consolidar su eco­nomía.

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