Entre los programas prioritarios del Gobierno está trabajar con los sectores empresariales para hacer que aumenten las inversiones. Eso es lo que las actuales autoridades han señalado al inicio de su gestión y suelen manifestar habitualmente. Es que ninguna nación puede ir adelante si su clase compuesta por hombres y mujeres de empresa no se ponen las pilas para invertir con el objetivo de producir más. Y solo con esa fórmula de generar mayor producción en los más diversos renglones es que la actividad económica aumenta y se pueden crear más puestos de trabajo y procurar el bienestar de más personas.
Para hacer factible el incremento de las inversiones es imprescindible que el sector privado se sienta motivado por los mayores beneficios que conseguirá si es que aumentan sus apuestas. Dado que el mercado requiere dinamismo constante y cada vez más movimientos que faciliten la tarea, es fundamental el ambiente económico apropiado que puede instalar y garantizar el Estado. Porque si el clima político, económico y social no es propicio, lo más recomendable es no arriesgar y adoptar una postura más bien conservadora. Que es el drama que tienen algunos países donde debido al no aumento de la inversión, cae la economía, hay cada vez más desocupados y aumenta el índice de pobreza. Donde incluso grandes empresas internacionales cierran sus puertas y se van, porque no les resulta un buen negocio continuar.
La administración adecuada de un país no consiste en hacer buenos discursos o en tomar posturas más o menos agradables a la gente, si no tiene incidencia efectiva en la realidad. Porque al fin de cuentas son solo palabras que no tienen mayor repercusión en los hechos. La vida necesita de acción, de la realización de acciones concretas, de la promoción de actividades decisivas, como la ejecución de proyectos, la elaboración de servicios, la producción agropecuaria e industrial, la comercialización y el intercambio de productos. Se necesitan actividades que contemplen los requerimientos de las empresas para cubrir las necesidades del gran mercado que constituye la sociedad que vive en una región determinada, de un país concreto y que forma parte de una comunidad internacional.
Para que un país produzca más y su economía crezca es fundamental el clima adecuado para que se pueda trabajar y conseguir los objetivos propuestos. En una sociedad enfrentada entre clases sociales y económicas por la política encarada por el Gobierno, donde lo único cierto es la incertidumbre, no hay esperanzas para hacer buenos negocios y que crezca la actividad económica. Los empresarios no querrán aventurarse en realizar inversiones, tomarán la postura conservadora de hacer y arriesgar lo menos posible. Y el país en vez de crecer irá en continuo retroceso.
El presidente de la República, Santiago Peña, tiene bien claro lo que hay que hacer en esa materia. Apoyar a las empresas, darles mayor confianza en el país, mejorar las condiciones para producir y ganar más. Que crezca la economía mediante nuevas inversiones que requerirán mayores fuentes de empleo para cubrir el afán de trabajar para progresar que tiene mucha gente.
Últimamente el primer mandatario se reunió con gran cantidad de empresarios para dialogar sobre sus requerimientos, tomar nota de sus inquietudes y darle todo el apoyo que necesitan para incrementar su actividad. Con la fuerte preocupación social que lo caracteriza, el presidente señaló: “Nos reunimos con empresarios para escuchar a diferentes actores de este sector tan importante para la generación de empleos y la dinamización de nuestra economía. Trabajando unidos construiremos el camino que nos llevará hacia un país con más oportunidades de empleo y desarrollo para todos los paraguayos”.
Para que no queden dudas sobre las prioridades y proyectos del Gobierno, el mandatario señaló: “No hay mejor política social en un país que la generación de empleo. No hay mejor programa social que apoyar al empresario que va a emprender y que, con ese trabajo, va a generar un empleo”.
La ciudadanía tiene que tener claro que si se quiere el progreso para todos y que haya bienestar para los que están peor no hay otra alternativa que apoyar a las actividades empresariales. Por la sencilla razón de que, si hay más inversión para mayor producción, necesariamente se crearán nuevos puestos de trabajo.