El primer lunes de agosto próximo, dentro de tres sema­nas, se iniciará el reparto de alimentos a los alumnos de las escuelas estatales del país. Al principio abarcará a las instituciones de los distritos de los departamentos de Central y Presi­dente Hayes, además de Asunción. Y pos­teriormente, según ordenó el presidente Santiago Peña, desde febrero de 2025, el reparto se hará en todas las escuelas públi­cas del país.

La aplicación del programa Hambre Cero en las Escuelas está comenzando sus pri­meros pasos para llegar a los niños de las instituciones estatales con una mejor orga­nización y control de la nutrición en el año escolar. El proceso de adjudicación de las licitaciones a las empresas proveedoras está en plena marcha a fin de comenzar a alimentar a los niños poco después de las vacaciones de invierno, que culminan este viernes 19.

En el Ministerio de Desarrollo Social (MDS), que se encarga del proceso admi­nistrativo del programa alimentario, se explicó que en su primera etapa Hambre Cero beneficiará a 2.627 instituciones edu­cativas de 90 distritos del país que están ubicadas en Central, Presidente Hayes y Asunción. Esto irá desde agosto de este año hasta julio de 2025. Se estima que la inversión rondaría el equivalente a 528 millones de dólares. Los contratos con las empresas proveedoras tendrán una dura­ción de tres años.

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Si bien el nuevo proceso de entrega de ali­mentos a los escolares se inicia a mitad de año, en el 2025 comenzará en febrero, cuando arranquen las actividades del año lectivo oficial. Esa es la decisión adoptada por el presidente Santiago Peña, quien presidió la reunión del Consejo Nacional de Alimentación Escolar (Conae), el lunes último. La tarea involucrará a 15 goberna­ciones e incluirá a las localidades que aún no han tomado parte de la primera etapa que se está poniendo en marcha actual­mente. Se estima que, cuando se haga la cobertura total, el programa nutricio­nal afectará a 1.300.000 niños que cur­san estudios en las escuelas públicas del país. Será la primera vez que se llegue a tal número, ya que hasta ahora solo alcan­zaba a alrededor de 200 mil chicos, debido a diversos factores de organización y falta de adecuada voluntad política del gobierno anterior.

Para llegar a la totalidad de los escolares las autoridades están organizando el pro­ceso previo para las licitaciones, las adjudi­caciones de los contratos y los pasos finales para la provisión de alimentos en todos los puntos de la geografía nacional.

El ministro de Desarrollo Social, Tadeo Rojas, explicó que para llegar a las institu­ciones escolares de todo el país desde el año venidero se está trabajando de manera pla­nificada con las 15 gobernaciones restantes, algunas con localidades muy alejadas de la capital. Abarcan a 173 distritos ubicados en todo el ámbito geográfico nacional que se sumarán a los 90 que comenzarán el pro­grama en pocas semanas.

Hambre Cero en las Escuelas es uno de los programas de mayor importancia social que está llevando a cabo el Gobierno, por­que una de las debilidades de nuestro país es el escaso rendimiento escolar de los niños mal alimentados. Los estudios rea­lizados sobre el tema revelan que la buena alimentación de los chicos tiene un papel crucial para el aprendizaje, lo que explica­ría en gran medida que la baja calificación obtenida por el sistema educativo para­guayo en el campo internacional se debe en gran medida al problema nutricional.

Eso explica la gran preocupación de las autoridades nacionales sobre el tema, ya que no se puede construir un mejor país, si un gran porcentaje de los niños pade­cen los problemas apuntados, que son per­fectamente solucionables con buena pla­nificación y honestidad. El tema es una prioridad para el Gobierno, que no puede permitir que los chicos del sector social menos pudiente sigan sufriendo por falta de adecuada alimentación, cosa que se puede resolver si se toman las medidas requeridas.

Ahí radica la importancia crucial del pro­grama Hambre Cero en las Escuelas, que requiere también el apoyo de toda la ciu­dadanía. Además de preocupación del Estado, el rendimiento escolar y el bienes­tar de los chicos son también responsabi­lidad de las familias. Por eso es que todos deben prestar su apoyo solidario para alcanzar los objetivos que se ha propuesto el Gobierno.

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