Cuando parecía que la transparencia y la rendición de cuentas se fueron constituyendo en avances indiscutibles en la democracia que tenemos; sin embargo, y en cuanto se refiere a las organizaciones no gubernamentales (ONG), sus representantes apenas tomaron conocimiento sobre un proyecto de ley que controlará a sus entidades. Sin perder tiempo pasaron a decir que se está ante una persecución del Gobierno.

¡Nada más lejos de la verdad! Las ONG como cualquier otra organización desde el mismo momento que se hallan relacionadas con políticas públicas que hacen al interés de la nación y/o perciben dinero del erario están obligadas a mostrar sobre el uso de los recursos correspondientes.

El motivo de este involucramiento de control y rendición de cuentas dispuesto en un proyecto de ley se encuentra en el sistema de gobierno constitucional y republicano que los paraguayos hemos elegido libremente y, sobre todo, porque es la forma razonable y confiable de decirle a la gente sobre cuánto y cómo se están disponiendo los fondos que de algún modo u otro afectan a la sociedad.

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Pero si se alega persecución sobre un acto legislativo legal y legítimo, entonces quiere decir que a algunos no les interesa el gobierno constitucional republicano establecido en nuestro país. Prefieren hacer valer sus intereses por sobre la República, motivo por el cual no solo llama la atención la oposición a este proyecto de ley de ciertos sectores, sino que también prueba que por lo visto estamos ante una postura sospechosa porque al fin y al cabo el que nada debe nada teme.

Este diario no está contra las ONG, está contra la falta de transparencia, motivo por el cual estamos a favor del pueblo por el cual ni tan siquiera un guaraní debe escapar de la rendición de cuentas.

Resulta llamativo por ello que el senador Eduardo Nakayama junto con los señores Agustín Carrizosa y el exintendente de Asunción Martín Burt defiendan a ciertas ONG donde tienen su base de sustento, oponiéndose tenazmente a rendir cuentas sin mostrar el mínimo sentido de transparencia por los multimillonarios recursos que utilizan.

¿Se creen estos señores superiores a la Constitución? ¿Se creen superiores para decir sin vergüenza alguna que prefieren usar el dinero sin rendir cuentas, pues ellos son declaradamente impolutos y sacrosantos que no necesitan control alguno?

El senador Gustavo Leite, proyectista de la ley de control del dinero del Estado percibido por las ONG, sostuvo de un modo claro y contundente que aquellos que tanto hablan de transparencia ahora son los que menos quieren que haya transparencia.

El senador Leite tiene razón al insistir sobre un tema fundamental si deseamos ser un país serio al hacer lugar la igualdad ante la ley y a poner en práctica legislaciones como la de información pública, enunciados que desconocen algunos defensores de ciertas ONG que prefieren seguir escondiéndose en cláusulas de confidencialidad para seguir disponiendo a su antojo sobre el uso de multimillonarias sumas de dinero.

Etiquetas: #editorial

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