La gratuidad de la educación universitaria pública ha recibido el mayor blindaje posible con el decreto emitido el lunes 15 por el Gobierno. Los alumnos de tales casas de estudio tienen la seguridad jurídica que ninguna otra administración les ha ofrecido para dedicarse a la formación académica que corresponde sin ninguna carga monetaria.
El presidente Santiago Peña firmó el Decreto 1524 que reglamenta el Arancel Cero, con el que garantiza la gratuidad de la admisión y la concurrencia a las clases en todas las universidades públicas del país. El documento oficial establece el blindaje de los fondos y es una garantía para la continuidad del referido programa que afecta a los estudiantes universitarios de entidades nacionales.
El mandatario resumió la relevancia del documento emitido, resaltando que con él se va a proteger el bien tan preciado que es la educación. “Hoy el Arancel Cero tiene más fuerza, blindaje y garantías que nunca antes había tenido; juntos seguiremos haciendo el resurgir de nuestro país para que llegue a su destino de grandeza”, afirmó.
El referido decreto establece que serán considerados gastos prioritarios los créditos presupuestarios asignados en los términos de la Ley de Hambre Cero a las universidades públicas de la nación. Lo que quiere decir que la plata que se prevé en el presupuesto de la nación en la ley referida tendrá preferencia y estará primero que los fondos para otros destinos.
El dinero que se transferirá a las universidades no podrá ser inferior al 100 % de las solicitadas por las entidades, y tampoco será objeto de topes ni recortes presupuestarios. Esta disposición es única, pues habitualmente no se entrega todo el dinero solicitado por las entidades públicas al Tesoro de la nación, pues depende de las disponibilidades de la caja estatal.
Con relación a la ley de presupuesto que rige para este año, se faculta al Ministerio de Economía y Finanzas a realizar las modificaciones que correspondan para incluir los recursos que demandará la aplicación del Arancel Cero.
Hay que resaltar que mediante las disposiciones tomadas por el Gobierno para fortalecer la aplicación del Arancel Cero se está dando la seguridad absoluta a los recursos que requiere. Pues con el blindaje anunciado se están protegiendo sobradamente los fondos que se necesitan para solventar los servicios de la educación terciaria. Lo que quiere decir, en términos prácticos, que los estudiantes de las universidades estatales no pagarán ningún servicio ni arancel para realizar sus actividades académicas, ya que el dinero previsto en el presupuesto para el efecto no se podrá tocar ni recibir otro destino. La ley habla de que los fondos provendrán de la Fuente 10, recursos del Tesoro, que es la caja grande que tiene el Estado para financiar sus principales actividades. El 85 % de los fondos de esa fuente proviene de los impuestos estatales, otra parte corresponde a los royalties de la Itaipú y una porción importante viene de transferencias de las empresas públicas, aranceles o comisiones que cobra el Estado. Lo que significa que habrá suficientes recursos para solventar las erogaciones para las universidades públicas.
Con las medidas adoptadas por el Gobierno, los estudiantes que se están movilizando para forzar la consecución de sus reclamos ya no tienen motivo para continuar con el paro. No tiene sentido seguir pidiendo cosas que ya se han obtenido y continuar con la medida de fuerza. Las autoridades nacionales han dispuesto las normas jurídicas y los recursos financieros para el Arancel Cero y todo lo que implica.
Altos exponentes del Gobierno demostraron su predisposición para conversar con los estudiantes para buscar el entendimiento. Falta ahora la actitud de la otra parte, que no debe proseguir con la medida de fuerza que perjudica a los que quieren estudiar. Ha llegado la hora de concertar un acuerdo que permita continuar con la normalidad de la vida estudiantil, que no consiste en peleas ni enfrentamientos estériles, sino en proseguir la vida académica con sus obligaciones y responsabilidades.
Los estudiantes de las universidades públicas deben considerar que tienen un gran compromiso con la ciudadanía. No tendrían que dar las espaldas a la gente que los beneficia con sus aportes para que puedan estudiar de manera gratuita. Más bien deben apoyarla con actitud positiva mediante su dedicación al estudio.