Haciendo una evaluación de todo lo que se ha podido con­seguir desde la asunción de las nuevas autoridades en agosto pasado y en los primeros meses de este año se tiene un balance ampliamente positivo. Eso es lo que revelan los datos obtenidos en las mediciones realizadas a la actividad económica. Si bien es altamente saluda­ble y hay que celebrarlo, no basta. Por­que la vida continúa y la consigna es hacer que esos números se mantengan e incluso vayan creciendo, para asegurar el buen pasar del país. La consigna de “pan para hoy, hambre para mañana” es altamente perniciosa y debe ser desterrada como una maldición.

La tarea más importante que tiene actual­mente el Estado es proyectar los logros del buen momento económico que se vive en la actualidad para todo el resto del año. Hacer que la actividad productiva continúe con el dinamismo que se ha obtenido hasta ahora para afianzar la situación del país. Para ello el Gobierno debe continuar con la política desplegada que debe ser acompañada con otras medidas que garanticen la obtención de más logros y asegurar los obtenidos.

Las autoridades nacionales tienen claro qué hacer para lograr que los indicado­res positivos conseguidos puedan conti­nuar. Pero existe gran cantidad de impon­derables que no dependen de la voluntad humana, sino de una serie de elementos de la realidad nacional e internacional. Mien­tras tanto está claro que hay que continuar trabajando del mismo modo en que se ha estado haciendo para conseguir más de todo lo bueno que se pudo lograr. Y estar preparados para enfrentar los impondera­bles que pudieran aparecer.

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El ministro de Economía y Finanzas, Car­los Fernández Valdovinos, fue muy claro en su postura: “Los números alentado­res deberán ser acompañados de políticas públicas sostenidas en el tiempo”, sostuvo cuando evaluó lo acontecido.

En una sesión del Equipo Económico se analizó, el miércoles último, la situación actual del país y las proyecciones para el futuro. Al término de la sesión, el titular de la cartera económica señaló los principa­les puntos positivos que se han conseguido, como el buen crecimiento obtenido en 2023, que llegó al 4,7 %, dos puntos porcen­tuales por encima de la proyección, que era del 4,5 %. También se refirió al alza de la actividad económica interanual, que es del 5,5 %, según el indicador del Banco Central del Paraguay (BCP).

Otro dato importante consignado por el secretario de Estado es que los indicado­res relacionados a la confianza del con­sumidor siguen en términos positivos. El hecho de que las recaudaciones tributarias hayan aumentado también es otro punto de importancia. Afirmó que los ingresos fiscales se incrementaron no solo por el mayor control que se ejerce ahora desde la Dirección Nacional de Ingresos Tributa­rios (DNIT), sino también debido al alza de la actividad económica.

Entre los aspectos favorables señalados por Fernández Valdovinos está el incre­mento en los créditos, ya sea en moneda local como extranjera, que registraron un alza del 10 % y del 12 %, respectiva­mente. Remarcó que esas informaciones en su conjunto están hablando del buen momento económico que está teniendo el país. Consignó un detalle importante: que estuvo más dinámico en los últimos meses estudiados.

Entre las propuestas que se tienen para el futuro está la continuidad de la normali­zación de la política económica, que sig­nificará el descenso de las tasas de inte­rés, aparte de dinamizar la ejecución de las obras públicas y hacer que las micro, pequeñas y medianas empresas mejoren su acceso al crédito.

El desafío que tiene ahora el país, tanto el sector privado emprendedor como el Estado, es darle continuidad a los logros económicos conseguidos. No hay mucho secreto en la materia. Pero tampoco se pro­duce por obra de simples buenos deseos, porque hay que seguir trabajando con mucha fuerza y tomando las medidas ade­cuadas en materia de política económica.

Uno de los aspectos de relevancia es que la conducción del país tiene ideas claras sobre cómo debe conducir los intereses naciona­les y ha demostrado poseer fuertes ganas de trabajar. El sector privado solo pide un buen clima para los negocios y la garantía de que podrá seguir adelante avanzando en sus pro­yectos. Si no hay imprevistos insalvables, todo indica que continuará la buena marcha.

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