Los números son alentadores en cuanto al aumento de la cantidad de personas con trabajo, según los últimos anuncios oficiales. Si bien sabemos que la generación de mano de obra todavía es una deuda no saldada en su totalidad, se presenta un buen panorama con lo relacionado al empleo, que es el rubro de mayor interés para la población.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) había dado a conocer hace una semana el resultado de los principales indicadores del mercado laboral correspondientes al cuarto trimestre de 2023 mediante la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC), con estudios de datos que abarca toda la región Oriental y el departamento de Presidente Hayes.
Del referido informe se desprende que la cantidad de ocupados en el cuarto trimestre del año 2023 fue alrededor de 2.939.332 personas, 67,4 % de la población de 15 y más años de edad. Respecto al mismo periodo del año 2022, la ocupación tuvo un aumento estadísticamente significativo de alrededor de 2,2 puntos porcentuales; pasó de 65,2 % a 67,4 %. En términos absolutos, se dio un aumento de alrededor de 119.061 personas ocupadas.
Los porcentajes resultan muy alentadores considerando que estamos hablando de una población principalmente juvenil, que accedió al empleo en los últimos 4 meses del año pasado. Estos pequeños logros indican que hay un esfuerzo detrás y es el camino que se debe seguir allanando para incluir a la sociedad que vive al margen de muchos derechos.
Los índices señalan que la fuerza de trabajo registrada en este periodo está conformada por alrededor de 3.101.607 personas, 71,1 % de la población de 15 y más años de edad. Respecto al mismo periodo del año 2022, la tasa de la fuerza de trabajo tuvo un aumento estadísticamente significativo de 1,9 puntos porcentuales y en términos de cantidad absoluta significó un aumento de 107.704 personas, aproximadamente.
El informe difundido también remarca los problemas que genera la subocupación, principalmente a causa de la insuficiencia de tiempo de trabajo, situación que afectó al 3,2 % de la fuerza de trabajo (97.862 ocupados, aproximadamente). Respecto al mismo periodo del año 2022, la subocupación registró una diferencia negativa de 0,9 puntos porcentuales, pues pasó de 4,1 % a 3,2 %.
El sector privado está dando muestras de responsabilidad social con las puertas que abre para el empleo de la gente. Es una coyuntura demasiado sensible que debe cuidarse para continuar dando estos pasos hacia una expansión de fuentes de trabajo.
Desde el sector de la construcción manifestaron tener la fuerza necesaria para crear y sostener unos 500 mil empleos con un buen plan de inversión en obras públicas. Son señales muy importantes que no deben pasar desapercibidas y que requieren de una dinámica diferencial por parte de los órganos rectores laborales para articular estrategias eficientes que den continuidad el objetivo de combatir el desempleo.
La capacitación en áreas claves de rápida salida laboral es fundamental. Abrir la mente de los aspirantes dentro del mercado laboral es también una tarea pendiente, existen infinidades de especializaciones, oficios y profesiones que requieren una economía cada vez más innovada. Los entes de formación deben apuntar a ese descubrimiento de las nuevas demandas de trabajo, ayudar a la población a salir de lo puramente convencional y prepararse para ocupar espacios en paralelo a los cambios que se plantean en el mundo.
Focalizar técnicas de mejora en las condiciones laborales que no lesionen intereses de ningún lado consensuando expectativas es otro tema clave que los órganos de control deben disponer como guía para patrones y empleados. Acabar con las pequeñas guerras desatadas en medio de descontentos como si la relación entre contratistas y prestadores de servicios fueran las de unos enemigos, cuando ambos están en relación de dependencia.
A medida que crezcan los emprendimientos también debe haber un efecto de mejor calidad de vida para quienes estén involucrados. En este contexto, el país tiene que asumir ese desafío de generar oportunidades.
Reemplazar rencillas insensatas por proyectos de alto impacto y trasmitir confianza en nuestra economía es lo que corresponde. Crear puestos de trabajo es una obligación y una prioridad en este proceso de recuperación tras unos años duros de pandemia y es la hoja de ruta que el Gobierno debe seguir: combatir el desempleo.