Buena parte de los temas relacionados a las finanzas públicas y a la economía contienen un vocabulario que para los ciudadanos en general no les resulta llamativo y hasta de su interés inmediato debido al tecnicismo propio utilizado por los especialistas en la materia.

Y la gente tiene razón. En el fragor de las actividades diarias así como con las innumerables informaciones a los que accede a minuto, la gente cuando lee o escucha palabras como grado de inversión o calificación crediticia hacen que estas pasen finalmente desapercibidas.

En esta ocasión, sin embargo, creemos que no debería ser así. Nuestro país logró luego de más de diez años elevar su calificación crediticia, lo que conllevará a importantes oportunidades que repercutirán positivamente sobre nuestra población.

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Y, ¿qué significa esto? La calificación en categoría de ascenso de BB a BB+ implica la capacidad que tiene un gobierno o una empresa de cumplir con sus obligaciones asumidas. Esto indica a los inversionistas que están ante el escenario de un mejor riesgo de retorno de sus capitales y que los incumplimientos por deudas contraídas notablemente han disminuido.

Cuando se habla de riesgo país se refiere a la exposición de una economía a tener problemas macroeconómicos y políticos que los inversionistas monitorean constantemente. Este monitoreo a nivel planetario es realizado por las calificadoras de riegos, empresas independientes dedicadas a analizar la calidad crediticia mediante notas con letras del abecedario que colocan para de este modo informar y servir de análisis para la toma de decisiones de empresas o individuos que deseen colocar su dinero en un país determinado.

Habiendo hecho ese monitoreo y colocado la nota correspondiente por parte de las calificadoras de riesgo, recién posteriormente vienen los inversionistas porque ha disminuido el riesgo y se han elevado las posibilidades de mayores ganancias, todo lo cual resulta muy natural en cualquier lugar del mundo, incluso en nuestras decisiones personales.

Asimismo, al igual que una persona física que se vuelve impredecible e inconstante en su conducta laboral repercutiendo en el bajo y hasta nulo cumplimiento con sus ocasionales acreedores, los que le rodean empiezan a mostrarse dubitativos en prestarle algún tipo de ayuda, en especial si se refiere a otorgarle alguna suma de dinero.

Aquella persona ya no es de confianza, motivo por el cual las posibilidades de que salga de su lamentable situación se vuelven cada vez más difíciles, aun cuando los demás quieran prestarle ayuda. Así también funcionan los mercados internacionales en cuanto a calificadoras de riesgo. ( + confianza - riesgo = + inversiones)

Esto fue lo que la calificadora Standard & Poor’s (S&P) dijo días atrás en su informe donde dice que la calificación crediticia de Paraguay elevó su grado de inversión a muy poco de alcanzar la nota más alta.

Esto es muy auspicioso para nuestra economía que, como sabemos, es la gente que desea mejorar sus condiciones de vida como la de sus familias así como de las empresas que irán aumentando su plantel de nuevos trabajadores con el aditamento de mejoras salariales.

Paraguay está logrando de este modo mostrarse al mundo como un país predecible y de confianza. Por supuesto, esto debe ser apoyado por las demás instituciones del Estado, en especial el Congreso, para acrecentar este logro. Una macroeconomía sana, con baja inflación y con una Ley de Responsabilidad Fiscal aprobada en el año 2013 van mostrando que estamos mejor.

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