El lunes último, el presidente Santiago Peña y equipo tuvieron una larga reunión con el mandatario brasileño, Lula da Silva, en Brasilia para dirimir la tarifa de la energía producida por Itaipú para este año y el Anexo C del Tratado vigente. El propósito es buscar el máximo de los beneficios para el Paraguay en las negociaciones con el Brasil y hacer que sea un factor de nuestro desarrollo, explicó el primer mandatario.
Aún no hubo un acuerdo. Paraguay quiere mantener la tarifa más alta posible para que de ese modo la Ande pueda recibir más dinero por su energía, para capitalizarse y realizar inversiones. Brasil, por su lado, quiere un valor más bajo para que de ese modo la industria brasileña tenga un costo de producción menor cuando utiliza la electricidad de la binacional.
Ya se sabía de antemano que había posiciones diferentes –siempre las hubo–, por lo que no sorprendió que la decisión final se dejará para más adelante, como ocurrió.
La delegación paraguaya, aparte del primer mandatario, estuvo constituida por funcionarios del más alto nivel técnico y político, debido a la extraordinaria importancia del tema en estudio. La reunión analizó minuciosamente los principales temas pendientes de solución entre ambos países. Por eso el encuentro entre los técnicos y funcionarios llevó nada menos que cinco horas de trabajo.
Como la Itaipú Binacional ya terminó de pagar toda la deuda que tenía por la construcción de la hidroeléctrica, el valor de la tarifa que se fije por la energía que utilicen Paraguay como Brasil debe ser menor a la que tenía anteriormente. Por eso en el 2022, de los 22,60 dólares por kW/mes, se bajó a 20,75 dólares. Y en el 2023 se logró reducir de 20,75 dólares el kW/mes a 16,71 dólares, que es la que estaba rigiendo. En diciembre último, el Paraguay solicitó en el Consejo de Administración de Itaipú que se eleve la cotización para este año, en tanto que la posición de Brasil es que se mantenga el valor que estaba rigiendo. Esa es la cuestión de fondo que al final deberán decidir los presidentes de los dos países en el próximo encuentro que se haga en nuestro país.
Algunos analistas señalan que como la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel) de Brasil ya fijó la tarifa de la electricidad de Itaipú para ese país en 17,66 dólares el kW/mes desde el 1 de enero último, esa podría ser la cotización final que se establezca, en el peor de los casos. Si fuere así, esa cifra es levemente superior a los 16,71 dólares que regía en el 2023, pues representa un 5,68 % más. Pero, por ahora, son solo conjeturas que no se sabe si podrán concretarse.
Por de pronto hay que destacar la excelente predisposición del Gobierno brasileño, según las expresiones del presidente Lula da Silva, quien resaltó que este es un “año primoroso para ambos países, porque finalmente terminamos de pagar la deuda que teníamos al empezar la construcción de Itaipú, hace 50 años”, y que en las divergencias sobre la tarifa se llegará a una solución conjunta mediante el diálogo.
El presidente Peña, por su lado, señaló ayer que su gobierno buscará el máximo beneficio para nuestro país en las negociaciones que se están realizando con Brasil en la tarifa de la energía de Itaipú y la revisión del Anexo C del Tratado con el vecino país.
“Tiempo al tiempo. Seguimos trabajando en esto, que es defender a los paraguayos, la bandera tricolor. Buscamos el máximo beneficio para los paraguayos”, manifestó cuando se le pidió su opinión sobre los cuestionamientos que le hacían algunos medios de comunicación.
La idea expresada por los técnicos de nuestro país es que Itaipú, de ser solamente generador de energía limpia y renovable, pase a convertirse en un factor de desarrollo. Que con los recursos monetarios que genera se realicen obras de gran alcance que lleguen a la población nacional.
Según lo expresado por el presidente, se esperan beneficios muy importantes para el Paraguay. Brasil es uno de sus principales socios y se necesita armar con él acuerdos que contemplen los principales intereses de la nación para alcanzar los objetivos que se ha propuesto.