Uno de los mejores síntomas de la situación de cualquier socie­dad es que las personas que la componen se sientan bien, que se encuentren satisfechas y que miren para adelante con los sentimientos positivos de que todo irá mejor. Es lo que en nuestro idioma se llama confianza, el buen ánimo que hace que uno espere con tranquilidad lo que depara el futuro.

Esa sensación, que puede ser escurridiza según la situación de los momentos que les toca vivir a las diferentes sociedades, es un factor fundamental. Por eso es que este sentimiento positivo es un ingrediente de gran valor que se persigue en todas las civi­lizaciones, desde tiempos inmemoriales.

En los estudios realizados por el Banco Central del Paraguay (BCP) sobre lo que sienten los paraguayos como consumido­res se percibe que el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de setiembre pasado llegó al nivel más elevado del último quin­quenio, al alcanzar 60,6 puntos.

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Según los especialistas, el alza de la con­fianza de la gente es consecuencia de las mejoras registradas en la economía del país y las buenas proyecciones que se hacen sobre el futuro inmediato. Esta cifra está por encima del nivel alcanzado en agosto, cuando llegó a 57,3 puntos. Con estos números, son diez meses seguidos en que va aumentando la confianza del con­sumidor paraguayo, muy por encima del índice de 48,3 puntos de setiembre de 2022 cuando estuvo en la zona de pesimismo.

El estudio de la banca matriz basado en encuestas realizadas a los consumidores revela que el Índice de Situación Económica (ISE) llegó a 42,1 puntos, lo que constituye un alza de 3,1 puntos en promedio. Por su lado, el Índice de Expectativa Económica (IEE) ascendió a 79,1 puntos, y está por encima del nivel alcanzado hace un año en 14,3 puntos. La encuesta de setiembre del IEE revela que ha aumentado el porcentaje de personas que creen que es un buen momento para inver­tir en la compra de casas, autos y electrodo­mésticos. Lo que está indicando un ánimo signado por el optimismo que manifiesta el común de las personas.

Otro dato llamativo es el relacionado a la predisposición para ahorrar en los hogares que ha detectado la encuesta. El porcentaje de encuestados que respondió que tiene posibilidades de ahorrar es mayor al que se encontró un año atrás, lo mismo que el por­centual de personas que dice poder adqui­rir bienes durables.

Hay que resaltar que el sentimiento de seguridad, tan importante para todo grupo humano, no es casual ni gratuito, y suele ser el resultado de lo que los acontecimien­tos de la vida cotidiana le están provocando en el ánimo, como consecuencia de diver­sos factores favorables. El buen augurio de que todo irá mejor suele ser la aspiración más fuerte de los que dirigen cualquier comunidad humana.

En sentido contrario, lo peor que le puede acontecer a un grupo humano es el senti­miento pernicioso de que todo está mal y que las cosas irán peor, que el mañana es una amenaza por llegar.

Los datos encontrados por las encuestas del BCP constituyen un elemento valioso para evaluar la actual situación del Para­guay, que está viviendo momentos muy especiales, sobre todo porque las nuevas autoridades se encuentran con un sinfín de problemas de diversa índole que no fueron enfrentados adecuadamente en la adminis­tración anterior. Y que requieren de pron­tas y adecuadas respuestas.

Tener conciencia de que la ciudada­nía paraguaya tiene confianza en estos momentos y que sus expectativas son muy favorables es un dato muy importante. No solo para las nuevas autoridades, sino tam­bién para la clase empresarial que está tra­bajando en la producción y otros sectores económicos en medio de la incertidumbre del mercado mundial. El buen ánimo de la gente constituye también la mejor propa­ganda política para interesar a los capitalis­tas de diversos países a realizar inversiones en nuestra economía.

El positivo índice de confianza del consu­midor paraguayo representa una magní­fica oportunidad para hacer más y nuevos negocios en momentos políticos delicados para otras naciones donde reina la incerti­dumbre. Es una invitación para los ciuda­danos paraguayos que pueden invertir en los asuntos que le permitan sus ingresos financieros, como en pequeñas empresas, adquisición de inmuebles y otros empren­dimientos a su alcance.

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