La bochornosa inauguración del acueducto Agua para el Chaco sin que esté integralmente listo para operar con efectividad por el arrastre de varias fallas no puede quedar impune. Contundente, el presidente de la Empresa de Servicios Sanitarios del Para­guay (Essap) confirmó en entrevista radial que el acueducto chaqueño “es inútil, así como está”. Esta frase además de impoten­cia genera una serie de sospechas, com­plicidad, burla, fraude y los involucrados en el fallido proyecto deben rendir cuen­tas del asunto, miles de familias queda­ron frustradas en la posibilidad de acce­der al líquido vital. Esperas que datan de una década entera se fueron al tacho con la fallida megaobra Agua para el Chaco. Este proyecto constituido por tres grandes fases tuvo varias inauguraciones, pero ninguna de ellas resultó una solución; más bien fue­ron parches que sirvieron de aval para con­tinuar con los millonarios desembolsos que totalizaron USD 130 millones, cuando el costo inicial estimado era USD 50 millones.

Unos 10.000 pobladores de Loma Plata (Boquerón) y Puerto Casado (Alto Para­guay) principalmente estaban a la expec­tativa de ser beneficiados con el agua pota­ble que iba a llegarles con los kilómetros de ductos extendidos por debajo del suelo chaqueño. Este sueño no pudo hacerse realidad en el tiempo, las intervenciones se tradujeron en facturaciones e inaugu­raciones, pero no en el ansiado abaste­cimiento de forma continua. De manera miserable, en plena pandemia, el gobierno anterior inauguraba las primeras fases de la megaobra que meses después tuvieron problemas.

En plena campaña política, el año pasado difundían con bombos y platillos la habili­tación del último tramo, que meses después también quedo sin funcionar y tornando así “inútil” todo el sistema, tal como lo pun­tualizó el presidente de la Essap, Luis Fer­nando Bernal.

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Varias fallas iban detectándose en el pro­ceso de construcción y operativización de la última fase, según confirmaron profe­sionales del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) como otras denuncias que saltaron; sin embargo, el maquiavélico espectáculo para arrancar alegrías pasajeras a los chaqueños no tuvo empacho en llevar a cabo un acto inaugu­ral que tenía como protagonista al expre­sidente Mario Abdo Benítez, el equipo de élite del MOPC, en medio de desperfectos que se venían identificando.

El ingreso de la temporada alta y las tem­peraturas estivales revelaron la realidad y el problema sin solucionarse en el Chaco, pese a las millonarias inversiones y a las inauguraciones que anunciaron la buena nueva para los pobladores en el acceso al agua potable. El coordinador de proyec­tos de agua potable, saneamiento y obras hidráulicas del MOPC, Pablo Adorno, confirmó a uno de nuestros medios que, durante la inauguración del acueducto, estaban al tanto de que la obra presentaba algunas fallas que venían solucionando y que sabían que “no iba a poder trabajar con la presión inicial de diseño”. Sin embargo, pese a que era cuestión de tiempo para quedarse sin funcionamiento, el acue­ducto fue habilitado en su última fase, el 13 junio del año pasado y el gobierno de Abdo lo celebró sin ruborizarse, incluso haciendo referencia al contexto de las conmemoraciones por la Paz del Chaco. ¿Dónde estaban los fiscalizadores? ¿Dónde estaban los dictámenes que deben servir de alerta de fallas en cualquier obra? ¿Por qué continuaron con el proyecto y los desembolsos si se arrastraban fallas?

Y lo más importante: ¿Por qué no se abrie­ron investigaciones o auditorías para deter­minar los problemas, sus causas y con­secuencias?, puesto que las averías, las demoras y demás inconvenientes datan de los inicios de la obra; es decir, provienen de los tiempos del exministro Salyn Buzar­quis. Las inauguraciones que hicieron se traducen en una farsa en las condiciones de inoperatividad del costoso acueducto. Este clavo es uno de los más dolorosos. Tantos años de espera para el acceso a un líquido que es vital y nada. En estos momentos no se provee una sola gota de agua con el acue­ducto que tuvo varias inauguraciones.

La ministra del MOPC señaló que en días más termina la auditoría que ordenó sobre el acueducto y con ello se podrán identifi­car los percances como los responsables. Este informe es fundamental para escla­recer el caso, corroborar los fracasos y sus protagonistas. El fraude del acueducto no debe quedar impune, las autoridades del MOPC tienen la obligación de llegar a la verdad y derivar el caso a los organismos pertinentes para que apliquen las sancio­nes que correspondan.

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