A cuatro semanas de la asunción del gobierno entrante, la atención del país se centra en la administración que vendrá y en qué medida influirá con sus acciones para que mejore la situación general de la ciudadanía. La administración de Mario Abdo Benítez no quedará en el recuerdo por sus aciertos, porque a lo largo de los cinco años registró uno de los grandes bajones de los últimos decenios en la economía. La pandemia sanitaria terminó de demostrar las flaquezas de su gobierno, y la falta de capacidad para levantar al país con rapidez terminó por producir el desencanto de los que habían apostado por él.
Teniendo en cuenta el momento que se vive actualmente, se puede afirmar que la administración que se va ya pertenece al pasado, aunque las consecuencias de su gestión aún permanecerán. Pero la llegada de gente nueva con un espíritu fuertemente emprendedor y muchas ganas de hacer bien las cosas que encarna el gobierno entrante es la mejor apuesta que se ha hecho. Cosa que se nota en las palabras del futuro mandatario y en las actividades que va realizando para mejorar la situación del Paraguay.
El ascenso de los índices de la economía y el sentimiento positivo que genera el nuevo gobierno producen la sensación de que estamos en vísperas de recuperar los sitiales elevados que anteriormente se tenían. E incluso superarlos.
En su visita a la República de China (Taiwán), Santiago Peña ha señalado que se trabajará fuertemente con esa nación para elevar la capacidad industrial del Paraguay, cosa que hará posible que se ubique entre los países más desarrollados del mundo. Por su extraordinario desenvolvimiento y el progreso alcanzado en las últimas décadas, Taiwán está entre los denominados “tigres asiáticos”, los países del lejano continente que fueron capaces de generar un grandioso progreso económico en poco tiempo. Experiencia que nuestro país desea llevar a cabo con la administración política entrante.
Para Peña, desarrollar la industria es uno de los grandes desafíos que tiene nuestro país y cree que su relación cercana con Taiwán puede hacer más fácil alcanzar ese objetivo. “Han demostrado mucho interés en Paraguay, en la industria alimenticia, de cómo darle valor agregado a la producción de materia prima que tiene el Paraguay. Ellos prácticamente importan el 70 % de todos sus alimentos y creen que Paraguay podría ser una plataforma para ellos en términos de producción para el mercado de Taiwán, pero también para todo el mercado internacional”, explicó el presidente electo. Añadió que, en el marco de la producción fabril, se puede incluir la posibilidad de construir en nuestro país buses eléctricos con tecnología taiwanesa. La gran producción de energía eléctrica no utilizada y el fuerte interés de los mercados de contar con vehículos movidos a electricidad son elementos que contribuyen a pensar en ese tipo de industria que puede concretarse con la ayuda de la técnica del país oriental.
Estas son algunas de las propuestas, entre otras, que está buscando poner en práctica la gente de la administración entrante. El Paraguay como gran productor de materia prima tiene que comenzar a transformar industrialmente sus productos para venderlos al mundo con valor agregado. La exportación de artículos primarios sin transformación ninguna es una etapa que hay que ir superando para pasar a la era de la industrialización. Así se tendrán más fábricas que requerirán mano de obra y se generarán productos para exportar al mundo a mejores precios que la simple materia prima.
Los distintos gremios empresariales han manifestado su satisfacción por las iniciativas que está demostrando el gobierno entrante. Han podido apreciar la calidad profesional de los elegidos para ocupar los ministerios, y están viendo cómo anticipadamente las próximas autoridades ya están en plena tarea para administrar el país, diseñando políticas y estudiando soluciones. Todo ello ayuda a generar confianza y a consolidar un clima económico de optimismo, que está respaldado por el comportamiento positivo de las principales variables económicas del primer semestre.
Para el bienestar del país son importantes no solo la buena producción, la comercialización y la mayor actividad económica. También son imprescindibles para ello los sentimientos positivos de la gente y las esperanzas ciertas de que podrá vivir mejor.