El presidente electo de nuestro país, Santiago Peña, tuvo una entrevista en el Planalto, la sede del Gobierno de Brasilia, con Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente del Brasil. Se desarrolló en un clima de amabilidad, propio de estos tipos de encuentro. Pero lo más significativo es que se intercambió ideas con el mandatario brasileño que más beneficios ha aportado a nuestro país durante sus mandatos anteriores. Por eso Peña resumió la importancia del encuentro en las siguientes palabras: “El Paraguay tiene memorias muy lindas de las dos presidencias del presidente Lula da Silva y estoy convencido que estos próximos años, en nuestro trabajo, en la agenda de integración bilateral, van a ser los mejores años de la historia de nuestros dos países”.
La República Federativa del Brasil no es solo el vecino más grande y poderoso que tenemos. Es sobre todo el principal socio de Paraguay en asuntos económicos, comerciales y sociales. Lo que pase en la relación con ese país no es indiferente para nuestra nación, por lo que los gobiernos paraguayos siempre deben trazar una política de relacionamiento apropiada para caminar junto a su gigantesco compañero de ruta.
En ese sentido, puede considerarse que la visita realizada por Santiago Peña al presidente del Brasil no es solo un acto protocolar de la relación de buena vecindad. Es sobre todo una operación política de gran relevancia, que parte de una visión muy acertada de la situación geopolítica en esta parte del mundo. Nos guste o no nos guste, el vecino país tiene un peso muy grande en la vida del Paraguay y de América, por lo que es necesario actuar con él de manera activa, según convenga a los intereses nacionales.
Uno de los temas principales de la reunión fue el Tratado de Itaipú, cuyo Anexo C se modifica este año. Sobre este punto, el presidente electo señaló: “Paraguay y Brasil tienen una historia en común, pero el futuro todavía es mucho mejor para los próximos años. Itaipú es un éxito en el proceso de integración y nuestra conversación no puede estar solamente basada en inversiones o en dinero. Tiene que ser realmente un proceso de integración, que dentro de 50 años puedan decir que nos animamos a soñar para un desarrollo de nuestros pueblos”.
Teniendo en cuenta su propuesta de generar 500 mil nuevos empleos en su gobierno, Peña apuntó que el país debe utilizar Itaipú como una fuente de desarrollo para crear oportunidades de trabajo para paraguayos y brasileños.
“Yo tengo una vocación integradora y le dije que podía contar conmigo en ese proceso de integración”, manifestó Peña cuando Lula le habló sobre las relaciones internacionales.
“No podemos ideologizar las relaciones diplomáticas y la integración de nuestros pueblos, y le he adelantado de mi compromiso de poder trabajar en ese proceso de integración”, agregó.
Resumiendo lo vivido en el encuentro, Santiago Peña manifestó: “El presidente Lula ha manifestado su cariño hacia el pueblo paraguayo, mira con mucho cariño, así como nosotros le vemos al Brasil y a la presidencia de Lula. Vamos a trabajar muy de cerca”. La conversación de Peña y Lula fue muy abierta, positiva, y ambos coincidieron en trabajar en lo que une a los dos países para salir adelante.
De acuerdo con la experiencia de los últimos años, el nuevo gobierno de Lula en Brasil es una gran oportunidad para que Paraguay haga acuerdos favorables con ese país, no solo en lo referente al mejor aprovechamiento de la energía de Itaipú, sino en numerosos asuntos relacionados con el intercambio comercial y la concreción de proyectos de interés binacional.
Ahora tiene que trabajar con su equipo técnico en la elaboración de una amplia agenda que contemple los más importantes asuntos de interés paraguayo, entre los que principalmente estará la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú, e incluso la modificación completa del tratado, como insinuó Peña.
El relacionamiento de Paraguay con el Brasil es de gran trascendencia, por lo que el encuentro del presidente electo con el primer mandatario brasileño ha sido un acierto político. Significa que tiene ideas claras y que puede manejar los asuntos del país con la destreza y habilidad necesarias.