El presidente electo Santiago Peña ha mostrado su pensamiento político de centro, con una tendencia claramente positiva para lograr el equilibrio más allá de las ideologías existentes. Ha expresado que los extremos políticos han cometido equivocaciones en su gestión en los diferentes países, por lo que lo más sensato es encontrar una posición equidistante. Que lejos de ir a una corriente de pensamiento u otra, lo que importa es lograr el objetivo de alcanzar el desarrollo del Paraguay y sus habitantes, para que el ingreso promedio de la gente crezca tres o cuatro veces más del que tiene en la actualidad.
Uno de los diarios de mayor prestigio en lengua española, Clarín, de Buenos Aires, reflejó el credo innovador y progresista de Peña en una larga nota publicada recientemente. Quien, ante una pregunta, hizo una definición magistral, señalando que no es cuestión de que un gobierno se mueva más hacia la derecha o hacia la izquierda, que lo importante es cómo se mueve hacia adelante. Esto para responder a los que ponen por delante de la capacidad de gestión de un mandatario la corriente política a la que pertenece.
La filosofía expuesta ante la pregunta de la prensa argentina engloba lo que es definitivamente trascendente para cualquier nación del mundo: que un mandatario puede ser de un determinado signo político o ideológico, pero que lo que importa finalmente es que procure, y logre, el progreso de esa sociedad. Esta frase es una apuesta fundamental por el equilibrio de una nación, ya que lo que realmente necesita y quiere es el bienestar, más allá de los colores y los caminos políticos. Porque, en definitiva, cuando se maneja la brújula de un barco, no importa mucho que se la incline a la derecha o a la izquierda, hacia arriba o hacia abajo, sino que se asegure el rumbo cierto hacia el destino al que se dirige. La conducción de un país no es una cuestión de inclinaciones ideológicas si no de que se mueva con acierto hacia los objetivos fundamentales de la sociedad a la que pertenece. Que es lo que enseña la historia de los países donde gobiernos de izquierda apostaron por medidas propuestas por la derecha para conseguir sus objetivos, o donde los conservadores eligieron un rumbo progresista, de acuerdo con las circunstancias del momento.
Para remarcar la importancia del equilibrio más allá de las tendencias, recordó que tanto el socialismo como el neoliberalismo han tenido sus fracasos, por lo que lo importante es encontrar el equilibrio del centro. Señaló que el Estado tiene un rol indelegable en los asuntos públicos, como la salud, educación, seguridad, pero que la única manera de generar riquezas a través de la creación de empleo, de las inversiones es con la economía de mercado, el respeto a la propiedad privada y el imperio de la ley. Remarcó que el Estado no tiene que estar sometido al capital privado, sino que ambos deben ser grandes aliados.
Insistió en que su propuesta es que, sobre los cimientos macroeconómicos ya logrados por el país, tiene que construir un Estado más desarrollado que genere capital humano de alto nivel. Que el país que está actualmente con 5.000 dólares per cápita de ingreso, pase primero a 10.000 dólares, que es el promedio de los países de Sudamérica, para proyectarse luego a niveles más altos, como los de los más desarrollados, que están entre 25.000 y 30.000 dólares por persona.
Con respecto a la integración regional, dejó bien claro que lo importante no es mirar el pasado, sino proyectar un futuro mejor.
La exposición de un político que está a punto de dirigir los destinos del país es de crucial importancia, porque marca claramente hacia adónde dirigirá sus principales medidas económicas, políticas y sociales. Que, en este caso, está apostando por el progreso del Paraguay y el bienestar de la mayor parte de la población nacional.
No es indiferente que un gobernante procure que los habitantes del país sean los principales beneficiarios de las medidas del Gobierno, más allá de cualquier tipo de rótulos y las tendencias. Significa que sabe lo que debe hacer, que trazará las políticas adecuadas para alcanzar su objetivo y que tiene la decisión de concretarlo.