Ya muy cerca de las elecciones generales que pueden generar cambios positivos en la vida del país, los elementos que indican la confianza de los ciudadanos se mantienen elevados, comparados con los niveles de un año atrás. Las mediciones sobre los sentimientos positivos de la gente revelan que la relativa mejoría económica de los últimos meses y las perspectivas de que este será un año con buenas posibilidades para el crecimiento y las inversiones son indicadores de gran importancia. Aunque subsiste la natural incertidumbre que trae consigo lo que está por venir, existen elementos positivos que no se pueden ignorar.
Las mediciones que realiza el Banco Central del Paraguay (BCP) demuestran desde los últimos meses del 2022 y los primeros meses de este año que las cosas van mejorando. Este hecho se observa en las encuestas que realiza mensualmente el ente financiero con los ciudadanos en su calidad de consumidores y que hablan de un clima relativamente benigno. No es para engañarse ingenuamente sobre que todo está mejor, sino una simple medición de lo que aguarda el ciudadano común que demuestra sus sentimientos y es capaz de anunciar sus aspiraciones.
El BCP dio a conocer el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) de marzo. Revela que en el primer trimestre del año los consumidores alcanzaron una percepción positiva sobre la situación económica del país y su capacidad de gastar e invertir. Esta es una buena señal para la economía, que este año podría crecer 4,5%
El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) alcanzó en marzo 52,1, que está en la zona de optimismo y se suma a índices positivos similares, como el 52,8 de febrero, el 57,5 de enero y el 52,8 de diciembre, con los que son cuatro los meses en que se mantiene en el área positiva. En marzo del 2022 el mencionado indicador señalaba 45,8, que está en el nivel de pesimismo. Quiere decir que se ha mejorado.
El ICC prepara el Banco Central con datos obtenidos en encuestas en que se miden el Índice de Situación Económica (ISE) y el Índice de Expectativas Económicas (IEE). Estos estudios muestran la percepción de las personas sobre la situación económica nacional y su predisposición para gastar e invertir. Tanto los indicadores de la situación económica como los de las expectativas de marzo último están por encima de lo que se habían registrado en marzo del año pasado. Esto se refleja además en la predisposición de las personas que dijeron que es un buen momento para adquirir bienes durables, como casas, autos, motos y electrodomésticos, que ha tenido un incremento con relación al mes anterior.
Que la confianza del ciudadano corriente se mantenga en la zona de optimismo y tenga mejores números que los del año anterior es importante. Sobre todo si se tiene en cuenta que estamos iniciando un año luego de varios ejercicios con cifras muy pobres. Es como comenzar a respirar un aire nuevo con abundante oxígeno luego de un tiempo de haber aspirado un aire viciado, lleno de elementos destructivos.
A la hora de elaborar un panorama de la situación actual, se debe consignar que la producción está comenzando a repuntar y que las exportaciones de los principales productos están experimentando el salto esperado. Cuando mejora la producción de los principales artículos del país y se incrementan las ventas al exterior, con la consiguiente alza del ingreso de divisas, sin dudas, repunta el optimismo.
Si se tiene en cuenta que estamos en vísperas de uno de los hechos más importantes para un país, como son las elecciones de nuevas autoridades, se puede afirmar que no estamos en un tiempo sin mayor importancia, sino en un momento de trascendencia para la vida de los paraguayos. La actividad económica no es independiente de la política, porque forma parte de un todo, es la porción de una misma realidad que forma parte de la vida de un país. Por eso tanto las elecciones como el desempeño de las autoridades adquieren un papel de trascendencia que no se puede desconocer.
Que el clima de negocios esté mejorando con una dosis prudente de optimismo es un dato importante para entender nuestra realidad actual. No se lo puede desconocer ni infravalorar.