El Paraguay es uno de los países que mayor porcentaje de jóvenes y niños tiene en su población total. Este hecho que es auspicioso implica también serios requerimientos para el Estado y la sociedad. Es un reto descomunal. Pues obliga a que la nación tenga que estar bien preparada para atender en forma adecuada las necesidades y los desafíos de ese importante cúmulo de personas que están comenzando su vida en la sociedad, con sus obligaciones y menesteres.
Por eso hay que señalar que la reciente campaña emprendida por el candidato a presidente del Partido Colorado, Santiago Peña, de atender a la población juvenil es muy acertada. Para atender una de las grandes carencias de la sociedad paraguaya.
Con el lema de “Jóvenes que progresan”, el programa tiene previsto brindar herramientas útiles desde los organismos del Gobierno a los que deseen encarar emprendimientos económicos y laborales para diferentes proyectos. Una propuesta que tiene como fin impulsar a los jóvenes a concretar sus sueños en realizaciones concretas. “Quiero decirte que voy a unir tu talento y tus ganas de trabajar con más oportunidad para que crezcas”, expresó el candidato cuando dio detalles de la nueva propuesta.
Uno de los puntos del plan es proporcionar un estímulo del Estado a las empresas que contratan a jóvenes que están comenzando con su primer empleo, para eludir la exigencia de requerir solamente personas con experiencia cuando se ofrece una tarea remunerada. Mediante este incentivo los empleadores tendrán interés en contratar a los que aún no cuentan con experiencia laboral y necesitan trabajar.
El otro aspecto es el apoyo económico que se pretende ofrecer a los jóvenes que quieran iniciar un emprendimiento y no cuenten con capital suficiente. La idea es no solo ofrecer aporte financiero, sino además herramientas de prácticas y conocimiento para que los emprendimientos obtengan buenos resultados.
Santiago Peña resumió con estas palabras el propósito de este nuevo programa que está presentando: “Un gobierno que cuida y apoya a sus jóvenes es un gobierno con visión de futuro. Por eso, con ‘Jóvenes que progresan’ también vamos a estar mejor”.
Si se tiene en cuenta que el 27% de la población del país está compuesto por jóvenes que van de 15 a 29 años de edad, el mensaje va dirigido a alrededor de 2 millones de personas que están comprendidas en ese grupo. Una porción de la ciudadanía que están llena de proyectos y esperanzas mirando hacia adelante y que necesita herramientas para concretarlos de manera adecuada. Hay que tener en cuenta que en el Paraguay una de cada cuatro personas que habitan aquí tiene entre 15 y 29 años de edad. Y que más del 30% de la población total corresponde a niños y adolescentes, lo que equivale a otros 2 millones de individuos más que van escalando rápidamente en edad y representan nuevos desafíos para los próximos años.
Según datos estadísticos oficiales, el 50,8% de los jóvenes de 15 a 24 años asisten al colegio secundario o a la universidad. De los que tienen entre 15 a 29 años, 6 de cada 10 jóvenes están dentro de la población ocupada porque tienen algún trabajo. Pero solo el 20,2% del total de jóvenes de 15 a 29 años tiene un seguro médico, lo que significa que casi el 80% de ese grupo poblacional no tiene protección sanitaria.
De la cantidad de jóvenes que cuentan con alguna actividad laboral, solo el 32,1% aporta a un sistema jubilatorio, lo que quiere decir que más de dos tercios de los que trabajan están en negro y forman parte de la economía informal.
Ese es el sector al que va dirigido el programa de gobierno que acaba de lanzar el candidato republicano, un grupo muy delicado y que requiere de atención especial.
Si se tiene en cuenta que gran cantidad de jóvenes se ven en la necesidad de emigrar a otros países o que otros que se quedan no tienen oportunidades, la propuesta de atender preferentemente a la población juvenil es de muy alto valor. El Paraguay no tiene por qué expulsar o frustrar a nadie, y menos a los que por su condición juvenil tienen mucho que ofrecer a su comunidad.