Los expertos pintaron un alentador panorama para este año con base en las últimas estadísticas oficia­les difundidas a fines de febrero del 2023, en las que se reportan un descenso en la tasa de desempleo del 6,3% al 5,7 %. Este porcentaje crea un optimismo que necesaria­mente requiere el acompañamiento de accio­nes que apunten a la generación de mano de obra porque las cifras de desocupación conti­núan arriba en alrededor de 300.000.

Es impensable el éxito del siguiente gobierno sin planes efectivos para la creación de pues­tos de trabajo. Fomentar las inversiones acor­des a los rubros con mayor urgencia es una estrategia clave para los que tomen la posta del Gobierno, eso también implica que quie­nes asuman el poder deben ser altamente téc­nicos y capacitados.

Este 2023, dicho por los conocedores del ámbito, tiene un escenario alentador; sin embargo, no puede ser intrascendente que si el país se encuentra en manos de políti­cos inescrupulosos –cuyas administraciones han dejado infortunio en las instituciones por donde pasaron– desaprovecharemos otra oportunidad. Por ello, las elecciones de abril próximo serán fundamentales para elegir a los más aptos en gestión gubernamental.

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Se habla de una leve mejoría en tema laboral. Está posicionándose el de servicios, los repor­tes recientes hablan de una recuperación tri­mestral de unos 17.000 trabajadores, prin­cipalmente en el rubro de la construcción”. Otros, como los empleos independientes; sin embargo, experimentaron una merma, aun­que esto puede indicar un porcentaje menor de informalidad.

La radiografía del empleo también señala que hay aumento del trabajo doméstico y merma en el sector de trabajador familiar no remu­nerado. El gran desafío de recuperación de mano de obra está en los sectores industrial y agropecuario, rubros en los que penosamente se registró una reducción de trabajadores, según los informes.

No es para menos, la coyuntura para el sec­tor industrial y agropecuario considerando la crisis económica, el comportamiento des­favorable del clima, el contrabando que burla los controles del Gobierno. Históricamente, la industria paraguaya es una fuente multi­plicadora de empleo de calidad, estos rubros merecen una especial atención para facilitar inversiones con base en políticas de garan­tía, seguridad y de gestión, para los que tie­nen visión a desarrollar negocios en el terri­torio nacional.

El presidenciable Santiago Peña tiene un conocimiento muy claro de la situación de empleo en el Paraguay y el camino a seguir. Tomando en cuenta el diagnóstico descripto más arriba, resulta interesante su interven­ción de estos días ante los miembros y repre­sentantes de la Cámara de Comercio Para­guay-Brasil (CCPB), en la que mencionó su objetivo al llegar al Palacio de Gobierno de mantener la sostenibilidad del régimen de maquila, donde actualmente se desenvuelven más de 220 empresas, con el 70% de firmas captores brasileños, sector que genera miles de puestos laborales de forma directa e indi­recta.

Un plan estratégico que considera el candi­dato es el de desmontar el esquema burocrá­tico dentro de la administración central que no solo se registra en el régimen de maquila, sino más bien se trata de un problema genera­lizado. Mejorar condiciones para los trámites administrativos en el Estado para no ahu­yentar inversiones es una medida necesaria. Estos son temas importantísimos de discu­sión y esencial en los debates de quienes aspi­ran al poder, en el nivel que fuere.

La atención de los electores está puesta en aquellas propuestas que den oportunidades laborales, que es la meta impostergable para recuperar la dignidad a miles de ciudadanos, relegados actualmente de posibilidades de generar ingresos.

El país clama autoridades capaces que verdaderamente tengan la vocación y la habilidad para resolver el problema del desempleo. La ciudadanía que tendrá la posibilidad de elegir a los representantes de la próxima administración del Estado tiene esa enorme responsabilidad de apostar por los mejores, por aquellos que sean compe­tentes para la misión de generar oportuni­dades para la gente.

Esta situación de inestabilidad, de presión, carencias, exclusión laboral por falta de ini­ciativas y gestión gubernamental merece un corte, y el voto es una herramienta poderosa para devolver el bienestar a la ciudadanía. En este contexto, se torna fundamental las pre­ferencias por candidatos con logros, buena gestión en su haber, ya no hay condiciones de seguir aguantando a los que hunden sus pro­pias organizaciones.

Los paraguayos y paraguayas no pueden pegarse el lujo de desperdiciar sus votos en personajes que ya hicieron suficiente daño al país cuando tuvieron su turno en el poder, pero que sin rubor en la cara se presentan como opción de cambio.

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