No pasó una semana de la vira­lización de imágenes del gran festejo de cumpleaños con des­pliegue de banda musical que se pegó dentro del penal de Tacumbú un sin­dicado narco, para que explote sangriento sicariato en el estacionamiento de un super­mercado muy concurrido en el barrio Las Mercedes de Asunción.

En vísperas de este fin de semana las redes estallaban con la ira, burlas y todo tipo de comentarios de indignación por la fiesta de cumpleaños que realizaron en el penal de Tacumbú en agasajo a Milciades Pedra Gómez, alias Oso Riquillo, el mismo pro­cesado por atentado en San Bernardino en medio de un multitudinario concierto.

No cesaban las críticas para que las últimas horas de la tarde este sábado la ciudadanía fuera sorprendida con el crimen a punta de armas de fuego que aniquilaron a Ederson Salinas Benítez, alias Ryguasu, presunto nar­cotraficante, considerado uno de los nuevos líderes del Primer Comando Capital (PCC). El ajuste de cuentas se dio en pleno estacio­namiento de un supermercado, en zona capi­talina de mucho tráfico burlando a todos los organismos de seguridad que ni se dieron por enterados del movimiento que tenía esta per­sona, pese a que fue el objetivo de los sicarios que protagonizaron el atentado en el festival que acabó con la vida de “Vita” Aranda.

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“Ryguasu”, el mismo a quien presuntamente buscaban aniquilar en el citado Ja’umína Fest, habría ocupado nada menos que el lugar del capo narco Sergio de Arruda Quin­tiliano Neto, alias Minotauro. Además, es considerado parte del grupo que acribilló a Francisco Chimenes, tío de Jarvis Pavão, y a la abogada Laura Casuso, en Pedro Juan Caballero. Sin embargo, documentos de la policía viralizados tras el crimen del suso­dicho, muestran un prontuario limpio del mismo, sin antecedentes ni orden de captura que desafían la lógica de cualquier ciuda­dano, sobre todo para aquel que no ha tenido la suerte de pasar desapercibido de los órga­nos de orden y seguridad.

En marzo del 2022, la casa del supuesto jefe narco “Ryguasu” habría sido atacada a tiros por al menos 15 sicarios en Pedro Juan Caballero, departamento de Amambay, es decir, algún enojado del rubro lo tenía mar­cado para ajustar cuentas. Fue un personaje bastante polémico con unos cargos delicti­vos interesantes, pero ni las instituciones de seguridad, los organismos de inteligencia, la Justicia lo han requerido.

La camioneta en la que supuestamente se desplazaba el supuesto narco “Ryguasu” y en la que llegó al supermercado es totalmente polarizada y no tiene chapa, según las imáge­nes con las que colaboraron varios internau­tas que estuvieron este sábado en el lugar de los hechos. Cualquier ciudadano común que transita en vehículo particular, difícilmente pase inadvertido para la Policía Nacional o la Caminera en estas circunstancias.

¿Cómo se explica que además de que un pre­sunto narco deambule en medio de la multi­tud sin emplazamiento de la Justicia, tenga ese privilegio hasta de vulnerar las normas de tránsito de desplazarse en vehículo sin chapa, ante los ojos de las unidades de con­trol vial? Definitivamente, hay personas que gozan de inmunidad y son vip. Los comunes que se vean con la suerte del destino.

Impotencia, rabia, temor sacude a la ciuda­danía que sin saberlo tiene a narcos deam­bulando en medio de la muchedumbre. Es sabido que el crimen organizado migró al departamento Central, cuántos atentados, como el de Mauricio Schwartzman ya for­man parte del nuevo radio de acción, ven­ganza narco y lo más grave, arriesgando la seguridad, la vida de quiénes nada tienen que ver con los pases de factura.

“Estamos tocado fondo”, decía el titular de la Cámara Paraguaya de Supermercados (Capasu), Alberto Sborovsky, al mostrarse consternado por la inseguridad reinante que se vive. Los que no demuestran una reacción válida para la ciudadanía son los encargados, los responsables de que los criminales no se paseen como reyes en nuestro país, penosa­mente en este contexto debemos recordar que, contrariamente a políticas de persecu­ción al crimen hemos llegado al límite de que nuestras propias autoridades de seguridad sean más amigos que verdugos de sindicados capos narco.

No hay que olvidar, es más hay que recor­darlo siempre, tuvimos un ministro con amigo narco. Arnaldo Giuzzio, ex ministro del Interior, recibió un favor de vacaciones de parte de Marcus Vinicius Espíndola Mar­qués de Padua, muy buscado por el Brasil en su momento, pero protegido en Paraguay.

Hay que acabar con las fiestas en Tacumbú, los sicariatos, pelear contra la delincuencia, el país no puede seguir al borde de la muerte con la presencia de criminales en medio de la gente decente. Las autoridades deben dar más señales de eficiencia que desidia, sino deben irse todos.

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