La economía de nuestro país tendrá excelentes resultados en este año que comienza, según las previsiones del Banco Mundial. Tanto, que tendrá el mayor crecimiento en la región. Pero todo dependerá de la conjunción positiva de varios factores y de cómo el país aborda los resultados negativos del ejercicio anterior.

Entre los logros y fracasos del 2022 para el Paraguay, surge nítidamente como muy llamativo el saldo negativo de la balanza comercial. Hacía 35 años, que el país en cada ejercicio fiscal vendía más de lo que compraba con un mayor monto de exportaciones realizadas sobre las importaciones. En el año que acaba de terminar las ventas paraguayas al exterior fueron muy inferiores a las compras, por lo que se contabilizó un déficit en la balanza comercial de 1.316 millones de dólares.

Pero, en la contraparte, los estudios indican que nuestro país tuvo una de las tasas de inflación más bajas del continente, que había alcanzado números muy elevados. Así y todo, los 8,1% del aumento de los precios durante el 2022 están entre los más altos del último decenio en la contabilidad paraguaya y tuvieron un costo de más de 1 billón de guaraníes a las arcas del Banco Central del Paraguay (BCP) para que no aumentara más, según los especialistas.

Entre los elementos menos tranquilizadores que habrá que revertir, está el del comercio exterior, lo que dependerá fundamentalmente de la buena cosecha de la soja y algunos otros productos de mayor peso. Aparte de los vaivenes del mercado internacional que también depende de los resultados políticos y económicos de la invasión rusa a Ucrania.

Las cifras más preocupantes del 2022 son las del comercio exterior. El valor de las exportaciones totales registró una caída del 1,5% frente a las del 2021, pues se facturaron por 13.875 millones de dólares frente a los 14.090 millones de esa moneda alcanzados en el año anterior. En tanto que las importaciones tuvieron un incremento del 16% ya que llegaron a 15.191 millones de dólares, que además representaron un récord en la historia de las compras realizadas en el exterior.

El déficit de la balanza comercial del 2022 se debió entonces no solo a la caída de las exportaciones sino también al extraordinario incremento de las importaciones. Con todo lo que implica para la economía el que salgan más divisas de las que ingresan al país.

La suba de los precios de los productos de consumo, en un año complicado, no sobrepasó el 8,1%, una tasa alta, poco habitual para la economía paraguaya acostumbrada a la baja inflación. Aun así, la Cepal la ubicó en el sexto lugar del ranking de menor inflación de América Latina y el Caribe.

Controlar la suba de precios el año pasado le costó al BCP algo más de 1 billón de guaraníes (135 millones de dólares), un incremento del 250% comparado con lo invertido por la política monetaria en el 2021, cuando se alcanzó a 328.000 millones de nuestra moneda. Así y todo el gasto realizado por la banca matriz se considera menos oneroso que si se hubiera llegado a una inflación más alta.

Con respecto al 2023, más allá de las previsiones optimistas o de las inquietudes por los números adversos, lo decisivo será cómo el país encara este año para salir de los bajones que ha sufrido. Y si en el último tramo de su gobierno Mario Abdo logra obtener algunos resultados positivos que, en promedio, le han sido adversos desde el 2019.

Para ello los organismos del Estado deberán dedicar todo su esfuerzo para administrar la marcha del país en sus más diversos capítulos, comenzando por no aumentar los gastos superfluos de la burocracia estatal. El Poder Ejecutivo deberá centrarse en asegurar el equilibrio fiscal con un presupuesto público totalmente desequilibrado, debido a los excesivos gastos incluidos por los legisladores.

Los buenos augurios pronosticados por los organismos estatales no caerán del cielo como regalos celestiales. Podrán concretarse solo mediante el esfuerzo y el trabajo del país acompañados de medidas apropiadas de las instituciones estatales. Ello implica que el Gobierno deberá actuar con mayor acierto que hasta ahora buscando mejores resultados en la tarea de gobernar en sus últimos meses de administración.