A medida que pasan los días se incrementan las denuncias y quejas del sector privado por la fuerte presencia del contrabando en diversos sectores geográficos del país. A pesar de las expresiones optimistas de algunos exponentes de la Unidad Interinstitucional Anticontrabando (UIC) y de los decomisos de mercaderías ilegales, la presencia de productos ingresados ilegalmente es visible en numerosísimos comercios y la caída de las ventas de los productos nacionales aumenta debido a la competencia desleal. De acuerdo con la evaluación de los grupos empresariales afectados, no se ha avanzado mayormente en la represión del ilícito que está cada vez más amenazante para los que trabajan en la legalidad.
Directivos de la Unión Industrial Paraguaya (UIP) señalaron que el ingreso ilegal de mercaderías argentinas es fuerte en la zona de Nanawa, en las mismas puertas de la capital, donde los controles no son suficientes. Los productos que entran por ese sitio son principalmente alimentos, como aceite comestible, pollo, leche en polvo. Además de otros artículos como sustancias destinadas a la limpieza y desinfección de las casas particulares y ambientes colectivos, que se denominan domisanitarios.
Esto sucede también en la zona de Presidente Franco, Alto Paraná, limítrofe con Argentina, lo mismo que en algunos puertos de Itapúa, al norte de Encarnación, que están frente a ciudades argentinas de importancia, como Puerto Rico y Eldorado, según las denuncias. Debido a la baja cotización de la moneda argentina, los precios de los productos del vecino país son muy tentadores para hacer negocios ilegales, por las buenas ganancias que permiten. Este hecho anima a los contrabandistas a desafiar los controles fronterizos paraguayos que demuestran ser muy vulnerables. En gran cantidad de comercios de nuestro país que funcionan al margen de las normas legales, por falta de vigilancia y supervisión fiscal, se comercializan los artículos ingresados de contrabando con toda tranquilidad. Como en ellos no se dan comprobantes de ventas, es muy atractiva la transacción por las altas utilidades que permiten, ya que pueden tener precios más bajos y atraer así a mayor número de clientes.
El ajuste de la política de lucha contra el ilícito es imperioso, y tiene varios aspectos que mejorar, no solo el cambio de la cúpula que dirige el organismo represor, sino la persecución de los comerciantes que venden los artículos contrabandeados y el castigo penal a los que se dedican a ese ilícito.
Si el equipo no funciona en la tarea de represión del ingreso y circulación ilegal de las mercaderías, lo lógico es que se hagan los ajustes en la dirección del organismo afectado. No importan los nombres ni las filiaciones partidarias, sino la necesidad de que haya más eficiencia para derrotar la ilegalidad que pone en la cuerda floja a muchas industrias del país. Si el Gobierno Nacional tiene el deseo de combatir con éxito el ilícito de la entrada y circulación ilegal de productos de los países vecinos, no debe dudar en adoptar las decisiones que requiere la situación. Y entre ellas, en primer lugar, está la incorporación de personas capaces en la institución encargada de coordinar la represión anticontrabando.
La tarea de combatir la transgresión del ingreso y circulación de las mercaderías ilegales es mucho más que la simple represión y control en la frontera. También se debe ejercer un estricto control en la comercialización de tales productos, supervisando los negocios que pululan en ciudades y pueblos de todo el país, que operan al margen de las leyes. La Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) también debe mejorar su trabajo, supervisando el funcionamiento de los negocios grandes y pequeños que acostumbran funcionar sin tener en cuenta las leyes.
Otro aspecto de gran relevancia es la sanción a los contrabandistas y sus cómplices, tarea que corresponde a la Fiscalía. Porque la inexistencia de un fuerte castigo a esa contravención es uno de los atractivos que tiene para mucha gente inescrupulosa
Si se quiere eliminar realmente esta terrible plaga, se deben contemplar todos los aspectos de ese delito: no permitir el ingreso de las mercaderías e incautarlas si entran, perseguir y procesar penalmente a los delincuentes y mandarlos a la cárcel a pagar su falta. Si no se completan estas medidas, seguirá con fuerza la ilegalidad.