Se halla actualmente a consideración del Congreso Nacional el proyecto de ley por el que el Instituto de Previsión Social (IPS) pretende endeudarse por el equivalente a 240 millones de dólares para pagar sus deudas. La administración de Vicente Bataglia pretende obtener fondos para cumplir con sus obligaciones financieras con los proveedores de la institución, que han llegado a la elevada suma luego de los dos años de pandemia y debido a los manejos poco prolijos en materia de salud de la actual administración. Varios de estos hechos fueron denunciados ante la opinión pública.
Con la mencionada ley la previsional buscará créditos del Banco Nacional de Fomento (BNF) y de otras entidades bancarias del país y del exterior, porque en la actualidad no tiene suficientes fondos para hacer frente a su pasivo.
Una de las razones por la que algunos sectores se oponen a esta propuesta de préstamo es que la actual dirigencia del ente no es buena administradora. Esto se sustenta en que durante este gobierno y la actual administración de la entidad el monto de la deuda ha aumentado cuatro veces, ya que hasta el 2019 el endeudamiento rondaba los 400 mil millones de guaraníes, y se ha disparado hasta ascender en la actualidad a más de 1 billón 600 mil millones de guaraníes. Un incremento exageradamente elevado que los voceros del IPS atribuyen a los problemas ocasionados por la pandemia, pero que para muchos oculta además una gran cantidad de malos negocios realizados por la entidad, y que representan uno de los puntos polémicos de la administración Bataglia. Por las deficiencias en el manejo de la salud y las desprolijidades administrativas, como el extraordinario aumento de la deuda, es que varios sectores de la ciudadanía piden su alejamiento del frente de la institución. Sostienen que el hecho de que la deuda se haya incrementado cuatro veces más es un indicador de su falta de capacidad en la conducción del IPS y uno de los más importantes argumentos para pedir su destitución.
Voceros del IPS explicaron que el crédito que se obtenga no se pagará con fondos provenientes de la caja de jubilados, sino con los recursos que ingresen en la institución por el concepto de salud. Este es un detalle de suma importancia porque del total del dinero que ingresa al IPS como aportes de los trabajadores y de los empleadores, una parte corresponde a los recursos que se deben destinar solamente al pago de las jubilaciones de los asegurados y no se pueden utilizar para ningún otro fin, y la otra parte es para los gastos en salud, que es de donde se obtendrán los fondos para saldar la deuda que se pretende contraer con la ley. Uno de los principales argumentos para que se apruebe la ley para el préstamo es que solamente de ese modo podrán hacer frente a la deuda contraída con los proveedores de medicamentos y otros acreedores.
Una de las cosas que resulta difícil de entender es cómo el Instituto de Previsión Social, que es la entidad que más recauda en el país después del Ministerio de Hacienda, pudo haber llegado a elevar su endeudamiento por no pagar su cuenta a 1 billón 600 mil millones de guaraníes en los últimos cuatro años. Pregunta de la que surgen otros inevitables cuestionamientos: ¿en qué usó el dinero recaudado si no fue capaz de pagar sus compras en todo el tiempo transcurrido desde el 2019? ¿Qué garantías tienen los aportantes y la ciudadanía de que el dinero que consiga con el préstamo que gestiona se administrará de manera adecuada?
Para asegurar el buen uso de los recursos que se están gestionando a través del proyecto de ley es necesaria la remoción de las actuales autoridades de la institución y su reemplazo por gente capacitada. Tendría que ser una de las condiciones para dar andamiento positivo al pedido que aceleradamente están encaminando los legisladores abdistas, muy ligados a la administración de Bataglia, como los hermanos Samaniego.
Si la institución necesita recursos financieros para sus propósitos, los legisladores tendrían que ver la conveniencia de aprobar el préstamo. Pero a condición de que haya gente que garantice que sean utilizados con capacidad administrativa y honestidad.