La gente menor de 30 años cons­tituye una importante porción de la población del país que pal­pitando sus vivencias actua­les se prepara para el futuro. Debido a diversos factores, muchos de estos jóve­nes se verán impedidos de alcanzar sus objetivos personales y profesionales, lo que para ellos significará una frustración. Como ha ocurrido con miles de paragua­yos que debido a los impedimentos que han sufrido por motivos sociales, econó­micos y políticos hoy se encuentran sin haber logrado sus propósitos soñados. Mientras que millares se han quedado aquí aguardando tener mejor suerte en el país que los vio nacer, una cantidad con­siderable ha tenido que emigrar en busca de lo que en su patria se les negaba, y fue­ron a formar parte de la población activa de otras naciones, especialmente de la Argentina y otros países que ofrecían mejores oportunidades para progresar.

Con motivo de la celebración del Día de la Juventud, el Instituto Nacional de Esta­dísticas (INE) dio a conocer algunos datos que revelan de cuerpo entero las carencias que sufre la población joven de nuestro país. De acuerdo con el resultado de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) realizada en el 2021, el 27% de la población del Paraguay tiene entre 15 y 29 años de edad, lo que hace un total de 1.960.832 personas jóvenes.

Del total de esta gente nueva que vive en el país solo el 18,2% tiene la oportuni­dad de estudiar y trabajar. Esto significa que la mayoría de los jóvenes del país, el 81,8%, que son 1.603.000 individuos, no tienen posibilidades de trabajar y estar cursando algún estudio al mismo tiempo, un privilegio que alcanza a un porcentaje muy bajo de la población señalada. Por otro lado, del total de la población juve­nil paraguaya, el 13,2%; es decir, 258.830 individuos, no está trabajando ni estu­diando. Gente que está inoperante pro­bablemente por falta de oportunidades y aguarda tener alguna actividad.

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Entre los que trabajan, que ascienden a 692.542 jóvenes, solo el 32,1% aporta a un sistema jubilatorio y recibe el salario promedio mensual de G. 1.991.000, una cifra que no llega al sueldo mínimo legal. Lo que quiere decir que la mayor parte de la gente joven, 7 de cada 10 que tienen trabajo, no reciben los beneficios estable­cidos por las normas legales, y probable­mente opera en negro.

Otro dato significativo de la situación de los jóvenes es que del total de la población de 15 a 29 años solamente un 20,2% posee seguro médico, porcentaje que pertenece a las clases de mejor situación económica y social, y que debido a ello tiene la posibi­lidad de una atención profesional médica asegurada cuando lo necesite. El resto tiene que ir a un hospital público a probar su suerte cuando necesite asistencia.

En el campo educativo, poco más de la mitad, un 50,8%, tiene la posibilidad de asistir a una institución de enseñanza for­mal, ya sea en el colegio o alguna carrera universitaria.

Las estadísticas proporcionadas por el INE son una fiel radiografía de la situa­ción de la población joven de nuestro país. Con la precisión que ofrecen los números están mostrando claramente las caren­cias de uno de los sectores sociales más delicados por su edad y fragilidad. Señala al mismo tiempo el camino que el país necesita tomar para ir remediando los desajustes que tiene la sociedad nacio­nal.Esta realidad es un gran desafío para el Estado y la sociedad paraguaya, que tienen la obligación de ofrecer a sus habi­tantes el amparo de la educación y el tra­bajo que se merecen como miembros de la comunidad nacional.

En el lenguaje popular es frecuente escuchar que la juventud es la esperanza del futuro, como si fuera una entidad que solo pertenece al mañana. Pero la verdad es que la población joven del país es una realidad de aquí y de ahora, y que por ello constituye un componente muy importante de la actualidad. Su delicada situación revela la enorme tarea que la sociedad paraguaya y las instituciones públicas y privadas del país tienen que encarar en el corto y mediano plazo para remediarla. Los jóvenes no constituyen una pieza del futuro. Son una realidad de hoy. Y requieren una urgente aten­ción como parte importantísima de la comunidad.

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